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- 18.07.2012
Gentili: "nada serio puede planificarse para el subte hasta que no pase a manos de la Ciudad"
Uno de los mayores conocedores del negocio del subte en la Ciudad, Rafael Gentili, legislador de Proyecto Sur, explicó a Nueva Ciudad por qué es difícil creerle a Metrovías - que acaba de retirar 20 trenes de servicio porque dice no tener plata para arreglarlos - y por qué, además, es imperioso que el subte pase a la órbita comunal.
¿Por qué afirmás que lo de Metrovías es un lockout?
Porque es una especie de quita de colaboración en un servicio público. En este caso en particular, Metrovías debería elevar una nota a su contralor, que en este caso sería, en este berenjenal que hay, SBASE o la Secretaría de Transporte. Recién en 30 días, si no le responden o si la autorizan, entonces ahí sí podría retirar las formaciones. Esto sería, en términos gremiales, una quita de colaboración. Son ellos los que dicen que las formaciones no están en condiciones y no hay ninguna autoridad pública que avale esto.
¿Hasta qué punto es cierto que no pueden reparar los trenes porque no reciben la plata de los subsidios que Nación le gira a Ciudad?
Eso es todo un berenjenal, en el que todos dicen medias verdades. Primero, hay que preguntarse por qué la Nación no deposita esos 30 millones mensuales en la cuenta se subsidios, que no pasaría por la ciudad, sino que iría directamente a Metrovías. Cuando se sentaron las dos partes a negociar, Ciudad y Nación, las dos sabían que se necesitaban 320 millones de subsidio al año para sostener el costo operativo de Metrovías. La ciudad, iba a aumentar la tarifa. Si se saca el cálculo de tarifa aumentada por pasajero, da que se van a recaudar entre 420 y 450 millones de pesos, y la Nación, además, pone los 360 millones de pesos en subsidios de este año. Por eso, en el acta que se firmó en enero, hay una clausulita que dice que la plata que sobre, se debía invertir en obras. La Nación hizo su propio cálculo en enero, por el cual sabía que había una plata determinada del subsidio, que no iba a ir ahí, al mantenimiento operativo del subte, y entonces debería destinarse a obras. Y de ahí salen los 108 millones de pesos que Randazzo dice que le giraron a la Ciudad y que no se usaron. Claro, Macri no la usa, porque si no “va preso”, porque eso implicaría que acepta la vigencia del acta. La verdad es que tampoco sabe nadie si Metrovías necesita esa plata.
¿Y cómo podría saberse eso?
Cualquier funcionario público que lo diga lo dice medio a ciegas, porque esas son las cuentas que hace la empresa. No hay ninguna resolución de ningún ente público que diga que el Metrovías necesita 140 millones de pesos para mantener los subtes, que es lo que dice la empresa. Si hubiera esa resolución, ahí hay que entrar a analizar los negocios que hace el Gurpo Roggio a través de Metrovías. La publicidad, el tendido de fibra óptica, el asesoramiento a la UOFE que explota el San Martín, el Roca y el Belgrano Sur, todo se hace con empresas del propio grupo. Toda esa plata, no entra a Metrovías, y se desvía a empresas que son del mismo dueño. Nosotros calculamos que, por este mecanismo, el año pasado se evadieron 100 millones de pesos, que no recibió Metrovías, y que recibieron empresas del Grupo Roggio, para el que es un negocio bárbaro, pero para los pasajeros, es un desastre. Tampoco se sabe cuál es el costo de reparación. ¿Quién dice eso? ¿Quién repara los trenes de Metrovías?: una empresa del Grupo Roggio. Entonces hoy es imposible saber si la cuenta que ellos hacen es la correcta.
En este escenario de tanta confusión, ¿quién debería hoy asumir el control de la situación?
Macri, sin lugar a dudas. Incluso, para pedirle cuentas al Gobierno Nacional, sobre lo que supuestamente no hizo en estos diez años. Nosotros presentamos un proyecto en la Legislatura para que la Ciudad se haga cargo de servicio y, eventualmente, que el Gobierno de la Ciudad le reclame a la Nación las obras que no habría hecho, siempre en potencial, porque es el gobierno porteño quien dice eso, y que el macrismo estima en 1000 millones de pesos. Y, en todo caso, si no se ponen de acuerdo, ir a la justicia y que la justicia resuelva quién tiene razón. Pero eso no puede ser un impedimento para hacerse cargo del servicio, así como no lo es para la Provincia de Buenos Aires hoy el litigio que tiene con la Nación para seguir prestando los servicios públicos, así como la Provincia de Santa Fé no dejaría de prestar el servicio de policía o de educación si llegara a tener un litigio con la nación. En todo caso, resuelve la justicia. Eso es lo que debería haber hecho Macri.
Hay una hipótesis sobre que lo que busca Metrovías, en realidad, es volver a la situación anterior a enero, cuando Nación pagaba el subsidio completo. Eso se suma a la denuncia del sindicato, de que hacen esto para condicionar la negociación salarial de agosto. ¿Es posible eso?
