Rafael Gentilli: “Al macrismo le cuesta entender que las Comunas son otro gobierno”

El próximo 10 de diciembre se pondrán en funcionamiento las Comunas. Nueva Ciudad dialogó con Rafael Gentilli, legislador de Proyecto Sur y Presidente de la Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana sobre los desafíos de esta nueva forma de gobierno y los problemas que se les presentarán por la creación de las Unidades de Atención Comunal.

¿Cuál es la principal novedad que traerán las Comunas?

Que se pongan en funcionamiento, esa de por sí va a ser una novedad. Qué tanto después eso va a modificar la estructura político administrativa de la ciudad, está por verse. Lo que es  cierto también es que, sólo por ponerse en movimiento, las comunas no tienen garantizado su éxito. Pero que existan ya es una novedad, porque es una conquista que se le tuvo que arrancar con fórceps al sistema político. Gracias al tesón de un grupo de vecinos que tomó esto, cuando la agenda política de la ciudad ya un poco lo había dejado,  es por lo que avanzó el proceso de comunas; si no, no avanzaba. No se trató nunca de iniciativas del sistema político: las comunas siempre entraron al sistema político por presión. Eso hace que uno tenga dudas sobre el compromiso del sistema político con su desarrollo, más allá de nuestro espacio, que tiene un compromiso fundacional y programático con los gobiernos locales, con un gobierno colegiado, que es una novedad importante para la política argentina, para los que pensamos que parte de los problemas de Argentina tiene que ver con cómo se la gobierna, con ejecutivos, generalmente, muy personalistas. En las comunas se da la convivencia de, por lo menos, tres fuerzas políticas en la Junta Comunal, lo que es todo un desafío, porque las tres son responsables por el gobierno. Estas características hacen que este modelo sea especialmente bueno, más allá de los beneficios de descentralizar funciones del gobierno central. La Ciudad de Buenos Aires es una mixtura entre intendencia y gobernación. Para los que creemos que tiene que ir más hacia un modelo de gobernación, es imprescindible que el Jefe de Gobierno se desligue de cuestiones municipales; y ahí ingresan las comunas. Además, lo bueno de las Comunas es que es una puesta en práctica de un modelo de democracia participativa.

Si la tendencia de las Comunas es a desmunicipalizar, ¿por qué desde el PRO sostienen que la Ley de Comunas debería ser modificada, justamente, para que el gobierno conserve esas tareas municipales?

Esa es la disputa más fuerte. Pero a ese argumento los vencen los hechos mismos. Cuando al Gobierno de la Ciudad le pasen los subtes, por ejemplo, el ejecutivo va tener que engordar sus competencias de gobernación. Nadie evalúa la gestión de Scioli, por ejemplo, por el estado de las plazas. Porque lo único que limita a Buenos Aires a la categoría de municipio es el territorio acotado, pero los problemas estructurales son los de una provincia: basura, que es un problema de la Región Metropolitana, además, transporte, infraestructura urbana, seguridad, salud, educación, la problemática social, la relación de la ciudad con el Área Metropolitana, son todos temas de dimensión de un gobernador. Eso hace que sea materialmente imposible que el Jefe de Gobierno, si realmente se dedica a eso, se pueda ocupar de cómo están los árboles en las plazas. Lo que sucede es que es mucho más conveniente, para quien gobierne, encargarse de los asuntos municipales que de esos otros; no hay ningún intendente en el país que, por más que haga una gestión sobresaliente, arreglando plazas y calles, pueda ser automáticamente precandidato a presidente. Eso pasa sólo en Buenos Aires, cualquiera sea el jefe de gobierno. Pero eso, la verdad, esa casi una competencia desleal con el resto del sistema político.

¿En qué medida las Unidades de Atención Ciudadana, creadas por el gobierno de Macri, tienen que ver con esa necesidad del gobierno de municipalizarse?

