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- 19.12.2011
Buenos Aires es la ciudad con menos contaminación de la región
Créase o no, la ciudad de Buenos Aires parece que puede hacerle honor a su nombre: está entre las metrópolis del mundo en las que se respira mejor.
A pesar del creciente peso del tránsito automotor y de la cantidad de habitantes que diariamente ingresan y circulan por sus calles, la concentración de los contaminantes en la atmósfera porteña hace que las bocanadas de aire sean más saludables, mucho más saludables, que en México Distrito Federal, Santiago, Chile, Bogotá o San Pablo.
Un nuevo estudio de la OMS que mide la polución atmosférica indica que la Buenos Aires registra material particulado contaminante (PM10) en el nivel más bajo de la región, ampliamente superada por Bogotá, la más afectada; Santiago (Chile), México DF y San Pablo, con índices de smog más altos.
Aunque el organismo internacional indica que la media anual ideal de estas partículas debería ser de 20 microgramos por metro cúbico, los registros de la ciudad de Buenos Aires están entre los que no representan daños para la salud. De los 15 países de América latina analizados, Chile es el cuarto con mayor nivel de material particulado en la atmósfera, con 62 microgramos por metro cúbico (Ug/m3), superado por Bolivia (82), Perú (74) y Colombia (71). Costa Rica cuenta con el nivel más bajo, con 28 ug/m3.
Lo curioso del fenómeno en la Capital es que no obedece a políticas públicas sustentables o prácticas ecológicas por parte de la población. La razón por la que la ciudad goza de una buena calidad de aire se explica casi exclusivamente por la naturaleza: la ubicación geográfica de la urbe, sumada a las condiciones meteorológicas, hace que la contaminación que se genera diariamente se disipe sin provocar altas concentraciones, nocivas para la salud.
Así también lo demuestran las mediciones oficiales locales, que dan cuenta de que los gases que se miden en el ámbito porteño -dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y ozono- y el material particulado en suspensión no superan los límites impuestos por la normativa.
A pesar del creciente peso del tránsito automotor y de la cantidad de habitantes que diariamente ingresan y circulan por sus calles, la concentración de los contaminantes en la atmósfera porteña hace que las bocanadas de aire sean más saludables, mucho más saludables, que en México Distrito Federal, Santiago, Chile, Bogotá o San Pablo.
Un nuevo estudio de la OMS que mide la polución atmosférica indica que la Buenos Aires registra material particulado contaminante (PM10) en el nivel más bajo de la región, ampliamente superada por Bogotá, la más afectada; Santiago (Chile), México DF y San Pablo, con índices de smog más altos.
Aunque el organismo internacional indica que la media anual ideal de estas partículas debería ser de 20 microgramos por metro cúbico, los registros de la ciudad de Buenos Aires están entre los que no representan daños para la salud. De los 15 países de América latina analizados, Chile es el cuarto con mayor nivel de material particulado en la atmósfera, con 62 microgramos por metro cúbico (Ug/m3), superado por Bolivia (82), Perú (74) y Colombia (71). Costa Rica cuenta con el nivel más bajo, con 28 ug/m3.
Lo curioso del fenómeno en la Capital es que no obedece a políticas públicas sustentables o prácticas ecológicas por parte de la población. La razón por la que la ciudad goza de una buena calidad de aire se explica casi exclusivamente por la naturaleza: la ubicación geográfica de la urbe, sumada a las condiciones meteorológicas, hace que la contaminación que se genera diariamente se disipe sin provocar altas concentraciones, nocivas para la salud.
Así también lo demuestran las mediciones oficiales locales, que dan cuenta de que los gases que se miden en el ámbito porteño -dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y ozono- y el material particulado en suspensión no superan los límites impuestos por la normativa.
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