- Archivo
- 04.09.2012
Nuestra realidad y un objetivo común: la colegiación
Por Daniel Roberto Tocco,
Presidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal y Actividades inmobiliarias
Hoy el desarrollo de la profesión de administrador se encuentra inmerso en una maraña de obligaciones generadas por diferentes leyes, resoluciones y disposiciones que fueron imponiendo los distintos entes –llámese Gobierno de la Ciudad, AFIP, AGIP, etc., – que obliga a los administradores a invertir mucho más tiempo y, en muchos casos, a aumentar su estructura para poder cumplir con las nuevas exigencias que salen día a día.
La baja realizada por el Registro Público de Administradores del Gobierno de la Ciudad de muchos de los que ejercen esta profesión, ha llevado desaliento a los que desarrollan su actividad, algunos desde hace muchos años, y ha provocado que muchos decidieran abandonarla.
El desconocimiento del desarrollo de esta profesión de los que generan obligaciones y leyes, a la sombra de una ley confusa como es la 941, provocó que muchos consorcistas sin más valoración que una evaluación caprichosa de su actual representante legal, el administrador, decidieran su reemplazo, lo cual ha provocado una gran rotación en el sector, generando un trabajo adicional: la recepción de unos y la entrega de otros. ¿Quién no dejo de administrar un consorcio o tomó uno nuevo?
Hoy debemos juntar fuerzas para esclarecer cómo es el desarrollo de nuestra tarea, debemos concientizar a los propietarios acerca de que esta rotación, a veces innecesaria, solo genera atraso a los edificios en la realización de los trabajos, mientras el nuevo mandatario se termina de instalar en el consorcio.
No hay soluciones mágicas; estas nuevas reglamentaciones tendrán incidencia directa en las expensas, el control lo debe hacer cada propietario sobre su edificio, que es incomparable con otro, no podemos depender de funcionarios de turno y esperar que sigan cargando a los consorcios con nuevas obligaciones que tienen su correlato en el valor de la expensa. Es tiempo de explicar nuestra verdad.
Es tiempo de unión, de dejar de lado diferencias formales para cerrar filas con un objetivo común. Esta es nuestra convocatoria, la colegiación! nuestro objetivo. Contamos con todos, súmense.
Presidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal y Actividades inmobiliarias
Hoy el desarrollo de la profesión de administrador se encuentra inmerso en una maraña de obligaciones generadas por diferentes leyes, resoluciones y disposiciones que fueron imponiendo los distintos entes –llámese Gobierno de la Ciudad, AFIP, AGIP, etc., – que obliga a los administradores a invertir mucho más tiempo y, en muchos casos, a aumentar su estructura para poder cumplir con las nuevas exigencias que salen día a día.
La baja realizada por el Registro Público de Administradores del Gobierno de la Ciudad de muchos de los que ejercen esta profesión, ha llevado desaliento a los que desarrollan su actividad, algunos desde hace muchos años, y ha provocado que muchos decidieran abandonarla.
El desconocimiento del desarrollo de esta profesión de los que generan obligaciones y leyes, a la sombra de una ley confusa como es la 941, provocó que muchos consorcistas sin más valoración que una evaluación caprichosa de su actual representante legal, el administrador, decidieran su reemplazo, lo cual ha provocado una gran rotación en el sector, generando un trabajo adicional: la recepción de unos y la entrega de otros. ¿Quién no dejo de administrar un consorcio o tomó uno nuevo?
Hoy debemos juntar fuerzas para esclarecer cómo es el desarrollo de nuestra tarea, debemos concientizar a los propietarios acerca de que esta rotación, a veces innecesaria, solo genera atraso a los edificios en la realización de los trabajos, mientras el nuevo mandatario se termina de instalar en el consorcio.
No hay soluciones mágicas; estas nuevas reglamentaciones tendrán incidencia directa en las expensas, el control lo debe hacer cada propietario sobre su edificio, que es incomparable con otro, no podemos depender de funcionarios de turno y esperar que sigan cargando a los consorcios con nuevas obligaciones que tienen su correlato en el valor de la expensa. Es tiempo de explicar nuestra verdad.
Es tiempo de unión, de dejar de lado diferencias formales para cerrar filas con un objetivo común. Esta es nuestra convocatoria, la colegiación! nuestro objetivo. Contamos con todos, súmense.
- SECCIÓN
- Archivo
COMENTARIOS