No hubo acuerdo con el Ministerio y continúa la toma del colegio Tomás Espora

Los alumnos del colegio Tomás Espora del barrio porteño de Liniers continuarán la toma que mantienen desde hace un mes sin dictado de clases, al fracasar este lunes una reunión con autoridades educativas porteñas. No obstante, se acordó un nuevo encuentro para el jueves.

Unas cincuenta personas, entre estudiantes y padres, se movilizaron a la sede del Ministerio de Educación de la ciudad, Paseo Colón 255, y una delegación de 10 personas se entrevistó con la subsecretaria Ana Ravaglia, pero no llegaron a un acuerdo en torno al cierre de dos cursos de esa escuela.

En consecuencia, los alumnos resolvieron continuar con la toma, de la que este martes se cumple un mes, ya que reclaman ocho puntos pero el principal es el no cierre de los años cuarto y quinto de la carrera de Comunicación Social.

Laura Lorenzo, madre de uno de los chicos que realiza la toma, manifestó que el Espora "es una escuela invisible porque está en un callejón en el barrio de Liniers, donde asisten muchos chicos hijos de inmigrantes, entonces a nadie le importa".

"Sin embargo, la escuela en su especialidad de Comunicación ha recibido premios internacionales por trabajos audiovisuales que realizaron los alumnos", sostuvo.

Indicó además que "es muy importante la tarea integradora que se realiza en el área de comunicación, que es justamente en donde eliminaron un cuarto y un quinto, porque los docentes no sólo comparten sus conocimientos sino que promueven viajes y los incentivan a crear".

Lorenzo dijo que este martes "se cumplen cuatro semanas de la toma y las asambleas son cada vez más multitudinarias y añadió que "hay un 80 por ciento de los padres que apoyan la toma porque entienden que esta es una lucha que se está haciendo para las generaciones futuras".

La mujer destacó que "los chicos, que muchas veces son discriminados por vivir en una zona vulnerable de la ciudad, nos están enseñando día a día a defender la escuela y nosotros estamos orgullosos de ellos".

Respecto al conflicto explicó que "la matrícula había comenzado a descender hace unos años, pero justamente los profesores que hoy se están quedando con menos horas fueron los que incentivaron al barrio para que crezcan los inscriptos y hoy la cantidad de alumnos es muy numerosa".

 


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