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- 27.10.2011
En la Ciudad, solo ganaron los vencedores metafóricos
[caption id="attachment_2844" align="alignleft" width="300" caption="Por Andrés Brandani"]
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Por Andrés Brandani (@UnBrandani)
Hay algo clarísimo, no debe existir una sola nota de política en esta semana que no arranque reconociendo el triunfo histórico de Cristina Fernández de Kirchner, las atribuciones de la victoria podrán variar, desde reconocimiento a políticas de derecho en su gestión o valiosísimos -para los anales de la estupidez mediocre de las mejores plumas de la derecha- análisis que atribuyan el triunfo a las capacidades actorales y de montaje en escena de la Presidenta y su viudez. Pero, hay algo que es menos claro, mucho menos claro, en la Ciudad, ¿Quién ganó?
Si nos guiamos por los números -los obvios, los matemáticos- también salió primera la Presidenta, pero las cifras de la CABA no le hubiesen dado la reelección, solo le hubiesen permitido ir a una segunda vuelta contra el representante del socialismo en la argentina, los números más que ajustados: 35 vs 28, si este hubiese sido el escenario nacional estaríamos frente a una segunda incierta segunda vuelta.
Podríamos suponer que el ganador es Hermes Binner, pero esto sería también parte de un análisis poco sólido, falso al menos. El FAP cosechó votos extraños, por ejemplo, el socialismo ganó en comunas como las de Recoleta, Colegiales, Belgrano, Nuñez, Palermo. ¿Esto significa que los vecinos más pudientes de la Ciudad están aprendiendo a cantar La Internacional mientras que dibujan puños con rosas en los cuartos de sus hijos? Estos votos parecieran tener el mismo valor de lealtad para con Binner como Cobos para con el kirnchnerismo. Esos votos, el día de mañana volverán a manos de sus dueños naturales, más puros. ¿O alguien tiene tan poca capacidad de análisis político para sospechar que en una eventual contienda electoral que incluya a Macri el socialismo seguiría disfrutando de los votos de esas Comunas?
Resumiendo, no creo que se puedan encontrar ganadores directos en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires, los ganadores son, en todo caso, metafóricos. ¿Quiénes ganaron? Bueno, ganaron los que no eran candidatos, ganaron las metáforas de posibles escenarios futuros.
Obviamente uno de estos ganadores metafóricos es a) Macri, b) el macrismo y su c) gestión en la Ciudad. Vamos por partes: a) Macri ganó porque no perdió, todos los otros derrotados ya pueden ser colocados en las casillas de malos recuerdos de la política, aunque ellos consideren que tienen lugar en la política desde la resistencia o reconstruyendo partidos centenarios lo suyo “ya fue”. b) El macrismo ganó porque pueden seguir sumando por todos lados, todos los restos mutilados por la aplanadora de votos en contra pueden ser bienvenidos con promesas más o menos amables de lugares de participación, pero hoy en día o van al macrismo o se van a la casa. c) La gestión del PRO en la Ciudad también ganó, estamos todos ocupados pensando -y alguna de las opciones que acompañan al pensar: disfrute, goce, sufrimiento, reconocimiento, etc.- el PRO pasa con relativo éxito por la Legislatura un presupuesto que en esencia no es diferente a años anteriores, pero lo distintivo es que mata, en la cuna de su nacimiento, al proceso de Comunas: en vez de respetar la ley y otorgarles a las Comunas capacidades de gestión y los recursos necesarios se burla de la democracia y de los vecinos, presentando un proyecto de presupuesto que solo otorga suficiente dinero para acciones menores, muy menores, casi que solo alcanza para podar los árboles de la mitad de cada Comuna. El sentido de esto no es solo que ellos puedan construir el relato del “para que gastar en comuneros, comunas y asesores, nosotros solos somos mejores”, también que puedan mostrar como los comuneros no PRO fracasan, sin importar que la responsabilidad esté en el ejecutivo central.
Un sentido de éste asesinar a las Comunas por la espalda, evita entregar poder y capacidad de gestión a su propia tropa de comuneros. El poder en el PRO es un problema, pareciera que solo lo puede capitalizar el mismísimo Macri, no se pueden dar el lujo que nadie, con o sin votos que los respalden, hagan uso de ese poder. Algunos piensan que el 2015 será un dolor de cabeza para el kirchnerismo, pero ni les cuento el paracetamol que correrá por las filas amarillas.
El último ganador metafórico esta en el kirchnerismo, es, en principio, el armado, la construcción, el relato, que aún no está presente en la Ciudad, esta derrota –metafórica- en la Ciudad es la condición de posibilidad y apertura para entender que el camino en la Ciudad aún no se está andando, se puede estar pensando o diseñando, pero aún no “landran, Sancho”. El triunfo es saber que aún no se ganó y que hay que encontrar otra metáfora para poder lograrlo.
