LA ESCUELA QUE NO FUE 2

El déficit en educación

Mientras la ministra de Educación defendía en la Legislatura el presupuesto educativo con la participación más baja de los últimos años, el Gobierno porteño dice que no tiene plazos para construir una escuela en el terreno del microestadio de Atlanta. En la zona, faltan 789 vacantes.

Werner Pertot
La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, tuvo su paso por la Legislatura. Allí debió enfrentar las críticas de los opositores, que le cuestionaron que el presupuesto educativo tiene la participación más baja de los últimos años (cayó del 27,8% en 2011 a 18,7% para el año que viene). También debió enfrentar críticas por la cantidad de vacantes que faltan: según la oposición son 11 mil, desde el oficialismo sostienen que son entre 6 y 7 mil. Hay un caso puntual que grafica todo el problema: la escuela que no se construyó en el predio de microestadio de Atlanta, que estaba prevista por ley desde hace 12 años. En un expediente judicial, el Gobierno porteño sostuvo que no está atrasado porque no hay plazo para hacerla. Al mismo tiempo, admitió que en un radio de diez cuadras faltan 789 vacantes. Empecemos por el principio: como contamos en este mismo lugar, la Legislatura aprobó una ley para expropiar los terrenos del Club de Atlanta y destinarlos a construir un polideportivo, hacer una escuela de nivel inicial, un espacio verde y un centro cultural.

La escuela sigue sin ser construida. Y, por lo visto, nunca lo será: todo el espacio es ocupado por los cimientos de un microestadio de 17 mil metros cuadrados para 10 mil personas.



La escuela sigue sin ser construida. Y, por lo visto, nunca lo será: los cimientos de un microestadio ocupan todo el espacio. El reclamo por los terrenos del club había sido una reivindicación legítima de los hinchas de Atlanta, que señalaban que el predio se encontraba cubierto de malezas y abandonado. Consiguieron una ley en 2004. Finalmente, se expropió y el Gobierno porteño tomó posesión del terreno en 2006. En 2010, el entonces jefe de Gobierno, Mauricio Macri, firmó un comodato por el cual le cedió los terrenos al Club Atlanta para que avanzara con las obras. En ese convenio, dice textualmente: “El club deberá preservar 2.500 m2 para la construcción de un Centro Educativo de Nivel Inicial, por parte del Ministerio de Educación, con la condición que el mismo tuviera acceso directo a la calle Humboldt”.

Sin embargo, lo que ocurrió es que se avanzó en la construcción de un microestado de 17 mil metros cuadrados para 10 mil personas, con la idea de usarlo para traer artistas internacionales. Atlanta hizo un acuerdo con una empresa Lugones Center S.A., que consiguió velozmente un préstamo del Banco Ciudad por 107 millones de pesos. El club iba a recibir un millón 137 mil pesos por mes y, a cambio, la empresa se reservaba la explotación del Atlanta Arena Center por veinte años. Sus dueños -según pudo constatar el auditor de la Coalición Cívica, Facundo Del Gaiso- están vinculados al Gobierno porteño: el director suplemente era Osmar Rubén Laza, ex director del área legal y técnica de la Agencia Gubernamental de Control y del área de Planeamiento y Relaciones Institucionales del Teatro Colón. En los dos lugares -según reconstruyó Del Gaiso- fue de la mano de Javier Ibañez, un ex titular de la AGC que dejó imágenes inolvidables cuando se lo vio, cinturón en mano, en plena pelea entre Atlanta y Chacarita. Ibañez era vocal del Club Atlanta. Hoy conduce el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

Atlanta hizo un acuerdo con la empresa Lugones Center S.A. cuyos dueños están vinculados al Gobierno porteño.



En 2014, Lugones Center constituyó un fideicomiso que integraron Miguel José Mancini y Rafael Mancini, padre y hermano de la modelo Raquel Mancini. A su vez, crearon una empresa Arena MKT para comercializar los eventos del microestadio, en la que aparece Martín Seefeld, actor y amigo personal de Macri. Para cerrar el círculo, Seefeld es el ex marido de Mancini.

El negocio redondo se encontró con algunos problemas: en julio de 2015 se derrumbó el techo de la obra que habían colocado dos meses antes. Y en diciembre del año pasado la construcción quedó paralizada cuando Lugones Center S.A. abandonó todo sin previo aviso: dejó de pagar el canon al club y el préstamo al Banco Ciudad. La dirección del club está buscando una nueva empresa para que lleve adelante la construcción del microestadio. (s)Como de la escuela no hubo ni señales, Del Gaiso presentó un amparo y el juez Pablo Mantaras intimó en tres oportunidades al Gobierno porteño para que diera explicaciones sobre por qué no se había construido la escuela. La respuesta los sorprenderá…(S)

En un escrito, presentado por los abogados del Ministerio de Educación porteño, señalaron que en el convenio se fijó el terreno para construir la escuela “no estableciendo esta cláusula una obligación por parte del Ministerio de Educación, ni un límite temporal para que pueda llevarse a cabo la construcción en dicho predio de una escuela de nivel inicial”. Traducción: no hay fecha de inicio de las obras. La ley, recordemos, se sancionó hace 12 años y el convenio con el club, hace seis.

El Ministerio de Educación no tiene plazos para la construcción de la escuela


Lo curioso es lo que respondieron los mismos funcionarios ante el pedido de informes que les hizo el juez Mantaras de cuántas vacantes estaban faltando en un área de diez cuadras de donde se tendría que haber construido la escuela. La respuesta fue que en esa área hay 789 chicos sin posibilidad de recibir educación pública.

Datos oficiales sobre la falta de vacantes

Datos oficiales sobre la falta de vacantes segunda parte


La respuesta del Gobierno de la Ciudad a la Justicia es una vergüenza”, consideró Del Gaiso. “Por un lado, dicen que no tienen plazo para realizar una escuela de educación infantil, que era la condición para que esa ley salga. Y, por otro lado, dicen a la vez que hay casi 800 chicos sin vacantes en diez cuadras a la redonda”, indicó. Sobre la falta de plazos para construir la obra, el auditor porteño consideró que “es un artilugio legal para ocultar el desinterés en construir una escuela de educación inicial que era parte de una ley. Todo esto, además, del negociado que esconde el microestadio de Atlanta detrás de eso”.

Un escrito presentado por los abogados del Ministerio de Educación porteño señala que no hay fecha de inicio de las obras de la escuela. Por otra parte, los mismos funcionarios reconocieron que en esa área hay 789 chicos sin posibilidad de recibir educación pública por falta de vacantes.



No parece haber intención de destinar recursos a la escuela en Villa Crespo. La merma de la participación del presupuesto educativo con respecto a todo lo que se gasta va en la misma dirección. En cambio, los subsidios para la educación privada sigue en ascenso: en 2012 eran el 14,5% del presupuesto educativo y para 2017 llegan a ser 16,2%. Estos subsidios se destinan mayormente al pago de sueldos.

Un dato final, que permite ver prioridades del Gobierno porteño, fue puesto sobre la mesa en la Legislatura por Maximiliano Ferraro con la visita de la ministra: Hubo un crecimiento del más del 100 por ciento en comunicación y relaciones institucionales del ministerio, que pasó de 8 millones 800 mil a casi 15 millones y medio”, indicó Ferraro, de la Coalición Cívica. Para la publicidad, siempre hay plata.




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