Una multitud de fieles se congregó en Liniers para venerar a San Cayetano

El barrio de Liniers fue escenario de una inmensa fiesta de religiosidad popular, donde los fieles se acercaron a la iglesia de San Cayetano para pedirle y agradecerle al patrono de la paz, el pan y el trabajo.

Como todos los 7 de agosto, y convocados por el mismo sentimiento de fe, miles de personas se juntaron en la iglesia de San Cayetano, ubicada en la calle Cuzco 150, para vivir la experiencia de la devoción y compartir las misas que se dieron durante todo el día.

A las 11 hs el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, dio la misa central en las puertas del santuario ante cientos de personas que sostenían espigas, estampitas y sus imágenes del Santo, compradas en alguno de los puestos instalados en los alrededores.

"El sacrificio de la vigilia, el madrugón y la distancia valen la pena porque la fe nos mantiene vivos, nos devuelve la vida", sostuvo monseñor Poli durante la misa. "San Cayetano nos dice una vez más que tengan confianza y vuelvan a Jesús, el amigo fiel que soportó la cruz", manifestó luego.

El arzobispo recordó además el mensaje del papa: "Francisco dice que busquen al que más lo necesita, que vayamos al encuentro de los más pobres sin preguntarles la religión" y pidió a los fieles que recen por el sumo pontífice.

Rodeadas de puestos que vendían estampitas, rosarios, velas y espigas pero también de comidas al paso, flores artificiales y otros artículos, la gente formaba dos enormes colas -que por momentos llegaban hasta la cancha de Vélez Sarsfield, a unas 10 cuadras- en paciente espera para ingresar al templo.

La fila "rápida", como la llaman los fieles coloquialmente, es la que hacen el día del santo los que se conforman con entrar y mirar su figura de lejos; la "lenta" está compuesta por quienes quieren además tocar la imagen de San Cayetano.

Para alegrar la jornada, en los alrededores de la iglesia se montaron varios altoparlantes que repetían música religiosa con canciones alusivas a San Cayetano, además de las misas que se dieron cada dos horas en el escenario central.

Bajo la autopista Perito Moreno, a unas siete cuadras del santuario, una figura de la Virgen María bendecida por el Papa atraía a los fieles, que oraban silenciosos ante ella e inclusive algunos se sacaban fotos.


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