Los artesanos de la calle Perú rechazan ser reubicados por el gobierno porteño

Artesanos que exhiben y venden sus productos en la calle Perú, entre avenida Rivadavia y Diagonal Sur, en el centro porteño, se instalaron hoy, como el viernes pasado, con sus mantas sin mercadería en rechazo a la decisión del gobierno porteño de prohibir la actividad en el lugar.

Desde las primeras horas de hoy, la policía Metropolitana desplegó un gran operativo en el lugar para evitar la presencia de los puestos artesanales. Uno de los artesanos que trabaja en la peatonal, identificado como Gustavo, sostuvo que "no somos manteros, somos artesanos y no somos 40, somos más de 100". Asimismo, anunció que "hay medidas cautelares que están vigentes y nos dan el derecho a trabajar acá, no llegó la notificación de ninguna revocación, por lo tanto el gobierno de la Ciudad está violando la ley".

En este sentido, María Isabel Sánchez, otra de las artesanas afectadas por la prohibición de venta, dijo que "soy la que encabeza una de las cautelares que están vigentes, sin embargo el gobierno de la Ciudad argumenta que ya nos dieron un espacio para ir a trabajar y esto no tiene validez". "Consideramos que el gobierno está cometiendo un delito y por eso vamos a actuar penalmente", denunció. Sánchez sostuvo que por la plaza Roberto Arlt, donde el gobierno porteño pretende reubicar a los artesanos, "sólo pasa gente que corta camino o que va a la plaza a almorzar". Asimismo, detalló que "sólo nos habilitan a trabajar en los puestos de la plaza los días sábados y domingos", en tanto, en la calle Perú trabajan "todos los días".

Bárbara, otra artesana, afirmó que "nosotros vivimos de los argentinos, no de los extranjeros como dice Macri. No nos sirve que nos diga que van a poner una parada de los micros turísticos que tiene el gobierno de la Ciudad en la entrada de la Plaza". En cuanto a los vendedores que aceptaron irse a la plaza, la mujer explicó que "ellos hacen reventa, no son artesanos por eso no pueden estar en este espacio". "Macri tiene que entender que el artesano es patrimonio cultural y legitima la cultura", concluyó. Como método de protesta los artesanos colocaron en sus mantas carteles en contra del gobierno porteño en los que se leen frases como "Tenemos derecho a trabajar", "No queremos toldos amarillos, queremos trabajar al aire libre", mientras realizaban talleres para enseñar cómo hacer artesanías.


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