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- 21.08.2013
Los centros educativos porteños denuncian una inacción del Gobierno de la Ciudad para prevenir delitos
Autoridades de cinco establecimientos educativos del barrio porteño de Balvanera y una asociación vecinal, denunciaron "la inacción judicial y del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires" que impide prevenir los robos y la venta de droga en un área por donde transitan 25.000 estudiantes y docentes.
La Escuela Mariano Acosta, la General Zapiola, el jardín de infantes “Maestro Escultor Reyes”, la sede Danzas del IUNA y la Facultad de Psicología de la UBA fueron las que denunciaron la falta de controles para prevenir delitos.
Las instituciones educativas, situadas en un radio de 9 manzanas delimitado por las calles Urquiza, Belgrano, Virrey Liniers e Hipólito Yrigoyen, exigieron penas más severas para las bandas dedicadas a la venta de drogas y más luminarias.
También reclamaron la reapertura de la plaza González Tuñón y un mayor control de la oferta de prostitución que “se ve hasta en la misma cuadra de los colegios”, coincidieron en afirmar directivos de las escuelas. Indicaron además que se trata de una problemática que se ha "enquistado" en el barrio determinando "condiciones de vulnerabilidad social similares a las de una villa de emergencia".
Marcelo Isse Moyano, secretario de Extensión Académica del IUNA Artes del Movimiento, precisó que en el departamento de dicha disciplina del IUNA "tenemos un 95% de población femenina, de entre 18 y 25 años; y las cosas que pasan en el barrio implican para ellas un riesgo importante”.
Por su parte, Susana Strauchler, directora de la escuela General Zapiola, afirmó que "la situación del barrio nos preocupa, por un lado, porque los maestros, los auxiliares, los alumnos están expuesto a que les roben; los chicos tienen miedo y las familias tienen que hacer trayectos más largos para evitar ciertas cuadras”. "Además -apuntó- que los que venden drogas están en contacto con una población estudiantil joven, que en nuestro caso es vulnerable, y los convocan a hábitos de consumo nocivos”.
Los docentes y vecinos cargan contra el Poder Judicial, por permitir que las personas que la policía detiene por venta de drogas, sean liberadas rápidamente sin que nada impida que vuelvan al barrio a seguir ejerciendo esta actividad ilegal.
“Sabemos del caso de una persona que fue detenida 42 veces por tenencia de droga con fines de venta y fue liberado siempre. Por eso son los arrebatos, la violencia, el uso de armas", afirmó la rectora del Mariano Acosta, Raquel Pappalardo.
Leonardo Dattoli, coordinador de Balsud, la asociación de vecinos, profesionales, artistas y empresarios del barrio, dijo en este sentido que "antes la Justicia apuntaba hacia los consumidores pero desde hace unos años se ha enfocado sobre los grandes negocios del narco dejando de lado la escala del minorista". "Pero son los minoristas los que se instalaron y empoderaron en el barrio. Tanto es así que habitualmente se detienen personas con 60 u 80 dosis y son liberados en 24 horas”, sostuvo el vecino.
El secretario del IUNA manifestó no poder juzgar el accionar de los jueces, "porque seguramente obran conforme a derecho, pero el problema son las normas que nos rigen y que permiten que este tipo de delincuentes entren por un lado y salgan por el otro”.
Como ejemplos dramáticos de lo que significa convivir con esta situación, los docentes de la escuela Zapiola recordaron el día que “llovían bolsitas” con droga en el patio de ese establecimiento cuando la Policía perseguía a delincuentes cerca de la escuela.
También mencionaron la “colección de balas” recolectada por los niños que las llevan a las aulas o el día que los chicos del Mariano Acosta tuvieron que desistir de una salida porque “llovían las botellas” en plena calle. Coincidieron además en advertir que no se está cumpliendo con las normas que impiden el ejercicio de la prostitución a menos de 200 metros de un establecimiento educativo.