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Por Andrés Brandani (@UnBrandani)
Hay algo clarísimo, no debe existir una sola nota de política en esta semana que no arranque reconociendo el triunfo histórico de Cristina Fernández de Kirchner, las atribuciones de la victoria podrán variar, desde reconocimiento a políticas de derecho en su gestión o valiosísimos -para los anales de la estupidez mediocre de las mejores plumas de la derecha- análisis que atribuyan el triunfo a las capacidades actorales y de montaje en escena de la Presidenta y su viudez. Pero, hay algo que es menos claro, mucho menos claro, en la Ciudad, ¿Quién ganó?
Si nos guiamos por los números -los obvios, los matemáticos- también salió primera la Presidenta, pero las cifras de la CABA no le hubiesen dado la reelección, solo le hubiesen permitido ir a una segunda vuelta contra el representante del socialismo en la argentina, los números más que ajustados: 35 vs 28, si este hubiese sido el escenario nacional estaríamos frente a una segunda incierta segunda vuelta.
Podríamos suponer que el ganador es Hermes Binner, pero esto sería también parte de un análisis poco sólido, falso al menos. El FAP cosechó votos extraños, por ejemplo, el socialismo ganó en comunas como las de Recoleta, Colegiales, Belgrano, Nuñez, Palermo. ¿Esto significa que los vecinos más pudientes de la Ciudad están aprendiendo a cantar La Internacional mientras que dibujan puños con rosas en los cuartos de sus hijos? Estos votos parecieran tener el mismo valor de lealtad para con Binner como Cobos para con el kirnchnerismo. Esos votos, el día de mañana volverán a manos de sus dueños naturales, más puros. ¿O alguien tiene tan poca capacidad de análisis político para sospechar que en una eventual contienda electoral que incluya a Macri el socialismo seguiría disfrutando de los votos de esas Comunas?
Resumiendo, no creo que se puedan encontrar ganadores directos en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires, los ganadores son, en todo caso, metafóricos. ¿Quiénes ganaron? Bueno, ganaron los que no eran candidatos, ganaron las metáforas de posibles escenarios futuros.
Obviamente uno de estos ganadores metafóricos es a) Macri, b) el macrismo y su c) gestión en la Ciudad. Vamos por partes: a) Macri ganó porque no perdió, todos los otros derrotados ya pueden ser colocados en las casillas de malos recuerdos de la política, aunque ellos consideren que tienen lugar en la política desde la resistencia o reconstruyendo partidos centenarios lo suyo “ya fue”. b) El macrismo ganó porque pueden seguir sumando por todos lados, todos los restos mutilados por la aplanadora de votos en contra pueden ser bienvenidos con promesas más o menos amables de lugares de participación, pero hoy en día o van al macrismo o se van a la casa. c) La gestión del PRO en la Ciudad también ganó, estamos todos ocupados pensando -y alguna de las opciones que acompañan al pensar: disfrute, goce, sufrimiento, reconocimiento, etc.- el PRO pasa con relativo éxito por la Legislatura un presupuesto que en esencia no es diferente a años anteriores, pero lo distintivo es que mata, en la cuna de su nacimiento, al proceso de Comunas: en vez de respetar la ley y otorgarles a las Comunas capacidades de gestión y los recursos necesarios se burla de la democracia y de los vecinos, presentando un proyecto de presupuesto que solo otorga suficiente dinero para acciones menores, muy menores, casi que solo alcanza para podar los árboles de la mitad de cada Comuna. El sentido de esto no es solo que ellos puedan construir el relato del “para que gastar en comuneros, comunas y asesores, nosotros solos somos mejores”, también que puedan mostrar como los comuneros no PRO fracasan, sin importar que la responsabilidad esté en el ejecutivo central.
Un sentido de éste asesinar a las Comunas por la espalda, evita entregar poder y capacidad de gestión a su propia tropa de comuneros. El poder en el PRO es un problema, pareciera que solo lo puede capitalizar el mismísimo Macri, no se pueden dar el lujo que nadie, con o sin votos que los respalden, hagan uso de ese poder. Algunos piensan que el 2015 será un dolor de cabeza para el kirchnerismo, pero ni les cuento el paracetamol que correrá por las filas amarillas.
El último ganador metafórico esta en el kirchnerismo, es, en principio, el armado, la construcción, el relato, que aún no está presente en la Ciudad, esta derrota –metafórica- en la Ciudad es la condición de posibilidad y apertura para entender que el camino en la Ciudad aún no se está andando, se puede estar pensando o diseñando, pero aún no “landran, Sancho”. El triunfo es saber que aún no se ganó y que hay que encontrar otra metáfora para poder lograrlo.
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