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- 02.08.2012
Lo que suena y lo que ves
Cuando hablamos de la cultura del rock nacional, parecería que automáticamente debiéramos remontarnos a mediados de los ´60, cuando nacían grupos como Los Gatos,Almendra, Manal, Vox Dei,Arco Iris,Alma y Vida o Sui Generis, para terminar la historia con la disolución de Los Redonditos de Ricota, Los Piojos, Los Caballeros de la Quema, Los Fabulosos Cadillacs o La Bersuit Vergarabat; pero poco se sabe y se habla de los nuevos grupos que a diario recorren la escena local independiente. Como si la cultura del rock nacional realmente estuviese muda, se escuchan en las radios las últimas novedades de grupos internacionales, del último producto pop de Cris Morena, y hasta se habla del último twit del Salmón, pero poco se sabe del grupo que tocó a beneficio la semana pasada en una de las propuestas nocturnas más importantes de la noche porteña, que abrió sus puertas con entrada libre para quienes se presentaran con “abrigos en buen estado”, para donar a quienes los necesitan para pasar el invierno.
Es que el mundo del rock es mucho más de lo que se escucha en las radios y se ve en la televisión o en las revistas de “moda rock”. Internet y las redes sociales han marcado una nueva generación, el flujo de información que se maneja a diario difícilmente se pueda medir y su huella en la vida cotidiana se ha expandido hacia todas las direcciones posibles. Hoy es muy común llegar a casa disfrutar de un recital on line, descargar el último material discográfico -o, por qué no toda la discografía- de tu banda preferida. Los grupos se conectan vía “twitcam“ para charlar y responder las preguntas en vivo y en directo a sus seguidores. Pero aunque todo esto ayuda, tampoco alcanza. ¿Cómo llegamos hasta acá?
El término “under “suele sonarnos a raro, complicado y hasta aburrido. Pero la realidad es que desde hace años, suele aplicarse a los artistas independientes, a aquellos que no están auspiciados comercialmente por las empresas que explotan el arte y que generalmente no quieren estarlo, porque éstas hacen del arte un producto: lo modifican según los caprichos del mercado y lo lanzan masivamente. Compran los espacios de difusión en radios, revistas, diarios y televisión, arman mega festivales, y dejan en las sombras a montones de artistas que encontraron en la tecnología, en el boca a boca o en los medios alternativos, la manera de llegar al público.
Desde que los tiempos tienen memoria, en las callecitas de Buenos Aires se escriben historias que transpiran rebeldes melodías que algún día serán publicadas en libros, traducidas en películas y contadas por quienes las vivieron; pero mientras tanto, y aunque los porteños se paseen orgullos con sus nuevas remeras con estampas de rock, son muy pocos los que se animan a vivirlo.
Como nosotros no queremos que te quedes a fuera de éste increíble mundo, vamos a comenzar por recomendarte algunas de las más conocidas y mejores propuestas que apoyan el crecimiento cultural independiente, y que no se resumen a un recital de rock, ni a un festival de turno.
Makena: Ubicado en el barrio de Palermo (Fitz Roy 1519) abre sus renovadas puertas, con una propuesta en vivo, diferente para cada día. De martes a domingos hasta el amanecer: Dj. Rock, Reggae, Blues, Funk. Una parada obligatoria para todos los amantes del rock.
Fiesta Clandestina: Desde hace más de 6 años que apuestan a la fusión del arte y la diversión. La gente clandestina mezcla todos los condimentos, porque “Nada debería estar prohibido”. Desde agosto, todos los sábados en el barrio de Flores, la nueva casa Clandestina: Grow (Av. Rivadavia 7428) y como siempre, en vísperas de feriados en Groove (Av. Santa Fe 4389), innovadoras propuestas que son una garantía de calidad y diversión: el increíble Circo Clowndestino, bandas en vivo, rock, reggae y mucho más.
Groovestock: Un clásico de las noches porteñas que todos los viernes llena de rock las madrugadas de Balbanera en Uniclub (Guardia Vieja 3360). Con entrada gratuita, bandas en vivo y zapadas hasta el amanecer, el espíritu de los clásicos de los años 70 y 80 son la premisa de jornadas que no paran de sumar adeptos.
Hoy te proponemos que comiences a recorrer ese tesoro que no ves. Contanos por donde vas empezar.
Es que el mundo del rock es mucho más de lo que se escucha en las radios y se ve en la televisión o en las revistas de “moda rock”. Internet y las redes sociales han marcado una nueva generación, el flujo de información que se maneja a diario difícilmente se pueda medir y su huella en la vida cotidiana se ha expandido hacia todas las direcciones posibles. Hoy es muy común llegar a casa disfrutar de un recital on line, descargar el último material discográfico -o, por qué no toda la discografía- de tu banda preferida. Los grupos se conectan vía “twitcam“ para charlar y responder las preguntas en vivo y en directo a sus seguidores. Pero aunque todo esto ayuda, tampoco alcanza. ¿Cómo llegamos hasta acá?
El término “under “suele sonarnos a raro, complicado y hasta aburrido. Pero la realidad es que desde hace años, suele aplicarse a los artistas independientes, a aquellos que no están auspiciados comercialmente por las empresas que explotan el arte y que generalmente no quieren estarlo, porque éstas hacen del arte un producto: lo modifican según los caprichos del mercado y lo lanzan masivamente. Compran los espacios de difusión en radios, revistas, diarios y televisión, arman mega festivales, y dejan en las sombras a montones de artistas que encontraron en la tecnología, en el boca a boca o en los medios alternativos, la manera de llegar al público.
Desde que los tiempos tienen memoria, en las callecitas de Buenos Aires se escriben historias que transpiran rebeldes melodías que algún día serán publicadas en libros, traducidas en películas y contadas por quienes las vivieron; pero mientras tanto, y aunque los porteños se paseen orgullos con sus nuevas remeras con estampas de rock, son muy pocos los que se animan a vivirlo.
Como nosotros no queremos que te quedes a fuera de éste increíble mundo, vamos a comenzar por recomendarte algunas de las más conocidas y mejores propuestas que apoyan el crecimiento cultural independiente, y que no se resumen a un recital de rock, ni a un festival de turno.
Makena: Ubicado en el barrio de Palermo (Fitz Roy 1519) abre sus renovadas puertas, con una propuesta en vivo, diferente para cada día. De martes a domingos hasta el amanecer: Dj. Rock, Reggae, Blues, Funk. Una parada obligatoria para todos los amantes del rock.
Fiesta Clandestina: Desde hace más de 6 años que apuestan a la fusión del arte y la diversión. La gente clandestina mezcla todos los condimentos, porque “Nada debería estar prohibido”. Desde agosto, todos los sábados en el barrio de Flores, la nueva casa Clandestina: Grow (Av. Rivadavia 7428) y como siempre, en vísperas de feriados en Groove (Av. Santa Fe 4389), innovadoras propuestas que son una garantía de calidad y diversión: el increíble Circo Clowndestino, bandas en vivo, rock, reggae y mucho más.
Groovestock: Un clásico de las noches porteñas que todos los viernes llena de rock las madrugadas de Balbanera en Uniclub (Guardia Vieja 3360). Con entrada gratuita, bandas en vivo y zapadas hasta el amanecer, el espíritu de los clásicos de los años 70 y 80 son la premisa de jornadas que no paran de sumar adeptos.
Hoy te proponemos que comiences a recorrer ese tesoro que no ves. Contanos por donde vas empezar.
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