Unos 50 policías custodian el enrejado de Parque Centenario

Unos 50 policías metropolitanos, con relevos para las 24 horas y cámaras de seguridad, vigilan el parque, en su primera jornada tras las tareas de mantenimiento y la instalación de una polémica reja perimetral para cerrarlo de noche.

"Si bien los cambios son favorables, no se hizo ningún cambio estructural que amerite el vallado y el cierre del parque en su totalidad por tres semanas y en verano", opinó la Asamblea del Parque Centenario.

La entidad vecinal es partidaria de mantener siempre abierto ese paseo público en el centro geográfico de la ciudad, y desafió al gobierno porteño a someterse a una consulta popular al respecto en la comuna 6, del barrio de Caballito, donde está inserto.

Sin embargo, el jefe de gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ratificó que el parque estará cerrado de 22 a 8hs. "No puede estar abierto toda la noche porque es inseguro y hay mucho vandalismo", dijo.

El ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, justificó el enrejado porque "la gran mayoría quiere un parque como el que ven ahora, hermoso, iluminado, con seguridad, donde la gente pueda venir a correr, con los hijos, con la familia".

Aida, una vecina jubilada, recordó que "el parque no es del Gobierno, es nuestro", y en cierto modo avaló la presencia policial porque, dijo, "para solucionar el problema de la seguridad se necesitan más guardias, y con todos los impuestos que pagamos alcanza para poner más".

Había agentes en los puestos de material que controlan los accesos al cerco interior, parejas de policías recorriendo a pie los senderos; otros en bicicleta y en motos patrullando por la calle Patricias Argentinas que lo circunvala, y un grupo con patrulleros y vehículos de transporte, en la entrada trasera.

Los más críticos de la nueva situación son cientos de comerciantes informales que ofrecían sus mercaderías en bulevares internos del parque, con sombra y puestos, y fueron expulsados a la vereda y reducidos a una manta, en el mejor de los casos.

Sobre las actividades comerciales, Santilli aclaró que "la gran mayoría de los vendedores, los históricos de libros, los artesanos, tienen sus permisos para continuar trabajando".

Rodríguez Larreta confirmó que "todos los que son vendedores legales van a poder seguir, y aún mejor, porque con el parque recuperado va a venir más gente y van a trabajar más y mejor".

Hay mejoras en el parquizado, reposición de césped, juegos nuevos y otros recién pintados, más bancos e implementos para ejercicios, pérgolas y baños de material, un sistema de riego y luminarias en plena reparación.

Una fuente construida con adoquines, tal vez añorados en alguna calle histórica, fue reacondicionada después de desalojar de allí a una familia sin casa que había improvisado una carpa.

Con todo, algunos detalles estaban sin terminar, como panes de pasto sin colocar, postes de la empalizada de obra amontonados en un rincón y algunos árboles faltantes en la acera perimetral, cuyo pavimento de diseño mostraba las cicatrices de obras de empresas de servicios públicos toscamente emparchadas.

En tanto, feriantes del Parque Centenario reclamaron al Gobierno porteño que se reubique a 600 de esos vendedores, debido a que no les permiten instalar sus puestos en el interior del predio, luego del enrejado de ese espacio verde.

José Fernández, vocero de los Feriantes del Parque Centenario, explicó a Télam que "el problema más grande lo tienen los 600 trabajadores que tenían sus puestos en los boulevares interiores y ahora están en la vereda, tirados sobre una manta”. Fernández explicó que hay “compañeros que se han enfermado por estar en esas condiciones, al rayo del sol por no tener la protección de las estructuras de metal".

En este sentido, agregó que "la mercadería no está protegida y tampoco se puede poner mucho en una manta" y consideró que "no hay lugar en las veredas y hay que tener en cuenta que en esta época no están todos los puesteros porque muchos aún no retornaron de la Costa”.

Ante esta situación, la Feria está reclamando al gobierno porteño que si no pueden volver a instalar sus puestos dentro del Parque, “se los reubique en espacios linderos” ya que “la palabra del gobierno fue que dentro del parque no van a ingresar trabajadores”.

“Estamos muy preocupados porque como yo, muchas personas sobrevivimos con nuestras ventas y la mayoría somos personas de más de 40 ó 50 años, que estamos desplazados del sistema laboral y dependemos de esta fuente de trabajo, y si no trabajamos no comemos”, advirtió.

Además están pidiendo que se los reconozca formalmente como feria, decisión que viene dilatándose a pesar de que estarían cumpliendo con todos los pasos burocráticos, como la confección de un padrón, que fue entregado ayer.

“Somos unos 1.200 en total y calculamos que unos 600 son los que tenían sus puestos en el interior, porque además de los artesanos hay muchos vendedores de golosinas, panchos y demás”, dijo.

“Queremos que nos reconozcan como feria que somos, porque estamos perfectamente organizados, llevamos más de 8 años trabajando adentro del Parque, luego de muchos trámites burocráticos les estamos demostrando con hechos que todos somos totalmente legales pero no reconocidos por el gobierno”, agregó.

Fuente: Télam


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