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- 25.03.2013
Terminó la toma de la Sala Alberdi, en el San Martín
Pasada la medianoche e ayer y tras una extensa negociación, las cuatro personas que mantenían tomada la Sala Alberdi del Centro Cultural San Martín resolvieron dejar el lugar, luego otra jornada de tensión e incidentes. La toma llevaba más de dos años.
Los últimos cuatro manifestantes que mantenían tomada la sala decidieron por su propia voluntad, y tras horas de negociaciones con autoridades del gobierno porteño, abandonar el lugar, después de casi 90 días de ocupación y siete años de conflicto. Se trata de cuatro jóvenes, quienes fueron identificados, tal como lo reclamó la Justicia. "No son trabajadores del centro sino okupas", aseveró el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi.
De igual forma opinó el titular de la cartera de Seguridad, Guillermo Montenegro. "Eran personas que entendían que en algún momento podían controlar el centro cultural", dijo y aclaró: "En caso de que no tengan antecedentes penales quedarán en libertad".
“La Ciudad se comprometió a cumplir con el fallo y proponer un nuevo lugar para garantizar la continuidad de las actividades artísticas que desarrollaban los integrantes de la sala Alberdi”, aclaró el abogado de los manifestantes, Luis Zamora. Según dijo, el ministro de Cultura porteño “vio con simpatía” la decisión de los jóvenes de desocupar "por su propia voluntad" la sala, por lo que aseguró que “harán una nueva propuesta”, insistió Zamora, aunque la información no fue confirmada ni por Lombardi ni por Montenegro, quienes, por el contrario, calificaron de "okupas" a los cuatro jóvenes.
La resolución del conflicto llegó después de otra jornada de incidentes, que se desataron cuando alrededor de las 19hs de ayer decenas de agentes de la Policía Metropolitana intentaron desalojar a los cuatro integrantes de la asamblea que ocupaban, desde el 3 de enero pasado, la sala Alberdi, ubicada en el sexto piso del Centro Cultural General San Martín.
El operativo de la fuerza de seguridad fue rechazado por artistas, estudiantes y militantes de partidos de izquierda, que permanecían concentrados en el cruce de las calles Sarmiento y Paraná, y aún continúan en el lugar, custodiados por los policías y agentes de Infantería.
Los últimos cuatro manifestantes que mantenían tomada la sala decidieron por su propia voluntad, y tras horas de negociaciones con autoridades del gobierno porteño, abandonar el lugar, después de casi 90 días de ocupación y siete años de conflicto. Se trata de cuatro jóvenes, quienes fueron identificados, tal como lo reclamó la Justicia. "No son trabajadores del centro sino okupas", aseveró el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi.
De igual forma opinó el titular de la cartera de Seguridad, Guillermo Montenegro. "Eran personas que entendían que en algún momento podían controlar el centro cultural", dijo y aclaró: "En caso de que no tengan antecedentes penales quedarán en libertad".
“La Ciudad se comprometió a cumplir con el fallo y proponer un nuevo lugar para garantizar la continuidad de las actividades artísticas que desarrollaban los integrantes de la sala Alberdi”, aclaró el abogado de los manifestantes, Luis Zamora. Según dijo, el ministro de Cultura porteño “vio con simpatía” la decisión de los jóvenes de desocupar "por su propia voluntad" la sala, por lo que aseguró que “harán una nueva propuesta”, insistió Zamora, aunque la información no fue confirmada ni por Lombardi ni por Montenegro, quienes, por el contrario, calificaron de "okupas" a los cuatro jóvenes.
La resolución del conflicto llegó después de otra jornada de incidentes, que se desataron cuando alrededor de las 19hs de ayer decenas de agentes de la Policía Metropolitana intentaron desalojar a los cuatro integrantes de la asamblea que ocupaban, desde el 3 de enero pasado, la sala Alberdi, ubicada en el sexto piso del Centro Cultural General San Martín.
El operativo de la fuerza de seguridad fue rechazado por artistas, estudiantes y militantes de partidos de izquierda, que permanecían concentrados en el cruce de las calles Sarmiento y Paraná, y aún continúan en el lugar, custodiados por los policías y agentes de Infantería.
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