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- 10.04.2013
Para Lubertino, los cepos "no son disuasorios y generan más violencia urbana"
La legisladora porteña María José Lubertino cuestionó la iniciativa del ejecutivo porteño para reintroducir los cepos como castigo para los infractores de tránsito. Consideró además que detrás de la propuesta de extender la superficie con parquímetros se esconde “un gran negocio” empresario.
“Detrás de esto hay un gran negocio: la voluntad recaudadora del ejecutivo y de prorrogar el contrato a las mismas empresas que hoy prestan el servicio de grúas y que vienen embolsando grandes cantidades de dinero”, aseguró la diputada, que integra la comisión de Tránsito y Transporte de la Legislatura.
El Ejecutivo porteño acaba de presentar allí un proyecto para el reordenamiento del estacionamiento medido que incluye la extensión del sistema de parquímetro a 10 mil cuadras con tarifas simples o progresivas y la vuelta de los cepos para castigar a quienes se hayan excedido en el tiempo abonado para áreas de estacionamiento medido.
El cepo funcionó en la Ciudad de Buenos Aires durante 10 años, de 1991 a 2001, y fue implementado por el entonces intendente Carlos Grosso.
“El mecanismo del cepo es un desastre, no sirve porque no es disuasorio, genera más violencia urbana y su finalidad es sólo recaudatoria beneficiando sólo a las empresas del servicio de grúas. Si una persona se estaciona donde no debe o se le agotó el crédito, lo que corresponde es una multa o el acarreo, como cualquier infracción”, dijo.
Por otro lado, la legisladora hizo hincapié en el carácter inconsulto del proyecto y en la necesidad de atender a la postura de los distintos actores cuando se analizan cambios como éstos.
“De ninguna manera creemos que se puede avanzar con este proyecto sin escuchar primero a los vecinos y comerciantes de cada barrio a través de audiencias comunales, porque si no esto se convierte en un caso de prepotencia y autoritarismo, donde alguien decide sentado en un escritorio sin conocer la opinión de la gente”, agregó.
“Además hay que analizar bien dónde se van a instalar los nuevos parquímetros, si hace falta, si es necesario. Poner estacionamiento medido en Lugano y Mataderos, por ejemplo, parece medio disparatado y va a perjudicar a los vecinos y comerciantes. En todo caso, hay que promover el transporte público para que la gente use menos autos”, concluyó.
Fuente: Télam
“Detrás de esto hay un gran negocio: la voluntad recaudadora del ejecutivo y de prorrogar el contrato a las mismas empresas que hoy prestan el servicio de grúas y que vienen embolsando grandes cantidades de dinero”, aseguró la diputada, que integra la comisión de Tránsito y Transporte de la Legislatura.
El Ejecutivo porteño acaba de presentar allí un proyecto para el reordenamiento del estacionamiento medido que incluye la extensión del sistema de parquímetro a 10 mil cuadras con tarifas simples o progresivas y la vuelta de los cepos para castigar a quienes se hayan excedido en el tiempo abonado para áreas de estacionamiento medido.
El cepo funcionó en la Ciudad de Buenos Aires durante 10 años, de 1991 a 2001, y fue implementado por el entonces intendente Carlos Grosso.
“El mecanismo del cepo es un desastre, no sirve porque no es disuasorio, genera más violencia urbana y su finalidad es sólo recaudatoria beneficiando sólo a las empresas del servicio de grúas. Si una persona se estaciona donde no debe o se le agotó el crédito, lo que corresponde es una multa o el acarreo, como cualquier infracción”, dijo.
Por otro lado, la legisladora hizo hincapié en el carácter inconsulto del proyecto y en la necesidad de atender a la postura de los distintos actores cuando se analizan cambios como éstos.
“De ninguna manera creemos que se puede avanzar con este proyecto sin escuchar primero a los vecinos y comerciantes de cada barrio a través de audiencias comunales, porque si no esto se convierte en un caso de prepotencia y autoritarismo, donde alguien decide sentado en un escritorio sin conocer la opinión de la gente”, agregó.
“Además hay que analizar bien dónde se van a instalar los nuevos parquímetros, si hace falta, si es necesario. Poner estacionamiento medido en Lugano y Mataderos, por ejemplo, parece medio disparatado y va a perjudicar a los vecinos y comerciantes. En todo caso, hay que promover el transporte público para que la gente use menos autos”, concluyó.
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