La fabrica recuperada IMPA corre riesgo de desalojo

La planta de la Industria Metalúrgica Plástica Argentina (IMPA), ubicada en el barrio de Almagro (Querandíes 4290), hoy una cooperativa formada por ex empleados, en donde además funciona un centro cultural y un centro de estudios, podría ser desalojada, luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazara un recurso que solicitaba impugnar un fallo en ese sentido.

El fallo de la Corte el 17 de septiembre pero recién se conoció en estos días. “De acá no nos vamos a mover. Hace años que venimos defendiendo este lugar y no nos vamos. Ahora le estamos pidiendo a la Legislatura que nos den la expropiación definitiva”, dijo una de las encargadas del lugar al matutino Página/12.

La fábrica producía aluminio hasta que en 1998 entró en quiebra y los trabajadores se quedaron sin sustento ni indemnización. Tomaron el lugar y armaron la Cooperativa de Trabajo 22 de Mayo, que consiguió que le otorgaran en forma provisoria el predio de la fábrica el 4 de diciembre de 2008 a través de la Ley 2969 en la ciudad de Buenos Aires. Luego, se convirtió en un centro cultural que cuenta con una escuela secundaria para jóvenes y adultos y con una sala de atención médica gratuita.

En 2009 un juez declaró inconstitucional esa expropiación y en 2010 la Cámara en lo Civil y Comercial lo ratificó. Incluso, aquella decisión trajo consigo un escándalo descubierto por un taxista, cuando una de las camaristas que tenía que resolver la cuestión visitó el lugar sin identificarse.

La Cámara en lo Civil y Comercial dijo que la expropiación no tenía una “utilidad pública” o de “bien común” porque había sido dispuesta en favor de un grupo de trabajadores en “particular” y sentenció: “Bajo la apariencia de un uso público, los bienes expropiados han de ser destinados a un mero uso privado”. Para los jueces, si los trabajadores se quedaron sin trabajo por una crisis económica y social hay que darles planes sociales y no afectar el derecho de propiedad.

En aquella causa intervino como fiscal la hoy procuradora general, Alejandra Gils Carbó, quien defendió los argumentos de los trabajadores.

La cooperativa llegó a la Corte con un recurso de queja, pero el tribunal no analizó el fondo de la cuestión, sino que rechazó el recurso extraordinario por entender que no había “agravio federal”.

Al quedar firme aquel fallo, unas 130 familias “que encuentran allí su fuente de sustento serán desalojadas y serán clausurados el bachiller popular, el centro de salud y el centro cultural instalados en el predio por la cooperativa”, denunciaron los trabajadores.

Fuente: Página/12


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