Finalmente, la Legislatura modificó el sistema de clasificación docente

Tal cual lo anticipara ayer Nueva Ciudad, la Legislatura porteña votó la modificación del sistema de clasificación docente, merced al acompañamiento del PRO y la Coalición Cívica al proyecto del legislador de la CC Sergio Abrevaya que, si bien no elimina las Juntas, sí reduce su número de 15 a 7 y les quita su función principal, la de clasificación. La nueva ley contempla la creación de la Comisión de Registro y Evaluación de Antecedentes Profesionales, dependiente del Ministerio de Educación del Gobierno porteño, frente a la cual las juntas tendrán una función de contralor. En los hechos, la nueva modalidad implica que el poder ejecutivo tendrá la potestad de decidir los nombramientos de todos los docentes, directores de escuelas y supervisores de todos los niveles educativos de la Ciudad, sin la intervención de los propios docentes, tal cual sucedía hasta ahora.

Ya los gremios habían rechazado la posibilidad de consensuar un proyecto de esas características, porque le quita la principal atribución que hoy tienen las juntas, que es la de clasificación. Se verá en el transcurrir de las jornadas cuál es la actitud que adoptan.

Lo cierto es que la discusión sobre el sistema de clasificación docente llevaba ya varios meses, en los que no sólo se discutió en las comisiones de la Legislatura, sino también en el Ministerio de Educación porteño, en una mesa de diálogo en la que los gremios y el ministro Esteban Bulrich venían discutiendo este y otros temas, incluso algunos en los que llegaron a ponerse de acuerdo, como el de la titularización de los docentes contratados. Ese espacio de negociación entre los gremios y el ejecutivo parece ser otra de las víctimas de la decisión de la Legislatura, además de las Juntas. El futuro del ministro Bulrich en el próximo gabinete de Mauricio Macri dirá algo sobre eso también.

El debate en la legislatura se desarrolló en un clima tenso, tanto por las febriles negociaciones entre los propios legisladores, como por la movilización de docentes al edificio de Perú 160, que desde las primeras horas de la tarde acompañó las peripecias de los distintos proyectos. Durante la mañana, un grupo de encapuchados, entre los que algunos manifestantes reconocieron integrantes de la barra brava de Boca, intentó desalojar a los maestros que se manifestaban frente al parlamento porteño y, de paso, facilitó el acceso de algunos diputados del macrismo. Sobre el final del debate, cerca de la una y media de la madrugada, un grupo de presuntos militantes identificados con banderas de partidos de izquierda intentó prender fuego una de las puertas de acceso, pero la intentona fue rápidamente sofocada por el fuerte operativo de seguridad que, sin embargo, permaneció siempre dentro del edificio.

La modificación del sistema de selección y clasificación docente cambia radicalmente el mapa de una de las actividades emblemáticas de la Ciudad de Buenos Aires, cuya rechazo, por ejemplo, a las modificaciones implementadas por la Ley Federal de Educación, es casi un ícono de las pocas  resistencias exitosas al neoliberalismo durante los años ´90. Pero eso ya es historia y habrá que ver cuáles serán las consecuencias inmediatas y mediatas para la educación porteña a partir de la decisión adoptada hoy por los legisladores de la Ciudad.


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