Las apuestas del PRO


Si no es Roberto Lavagna tal vez sea Martín Lousteau. Pero parece que Gabriela Michetti compartirá lista con un ex ministro de Economía. En tanto, la campaña de su partido en la ciudad se basa en mostrar mucha obra y una gestión eficaz.
Las primarias (PASO) son el 11 de agosto y las elecciones propiamente dichas el 27 de octubre. Pero las listas tienen que estar registradas a fines de junio. Para el PRO vencen unos cuantos mandatos: en la Legislatura porteña, 10 sobre los 26 que tiene. En la Cámara de Diputados, 5 sobre 8. Senadores, el PRO no tiene pero la Ciudad libera tres bancas –Daniel Filmus (FpV), María Eugenia Estenssoro (FAP) y Samuel Cabanchik (Probafe) – y el partido del ingeniero pretende quedarse como mínimo con una.
La diputada Gabriela Michetti confirmó que será ella la candidata a senadora y que dentro de su partido hay opciones para integrar un binomio electoral en las mejores condiciones. “Sale Lavagna, entra Lousteau”, sintetizan en el PRO. Dos ex ministros de Economía de la década K. “Cuando comenzó a hablarse de la posibilidad de que Lavagna se sumara a este esfuerzo electoral –dijo Michetti–, me pareció buena idea. Sobre todo porque resultaba muy interesante contar con alguien que hizo ese gran trabajo, y con suma seriedad, de reencauzar el problema de la deuda externa argentina”.
Hace sólo una semana, a ambos lados, se aseguraba lo mismo. “No se cayó, el acuerdo no se cayó”, repetían macristas y lavagnistas. Por entonces, Macri seguía siendo el máximo defensor de la alianza con el economista. Rodolfo Gil, mano derecha del ex ministro de Kirchner, fue durísimo, al caracterizar las razones del enfriamiento. “Siempre esperamos una palabra del PRO, pero sólo hablan por los diarios”, se quejó. Y fue más allá: “Se nota que subsisten grupos ultraminoritarios que siguen teniendo prejuicios culturales contra el peronismo y por eso al PRO le resulta muy difícil pensar en un frente con nuestra fuerza.” Las disidencias son por los lugares en las listas que el PRO no piensa resignar.
Además, tanto Gabriela Michetti como el jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta y hasta el Secretario General, Marcos Peña, ofrecieron tanta resistencia que el acuerdo se terminó pulverizando. Michetti, junto a su amigo el diputado Federico Pinedo, había aceptado a regañadientes integrar una fórmula con Lavagna. Un fastidio explicable porque la designación a dedo vulnera lo que Michetti venía pregonando: internas abiertas. “Podemos ganar sin Lavagna y evitar así darle un trampolín para 2015. Ese lugar y ese año lo reservamos para Mauricio”, protestan los que hablan seguido con la diputada. Macri tuvo que anunciar a su tropa que está de acuerdo con celebrar internas para definir las candidaturas. El problema seguiría siendo Lavagna, quien no acepta competir en internas por el PRO. Lavagna prefiere que el PRO integre un frente, en el que estén José Manuel de la Sota, Francisco de Narváez, Hugo Moyano y Gerónimo “Momo” Venegas.
Marcos Peña siempre argumentó que Lavagna representa “el pasado”, pero Macri, que no deja de monitorear encuestas, está (o estaba) convencido de que cuanto más se profundizara la crisis económica más crecería la imagen de Lavagna, visto como salvador de una crisis que sólo él podría domar.
Rodríguez Larreta comenzó a bombardear el entendimiento con Lavagna cuando comprendió que amenazaba sus intereses inmediatos. Quiere suceder a Macri en 2015, y si Michetti hiciera una gran elección como en compañía del economista, le restaría posibilidades electorales.
Macri dio por superado el entredicho con Lavagna, cuando se reprocharon las fotos del peronismo en Córdoba y de la represión del Borda, respectivamente. Pero, dicen, también dio por superado el acuerdo. Ahora, el acompañante de Michetti sería Martín Lousteau.
Gabriela Michetti no tiene base militante propia: sólo 4 de 26 legisladores le responden y su influencia en el Gabinete se limita a dos ministros (Guillermo Montenegro y Hernán Lombardi). Sin embargo, es clave en el entramado político del PRO, una candidata a prueba de encuestas, ponderada por Jaime Durán Barba. Siempre mide bien, algo que enerva al jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta, con quien mantiene una larga interna. Ambos quieren suceder a Macri.
Roberto Lavagna es uno de los opositores al gobierno nacional que más cotiza en el mercado de las candidaturas.


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