Lo que el macrismo no termina de aceptar es que las comunas son otro gobierno. Independientemente de que todas las comunas van a estar gobernadas por una mayoría del PRO, a ellos les cuesta aceptar que son otro gobierno; lo que implica que los que deciden acerca de lo que se hace en cada territorio son los siete miembros de la Junta Comunal, le guste o no al gobierno central. Por ejemplo, se puede tener un criterio de administración del mantenimiento de las plazas diferente al que se tiene en el gobierno central. La ley también establece que la cara con los vecinos de los asuntos de las comunas son las Juntas, por eso preveía la disolución de los CGPC, pero no para crear otro organismo análogo, como las UAC. De hecho también en la ley se prevé que haya un área, en las Juntas, de Atención Comunal, que es lo que supuestamente vendrían a hacer las UAC. La ley dice que es una actividad concurrente con el gobierno central, coordinada a través del Consejo Intercomunal. Con eso, lo que hace el ejecutivo es avanzar directamente sobre las funciones de las comunas, hasta en el espacio físico en el que van a funcionar. Ahí aparece otro problema, porque casi todos los presidentes electos de las Juntas Comunales son los actúales directores de los CGPC, que ahora van a ver disminuidas sus facultades, cuando justamente fueron electos presidentes para ampliarlas. Lo que hacen es meterles por encima a alguien puesto por el ejecutivo, con menos legitimidad que él, pero con más poder.  Yo creo que esto no puede durar mucho tiempo, porque los propios comuneros macristas lo van a cuestionar. Está el caso de la comuna 13, que tiene un tablero de control para la atención al público, del que se jactan que es de avanzada; eso lo maneja hoy el director del CGPC, que va a ser el presidente de la Junta Comunal, con lo que lo va a dejar de manejar, porque eso caería bajo la órbita de la UAC.

¿Qué tanto se puede especular con que la creación de las UAC son más para marcar el terreno a los propios, más que a la oposición?

Son las dos cosas, y van de la mano, porque lo que quieren controlar es el proceso. En realidad, lo que hacen es poner un pie para que las Juntas Comunales no despeguen o, si lo hacen, es porque les van regulando el aire para que lo hagan. Les cuesta ver, y esto lo dicen, a las Juntas en reemplazo de los CGPC. Esto se ve tanto en la creación de las UAC como en la reforma de la Ley de Comunas que impulsan en la Legislatura. El macrismo no está de acuerdo con lo que la Constitución dice que tienen que ser las Comunas. Pero para eso habría que hacer una reforma de la Constitución, no de una ley. Están atacando el corazón de las Comunas, porque no creen en la democracia participativa, no creen en los órganos colegiados, no creen en la independencia de las Comunas del gobierno central.

¿Y cuáles creés que van a ser las consecuencias principales de la creación de las UAC para ese proceso político?

Lo van a entorpecer. Y también van a permitir una mayor cohesión de los siete juntistas en la defensa de su gobierno comunal, porque las UAC interfieren en las funciones de todos, los del Frente para la Victoria, los de Proyecto Sur o los del PRO. Y no va a ser nada fácil que los juntistas del PRO acepten que les vengan a dar órdenes funcionarios con menos legitimidad que ellos. Y el ejecutivo, más que entorpecer, debería colaborar con el proceso.

¿Qué te parece que va a pasar con las Comunas?

Si el plan de transferencia que presentó el gobierno se cumple, la cosa no estaría tan mal, porque en un año y medio estarían las Comunas funcionando en pleno. Creo que lo que vaya a pasar depende de los actores, y ahí nosotros tenemos un rol a cumplir. Nosotros trabajamos para que los siete juntintas asuman sus responsabilidades de gobierno, y esto es todo un desafío, sobre todo para los militantes sociales que tenemos tanto en Proyecto Sur, como en el Frente para la Victoria, que no basaron su militancia en el arreglo de los baches, sino más en las problemáticas sociales de la ciudad, en lo que las comunas tiene un papel para cumplir, pero cuya legitimidad está en cómo resuelvan los problemas más pedestres, los estrictamente municipales. La combinación de ambas cosas debe ser lo que prime, responsabilidad de gestión y compromiso social. Si además logramos involucrar a la ciudadanía cada vez más, en los Consejos Consultivos, si la ciudadanía comienza a apoderarse de los instrumentos que hay, como el presupuesto participativo por comuna y el control del gasto de ese presupuesto, las comunas van a andar muy bien. Es un desafío para el sistemas político también, porque todos son responsable del gobierno comunal, entonces se tiene que construir una solidaridad inter pares entre los comuneros, que no es una solidaridad corporativa al estilo mafia, sino la de saber que están en el mismo barco. Porque lo que hay es división por área de trabajo, pero la responsabilidad por lo que hace cada comunero, incluso civil y penalmente, es de toda la junta. Esto es todo un desafío para una lógica más facciosa de la política, en la que cada bando se echa culpas mutuamente. Es un escalón que también la política debe subir.

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