OPINIÓN

"El dilema de Jorge Macri", por Werner Pertot

El jefe de Gobierno quedará en la primera línea de fuego de la represión de la protesta contra Milei. ¿Le hará el trabajo sucio al presidente o seguirá el teorema de Larreta? Además, un gabinete porteño sin radicales.

Jorge Macri se enfrenta a un dilema. En la campaña habló de ordenar las manifestaciones e impedir los acampes con niños y niñas. Fue un discurso duro hacia los piqueteros y otros que protesten. Pero no está claro que el jefe de Gobierno electo estuviera pensando en un escenario donde desborden las protestas por despidos masivos en el Estado o por movimientos sociales que inician un plan largo ante el recorte parcial o total de programas sociales. Jorge Macri ya viene hablando con el presidente electo Javier Milei sobre las manifestaciones, según admitió este último. ¿Qué hará? Puede ser la tercerización de la represión de Milei, en cuyo caso recibirá el costo político en función del proyecto de otro dirigente. O bien puede adherirse al teorema de Larreta, que aplicó largo y tendido durante el gobierno de Mauricio Macri.

Para quienes no lo recuerden: durante el gobierno de Macri, la ministra de Seguridad, que era Patricia Bullrich le exigía al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta que reprima, o –mejor dicho- que reprima más. Para que quede claro: represión hubo por parte de la Policía de la Ciudad en 2016-2019, pero no toda la que le hubiera gustado a Bullrich. El razonamiento de Larreta era: ¿por qué me voy a comer yo el costo político de un muerto, que me puede complicar mi carrera presidencial? Que el costo lo paguen Bullrich-Macri.

Jorge Macri se enfrenta al mismo dilema con Milei, pero con varias diferencias: Milei no es de su misma fuerza política. Jorge Macri quiere ser un nuevo líder del PRO emergente para futuras elecciones presidenciales, no un lacayo de Milei. Pero tampoco quiere antagonizar con un presidente electo que sacó el 55 por ciento de los votos. Así que será una maniobra de equilibrista.

A su vez, Jorge Macri está negociando para que le devuelvan el monto de coparticipación que fijó la Corte Suprema en un fallo. Milei quiere recortar los fondos federales, pero –según me dicen fuentes porteñas- se habría comprometido a cumplir ese fallo. Eso reforzaría la buena relación entre ambos.

A su vez, Jorge Macri formó parte del encuentro de los 10 gobernadores de Juntos por el Cambio que la semana pasada le pusieron los puntos a Milei. El documento que firmaron todos es muy claro en este sentido: “Pretendemos ser también tomados en cuenta por el gobierno electo a la hora de definir políticas que afecten a la gobernabilidad de nuestros distritos. No hacerlo lleva a cometer graves errores como la determinación del candidato a presidente del oficialismo, Sergio Massa”.

Jorge Macri se mantuvo en un discreto segundo plano, pero otro gobernador del PRO, el de Chubut, Ignacio Torres, fue contundente en detallar la política de la zanahoria o el garrote para Milei: “. El volumen parlamentario nos da dos herramientas: para acompañar medidas beneficiosas para la Argentina, y otra: un músculo político para poder poderle freno a cualquier iniciativa que atente contra el federalismo y contra lo que consideramos que no está bien para la Argentina", dijo Torres.

Gabinete sin radicales

A todo esto, Jorge Macri está planeando su gabinete porteño y estudia adelantar su asunción al 7 de diciembre, para separarla de la presidencial.

El dato de los ministros que piensa es que hay cero participación del sector de Martín Lousteau, una diferencia radical con la estructura de alianzas de Larreta.

Los nombres que suenan son:

-Como jefe de Gabinete, el intendente de Lanús saliente Néstor Grindetti, una figura que pivotea entre todas las tribus del PRO. Además, fue ministro de Hacienda con Mauricio Macri y conoce bien el Gobierno porteño.

-Como vicejefe de Gabinete, llega Gabriel Sánchez Zinny, ex encargado de esa área en el gobierno de María Eugenia Vidal, lo que significa que carga con el antecedente de la muerte de Sandra y Rubén en una explosión en una escuela. También tuvo negocios interesantísimos en materia de comedores escolares.

-Para Educación, en reemplazo de Soledad Acuña, la de las frases célebres, vendrá Mercedes Miguel, que ya trabajó en el área con Esteban Bullrich y Alejandro Finocchiaro. De relación difícil con los gremios docentes, no augura grandes cambios.

-En Seguridad, a dar palos o a retacearlos, llegará el halcón Waldo Wolff, segundado por Diego Kravetz, intendente interino de Lanús que perdió las elecciones.

-Para Justicia y Gobierno, Gabino Tapia. Para Desarrollo Social, César “Tuta” Torres. Para la secretaría general, Guillermo Romero. A Espacio Público, Ignacio Baistrocchi. ¿Qué tienen en común? Son todas personas de confianza de Jorge Macri.

-Marido de Pampita cobrará por bajar su candidatura a jefe de Gobierno en la campaña y será el ministro de Desarrollo Económico. Dejará su banca a manos de Yamil Santoro.

Y parece que regresa a la función pública Ezequiel Sabor, un dirigente que Jorge Macri valora mucho. Todavía no se sabe a donde.

Es un gabinete que deja en claro que la UCR será oposición a Jorge Macri en la legislatura.

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