- Archivo
- 22.08.2013
En el Mundial de Tango en Buenos Aires participan parejas del mismo sexo
Esta 11° edición del Mundial de Tango tiene, por primera vez, cuatro parejas del mismo sexo en el certamen: tres duplas de varones y una de mujeres.
Durante el primer día de las rondas clasificatorias del Mundial, Juan Pablo Ramírez y Daniel Arroyo fueron dos de los primeros en salir a pisar la pista. El desafío, sostiene Juan Pablo, no solo es llegar lo más alto posible, sino también mostrar que en el tango se necesitan dos: “Y no importa si esos dos son dos hombres, dos mujeres o un hombre y una mujer”.
El es argentino, Daniel, en cambio, es venezolano: y su historia es la de los que bajan a Buenos Aires solo para probar cómo es vivir el 2×4 en el lugar en el que más se respira. Daniel vino el año pasado como espectador del certamen. Conoció a Juan Pablo en una milonga y ahí quedaron en contacto. En febrero regresó, pero antes se aseguró de que volverían a bailar juntos. Primero se hicieron amigos, después fueron pareja, y ahora, otra vez, volvieron a bailar, pero ahora solo como compañeros.
“El tango es muy sentimental, de alguna manera siempre aparece un romance con el otro, es sanguíneo. Nosotros pasamos por eso, pero nos dimos cuenta que podía no estar. Y ahora nos une el baile”, dicen.
Entre ronda y ronda, Juan Pablo contó que se sintieron muy bien en la pista. “También fuimos bien recibidos por la gente. El paso siguiente es volver frente a otro jurado, si pasamos vamos a las semis. Y si tenemos éxito, a las finales de la categoría Pista”, detalló. Participan los dos con trajes, pero si llegan al Luna Park apostarán por más: “Pensamos en aparecer más como lo sentimos los dos: más andróginos, intermedios, con tacos o maquillaje”, se entusiasmó Juan Pablo. El taco, explicó, es fundamental porque “a la hora de bailar cambia el eje del cuerpo y la manera de pisar”.
“Yo bailo con zapatillas. Más adelante queremos bailar las dos con zapatos, para eso tenemos que practicar”, dice Lucía Christe, pareja de baile de Marlene Heyman, las chicas del Mundial. Las dos son argentinas, amigas desde hace siete años y pareja de tango desde hace uno. Van a La Viruta, al Yeite, donde empezaron a bailar entre ellas. “Nos divierte”, cuenta Marlene. Pasaron el debut: hubo nervios pero también alegría, dijo Lucía. Y agregó: “Lo que más queremos es conectar y disfrutarlo como en las milongas”, celebró.
Fuente: parabuenosaires.com
Durante el primer día de las rondas clasificatorias del Mundial, Juan Pablo Ramírez y Daniel Arroyo fueron dos de los primeros en salir a pisar la pista. El desafío, sostiene Juan Pablo, no solo es llegar lo más alto posible, sino también mostrar que en el tango se necesitan dos: “Y no importa si esos dos son dos hombres, dos mujeres o un hombre y una mujer”.
El es argentino, Daniel, en cambio, es venezolano: y su historia es la de los que bajan a Buenos Aires solo para probar cómo es vivir el 2×4 en el lugar en el que más se respira. Daniel vino el año pasado como espectador del certamen. Conoció a Juan Pablo en una milonga y ahí quedaron en contacto. En febrero regresó, pero antes se aseguró de que volverían a bailar juntos. Primero se hicieron amigos, después fueron pareja, y ahora, otra vez, volvieron a bailar, pero ahora solo como compañeros.
“El tango es muy sentimental, de alguna manera siempre aparece un romance con el otro, es sanguíneo. Nosotros pasamos por eso, pero nos dimos cuenta que podía no estar. Y ahora nos une el baile”, dicen.
Entre ronda y ronda, Juan Pablo contó que se sintieron muy bien en la pista. “También fuimos bien recibidos por la gente. El paso siguiente es volver frente a otro jurado, si pasamos vamos a las semis. Y si tenemos éxito, a las finales de la categoría Pista”, detalló. Participan los dos con trajes, pero si llegan al Luna Park apostarán por más: “Pensamos en aparecer más como lo sentimos los dos: más andróginos, intermedios, con tacos o maquillaje”, se entusiasmó Juan Pablo. El taco, explicó, es fundamental porque “a la hora de bailar cambia el eje del cuerpo y la manera de pisar”.
“Yo bailo con zapatillas. Más adelante queremos bailar las dos con zapatos, para eso tenemos que practicar”, dice Lucía Christe, pareja de baile de Marlene Heyman, las chicas del Mundial. Las dos son argentinas, amigas desde hace siete años y pareja de tango desde hace uno. Van a La Viruta, al Yeite, donde empezaron a bailar entre ellas. “Nos divierte”, cuenta Marlene. Pasaron el debut: hubo nervios pero también alegría, dijo Lucía. Y agregó: “Lo que más queremos es conectar y disfrutarlo como en las milongas”, celebró.
Fuente: parabuenosaires.com
- SECCIÓN
- Archivo
COMENTARIOS