Además, exigen a Espacio Público de la Ciudad más luminarias y el reacondicionamiento y la reapertura de la plaza González Tuñón, situada en Yrigoyen y 24 de noviembre, donde está previsto que se evacuen las escuelas Mariano Acosta, Zapiola y el jardín Escultor Reyes en caso de amenazas de bomba.
La Escuela Mariano Acosta, la General Zapiola, el jardín de infantes “Maestro Escultor Reyes”, la sede Danzas del IUNA y la Facultad de Psicología de la UBA fueron las que denunciaron la falta de controles para prevenir delitos.
Las instituciones educativas, situadas en un radio de 9 manzanas delimitado por las calles Urquiza, Belgrano, Virrey Liniers e Hipólito Yrigoyen, exigieron penas más severas para las bandas dedicadas a la venta de drogas y más luminarias.
También reclamaron la reapertura de la plaza González Tuñón y un mayor control de la oferta de prostitución que “se ve hasta en la misma cuadra de los colegios”, coincidieron en afirmar directivos de las escuelas. Indicaron además que se trata de una problemática que se ha "enquistado" en el barrio determinando "condiciones de vulnerabilidad social similares a las de una villa de emergencia".
Marcelo Isse Moyano, secretario de Extensión Académica del IUNA Artes del Movimiento, precisó que en el departamento de dicha disciplina del IUNA "tenemos un 95% de población femenina, de entre 18 y 25 años; y las cosas que pasan en el barrio implican para ellas un riesgo importante”.
Por su parte, Susana Strauchler, directora de la escuela General Zapiola, afirmó que "la situación del barrio nos preocupa, por un lado, porque los maestros, los auxiliares, los alumnos están expuesto a que les roben; los chicos tienen miedo y las familias tienen que hacer trayectos más largos para evitar ciertas cuadras”. "Además -apuntó- que los que venden drogas están en contacto con una población estudiantil joven, que en nuestro caso es vulnerable, y los convocan a hábitos de consumo nocivos”.
Los docentes y vecinos cargan contra el Poder Judicial, por permitir que las personas que la policía detiene por venta de drogas, sean liberadas rápidamente sin que nada impida que vuelvan al barrio a seguir ejerciendo esta actividad ilegal.
“Sabemos del caso de una persona que fue detenida 42 veces por tenencia de droga con fines de venta y fue liberado siempre. Por eso son los arrebatos, la violencia, el uso de armas", afirmó la rectora del Mariano Acosta, Raquel Pappalardo.
Leonardo Dattoli, coordinador de Balsud, la asociación de vecinos, profesionales, artistas y empresarios del barrio, dijo en este sentido que "antes la Justicia apuntaba hacia los consumidores pero desde hace unos años se ha enfocado sobre los grandes negocios del narco dejando de lado la escala del minorista". "Pero son los minoristas los que se instalaron y empoderaron en el barrio. Tanto es así que habitualmente se detienen personas con 60 u 80 dosis y son liberados en 24 horas”, sostuvo el vecino.
El secretario del IUNA manifestó no poder juzgar el accionar de los jueces, "porque seguramente obran conforme a derecho, pero el problema son las normas que nos rigen y que permiten que este tipo de delincuentes entren por un lado y salgan por el otro”.
Como ejemplos dramáticos de lo que significa convivir con esta situación, los docentes de la escuela Zapiola recordaron el día que “llovían bolsitas” con droga en el patio de ese establecimiento cuando la Policía perseguía a delincuentes cerca de la escuela.
También mencionaron la “colección de balas” recolectada por los niños que las llevan a las aulas o el día que los chicos del Mariano Acosta tuvieron que desistir de una salida porque “llovían las botellas” en plena calle. Coincidieron además en advertir que no se está cumpliendo con las normas que impiden el ejercicio de la prostitución a menos de 200 metros de un establecimiento educativo.
Además, exigen a Espacio Público de la Ciudad más luminarias y el reacondicionamiento y la reapertura de la plaza González Tuñón, situada en Yrigoyen y 24 de noviembre, donde está previsto que se evacuen las escuelas Mariano Acosta, Zapiola y el jardín Escultor Reyes en caso de amenazas de bomba.
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