Para los candidatos de Alternativa Popular, la gestión del PRO evidencia “desprecio por lo público y social”

Los candidatos a legisladores porteños por el espacio Alternativa Popular, Pablo Ferreyra y Fernanda Vallejos, aseguraron que la gestión del PRO en la Ciudad de Buenos Aires se relaciona a “ese Estado neoliberal, propio de un proyecto político con profundo desprecio por lo público y lo social”.

En una columna de opinión que titularon “Buenos Aires: 6 años de orden conservador”, los candidatos expusieron seis ejemplos con los que describieron el panorama de la Ciudad, al tiempo que opinaron que ese tipo de proyecto no es “propiedad exclusiva” del macrismo sino que “es compartido por el massismo, y las diferentes expresiones del pseudoprogresismo que, en la Ciudad, representa UNEN”.

Los candidatos aseguran que “el rol del Estado es uno de los ejes del debate que nos atraviesa en la última década, y a través del cual se manifiesta el antagonismo entre el proyecto nacional” y “aquel otro que pretende la restitución de un orden conservador que mantenga los privilegios, la riqueza y la toma de decisiones en manos de una minoría intensa e influyente, a la que el Estado debe someterse”.

Sobre el proyecto nacional aseguran que, “con aciertos y errores”, ha repuesto el debate sobre el rol de Estado “en el centro de la escena para reparar derechos, incluir a millones, mediante su intervención, e iniciar un camino -que hay que profundizar- de transformación de la matriz distributiva en favor de los sectores populares y medios”.

El primer ejemplo citado por Ferreyra y Vallejos sostiene que “entre 2007 y lo proyectado en el presupuesto 2014, más de 8 por ciento ha caído la participación de los recursos que el gobierno porteño destina a salud. En igual período, 11 por ciento menos destina a educación. En el total de gastos sociales, la reducción fue de más del 7 por ciento”.

También remarcaron que “la brecha de desigualdad entre el norte y el sur se amplió. Por eso tenemos comunas donde el 36,5 por ciento de los hogares no tienen gas y habitan viviendas de mala calidad; 23,3 por ciento sufren hacinamiento; 16,6 por ciento tienen necesidades básicas insatisfechas; 7,6 por ciento no tienen agua potable y 4,6 por ciento no tienen cloacas o presentan un alarmante nivel de mortalidad infantil de 11 por mil”.

Entre otros ejemplos sostuvieron que “tampoco se atienden las demandas más propias de la clase media. Por caso, el transporte -con epicentro en el subte- o las obras de infraestructura que se requieren para terminar con el flagelo de las inundaciones”.

Sobre las viviendas indicaron que “no sólo es el distrito con mayor proporción de población en viviendas precarias, sino que el aumento de hogares en viviendas deficitarias aumentó casi 70 por ciento en 10 años, según el último censo nacional”. “La Ciudad es el distrito con mayor desigualdad de ingresos (la relación entre el ingreso medio del 10% que más y menos ganan es de 9,3 veces)”

"Como contracara -analizaron-, la Ciudad ostenta el mayor porcentaje de viviendas ociosas del país (25 por ciento), producto de la política inmobiliaria avalada por el gobierno porteño que otorgó 1.356 por ciento más permisos de construcción (predominantemente vivienda suntuosa, refugio de valor del excedente de los sectores de más altos ingresos) en el norte que en el sur, por supuesto sin ningún tipo de política impositiva que desestimule la posesión de vivienda ociosa”.

En otro punto del artículo apuntaron “al mediocre crecimiento económico del distrito que, durante todos los años de gestión macrista, creció entre 1 y 3 puntos porcentuales por debajo del promedio nacional”.

“Lo que sí creció en la Ciudad -agregaron- son los recursos del Estado porteño: entre 2007 y 2012 la recaudación se expandió un 347 por ciento. En ese contexto, el ABL creció un 65 por ciento en promedio durante 2013 y se proyecta otro 40 por ciento, según el presupuesto 2014. Las tarifas de servicios, como el peaje, crecieron exponencialmente desde 2007 (800 por ciento en la autopista Illia y 500 por ciento en la Perito Moreno)”.

En ese sentido, concluyeron: “la Ciudad es el distrito con mayor desigualdad de ingresos (la relación entre el ingreso medio del 10% que más y menos ganan es de 9,3 veces)”. También destacaron que en la Ciudad “creció la deuda” y explicaron que “en 2014 los porteños pagaremos 8 veces más en concepto de intereses de la deuda que antes de la llegada del PRO al gobierno”.

Finalmente, recontaron que en la ciudad hubo “ajuste, desigualdad, déficit habitacional, menos crecimiento, más impuestos, déficit y endeudamiento” y dejaron sembrada una pregunta: “¿Está bueno Buenos Aires?”.


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