COMUNA 11

En Villa Devoto hay un terreno desocupado hace décadas que albergó un palacio del siglo XIX

En ese inmueble, ubicado en Mercedes al 4100, frente a la plaza Arenales, vivieron familias ilustres del barrio. Está vacío hace años pero está prolijamente mantenido.


El terreno vacío está entre medio de edificios, rodeado por un polo gastronómico y de la emblemática plaza Arenales, es el centro de Villa Devoto. Rejas negras y un paredón a media altura separan de los ojos de los transeúntes a ese lugar que se encuentra mantenido en perfectas condiciones desde hace más de 50 años y tiene un palacete construido a fines del siglo XIX.
 
En ese inmueble, ubicado en Mercedes al 4100, frente a la plaza Arenales, vivieron familias ilustres del barrio y se realizaron diferentes actividades culturales, artísticas y comerciales hasta que la urbanización avanzó hasta ganar gran parte de la superficie del terreno. Las torres con reminiscencias de castillos franceses del siglo XVI, los vitraux, los amplios salones donde se organizaban reuniones sociales y los vastos jardines formaron parte de la historia de esa residencia.
 
Después de pasar por varios dueños, en la actualidad pertenece a la familia Jakim, que se dedica a la compra y venta de propiedades, que se encarga del mantenimiento y cuidado del predio. El espacio fue utilizado para realizar eventos solidarios y barriales, algunos de ellos relacionados a la gastronomía y vitivinicultura, pero no existe ningún proyecto inmobiliario para desarrollar allí. Los propietarios mantienen un perfil bajo y prefieren no hacer comentarios al respecto.
 
Un inmigrante de origen italiano, hombre fuerte dentro del mundo de las finanzas de Buenos Aires y gerente del Banco Italia y Río de la Plata que quebró en los años 80, fue quien mandó a construir el palacete. Se llamaba Honorio Stoppani y también formaba parte del comité fundador del Banco Inmobiliario. Hoy Stoppani le da nombre a una de las plazoletas de Villa Devoto.
 

“Los socios del banco construyeron palacetes cerca de la plaza, entre ellos Stoppani. No hay fecha precisa de la construcción, porque no aparece en los archivos municipales el permiso, pero se puede decir que es del año 1890, aproximadamente”, cuenta a La Nación Edgardo Tosi, presidente de la Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto.
 
El palacio, proyectado como un emprendimiento inmobiliario, era moderno para la época, con varias estructuras diferentes, torres y espacios para la familia y las actividades sociales, seis dormitorios y un ingreso por la calle Pareja, cuyos jardines se vendieron a comienzos de los años 40 aunque todavía se conserva la entrada original.
 
Al finalizar la obra, Stoppani puso la propiedad a nombre de su esposa, Nina. Por esos tiempos, las casonas y palacetes se utilizaban como residencias de descanso, salvo algunos casos que lo usaban como residencia familiar. “En esa época Villa Devoto era un pueblo, lejos de la Capital, había todo un campo abierto y era una zona de quintas”, cuenta Tosi.
 
Stoppani murió en 1917. Teófilo Barañao, miembro del Partido Socialista, adquirió entonces la propiedad, que comenzó a tener una mayor actividad de índole política. Según los registros de la época albergó a militantes socialistas perseguidos, fue escondite de Juan B. Justo, el fundador del partido, y el refugio de los archivos de la Casa del Pueblo Socialista, de la avenida Rivadavia 2150, cuando sufrió el atentado que terminó con el incendio de esa propiedad en 1953.
 
La revista Devoto Historia publicó una entrevista a uno de los nietos de Barañao en donde recordaba: “Se entraba por un costado, tenía una sala de cuadros, un salón, hall, unos vitraux preciosos, un jardín de invierno que daba al parque, sala comedor y billar. Al fondo, bajando las escaleras, estaban los espacios de servicio: cocina, antecocina, baños toilettes. En el hall había una gran escalera que iba a la primera planta donde estaban los dormitorios, con baños, salas, azoteas y en un entrepiso las habitaciones de servicio”.
 
La familia Barañao tuvo la propiedad desde 1928 y los herederos de Teófilo la utilizaron para realizar diferentes actividades. El inmueble se alquilaba para remates de antigüedades y mobiliario.
 
La sede del Movimiento Musical Argentino es la última actividad que aparece en los registros históricos antes de que el antiguo palacete se convirtiera en un terreno vacío. La superficie inicial fue cediendo terreno ante proyectos inmobiliarios.


COMENTARIOS