Es esa hipótesis o la de que quiere retirarse del servicio, buscando culpar por eso a otro. Cualquiera de las dos es posible. Eso es lo que está en juego acá, no el estado de los trenes. Otro escenario es el de la discusión salarial en agosto, que se suma al de enero que viene, en el que no habrá más subsidio. Tampoco hay más margen, además, para aumentar la tarifa del subte hasta que aumenten las otras tarifas, que fue el error inicial que cometió el macrismo. Todos se sentaron en la mesa de negociación con la hipótesis de que empezaba la Ciudad con el aumento y seguía la Nación. Nadie pensaba en el accidente de Once, ni el agravamiento de la situación económica. Desde nuestra perspectiva, fue muy cándida la renuncia de Macri a los subsidios. Nosotros teníamos trabajos hechos, que no llegamos a publicar, en los que decíamos que había que mantener los subsidios por lo menos por dos años, para tener una perspectiva de desarrollo para el subte, y Macri consideró que con un año, y con la mitad del subsidio, además, alcanzaba. Y el aumento de la tarifa fue apresurado, también. Se acaba de aprobar en la Legislatura una ampliación presupuestaria de 3500 millones de pesos; el subsidio completo, a la Ciudad, le hubiera costado el 10 por ciento de esa ampliación, y el 1 por ciento del presupuesto total, con lo cual, si se asumía ese costo, no hubiera habido excusas para que sucediera todo esto. Fue un manejo muy poco serio de la cosa, con mucha improvisación, y ahora nadie quiere hacerse cargo, solo están viendo quién sale menos dañado de este conflicto; y, en el medio, el Grupo Roggio sigue ganando plata.
¿Qué hay de cierto en que el gobierno porteño no usa la plata del Fondo para la ampliación de la red de subtes?
Hay una comisión de la legislatura de seguimiento de las obras y del uso de esa plata, que en la última sesión se amplió, y ahora se va a conformar para ver cómo se está usando.
Pero, de hecho, el gobierno de Macri tomó deuda para hacer obras en el subte, cuando tenía ese fondo.
Según el macrismo, esa plata ya se usó para la ampliación de la H, que ahora está parada, por un amparo en Recoleta y un conflicto con los comerciantes en Pompeya. Entonces, ahora la plata no se está usando. Pero eso es desvestir un santo para vestir otro. No se puede planificar nada serio para el subte hasta que no sea de la Ciudad. Si mañana hay que darle 140 millones de pesos a Metrovías, es como darle un cheque en blanco, sin que nadie sepa si esa palta es de verdad la que se necesita.
¿Por qué afirmás que lo de Metrovías es un lockout?
Porque es una especie de quita de colaboración en un servicio público. En este caso en particular, Metrovías debería elevar una nota a su contralor, que en este caso sería, en este berenjenal que hay, SBASE o la Secretaría de Transporte. Recién en 30 días, si no le responden o si la autorizan, entonces ahí sí podría retirar las formaciones. Esto sería, en términos gremiales, una quita de colaboración. Son ellos los que dicen que las formaciones no están en condiciones y no hay ninguna autoridad pública que avale esto.
¿Hasta qué punto es cierto que no pueden reparar los trenes porque no reciben la plata de los subsidios que Nación le gira a Ciudad?
Eso es todo un berenjenal, en el que todos dicen medias verdades. Primero, hay que preguntarse por qué la Nación no deposita esos 30 millones mensuales en la cuenta se subsidios, que no pasaría por la ciudad, sino que iría directamente a Metrovías. Cuando se sentaron las dos partes a negociar, Ciudad y Nación, las dos sabían que se necesitaban 320 millones de subsidio al año para sostener el costo operativo de Metrovías. La ciudad, iba a aumentar la tarifa. Si se saca el cálculo de tarifa aumentada por pasajero, da que se van a recaudar entre 420 y 450 millones de pesos, y la Nación, además, pone los 360 millones de pesos en subsidios de este año. Por eso, en el acta que se firmó en enero, hay una clausulita que dice que la plata que sobre, se debía invertir en obras. La Nación hizo su propio cálculo en enero, por el cual sabía que había una plata determinada del subsidio, que no iba a ir ahí, al mantenimiento operativo del subte, y entonces debería destinarse a obras. Y de ahí salen los 108 millones de pesos que Randazzo dice que le giraron a la Ciudad y que no se usaron. Claro, Macri no la usa, porque si no “va preso”, porque eso implicaría que acepta la vigencia del acta. La verdad es que tampoco sabe nadie si Metrovías necesita esa plata.
¿Y cómo podría saberse eso?
Cualquier funcionario público que lo diga lo dice medio a ciegas, porque esas son las cuentas que hace la empresa. No hay ninguna resolución de ningún ente público que diga que el Metrovías necesita 140 millones de pesos para mantener los subtes, que es lo que dice la empresa. Si hubiera esa resolución, ahí hay que entrar a analizar los negocios que hace el Gurpo Roggio a través de Metrovías. La publicidad, el tendido de fibra óptica, el asesoramiento a la UOFE que explota el San Martín, el Roca y el Belgrano Sur, todo se hace con empresas del propio grupo. Toda esa plata, no entra a Metrovías, y se desvía a empresas que son del mismo dueño. Nosotros calculamos que, por este mecanismo, el año pasado se evadieron 100 millones de pesos, que no recibió Metrovías, y que recibieron empresas del Grupo Roggio, para el que es un negocio bárbaro, pero para los pasajeros, es un desastre. Tampoco se sabe cuál es el costo de reparación. ¿Quién dice eso? ¿Quién repara los trenes de Metrovías?: una empresa del Grupo Roggio. Entonces hoy es imposible saber si la cuenta que ellos hacen es la correcta.
En este escenario de tanta confusión, ¿quién debería hoy asumir el control de la situación?
Macri, sin lugar a dudas. Incluso, para pedirle cuentas al Gobierno Nacional, sobre lo que supuestamente no hizo en estos diez años. Nosotros presentamos un proyecto en la Legislatura para que la Ciudad se haga cargo de servicio y, eventualmente, que el Gobierno de la Ciudad le reclame a la Nación las obras que no habría hecho, siempre en potencial, porque es el gobierno porteño quien dice eso, y que el macrismo estima en 1000 millones de pesos. Y, en todo caso, si no se ponen de acuerdo, ir a la justicia y que la justicia resuelva quién tiene razón. Pero eso no puede ser un impedimento para hacerse cargo del servicio, así como no lo es para la Provincia de Buenos Aires hoy el litigio que tiene con la Nación para seguir prestando los servicios públicos, así como la Provincia de Santa Fé no dejaría de prestar el servicio de policía o de educación si llegara a tener un litigio con la nación. En todo caso, resuelve la justicia. Eso es lo que debería haber hecho Macri.
Hay una hipótesis sobre que lo que busca Metrovías, en realidad, es volver a la situación anterior a enero, cuando Nación pagaba el subsidio completo. Eso se suma a la denuncia del sindicato, de que hacen esto para condicionar la negociación salarial de agosto. ¿Es posible eso?
Es esa hipótesis o la de que quiere retirarse del servicio, buscando culpar por eso a otro. Cualquiera de las dos es posible. Eso es lo que está en juego acá, no el estado de los trenes. Otro escenario es el de la discusión salarial en agosto, que se suma al de enero que viene, en el que no habrá más subsidio. Tampoco hay más margen, además, para aumentar la tarifa del subte hasta que aumenten las otras tarifas, que fue el error inicial que cometió el macrismo. Todos se sentaron en la mesa de negociación con la hipótesis de que empezaba la Ciudad con el aumento y seguía la Nación. Nadie pensaba en el accidente de Once, ni el agravamiento de la situación económica. Desde nuestra perspectiva, fue muy cándida la renuncia de Macri a los subsidios. Nosotros teníamos trabajos hechos, que no llegamos a publicar, en los que decíamos que había que mantener los subsidios por lo menos por dos años, para tener una perspectiva de desarrollo para el subte, y Macri consideró que con un año, y con la mitad del subsidio, además, alcanzaba. Y el aumento de la tarifa fue apresurado, también. Se acaba de aprobar en la Legislatura una ampliación presupuestaria de 3500 millones de pesos; el subsidio completo, a la Ciudad, le hubiera costado el 10 por ciento de esa ampliación, y el 1 por ciento del presupuesto total, con lo cual, si se asumía ese costo, no hubiera habido excusas para que sucediera todo esto. Fue un manejo muy poco serio de la cosa, con mucha improvisación, y ahora nadie quiere hacerse cargo, solo están viendo quién sale menos dañado de este conflicto; y, en el medio, el Grupo Roggio sigue ganando plata.
¿Qué hay de cierto en que el gobierno porteño no usa la plata del Fondo para la ampliación de la red de subtes?
Hay una comisión de la legislatura de seguimiento de las obras y del uso de esa plata, que en la última sesión se amplió, y ahora se va a conformar para ver cómo se está usando.
Pero, de hecho, el gobierno de Macri tomó deuda para hacer obras en el subte, cuando tenía ese fondo.
Según el macrismo, esa plata ya se usó para la ampliación de la H, que ahora está parada, por un amparo en Recoleta y un conflicto con los comerciantes en Pompeya. Entonces, ahora la plata no se está usando. Pero eso es desvestir un santo para vestir otro. No se puede planificar nada serio para el subte hasta que no sea de la Ciudad. Si mañana hay que darle 140 millones de pesos a Metrovías, es como darle un cheque en blanco, sin que nadie sepa si esa palta es de verdad la que se necesita.
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