DAÑO AMBIENTAL

Riachuelo: más de 17.000 familias deben ser relocalizadas

En 2008 la Corte Suprema ordenó que se reubicara a las personas que viven en zonas con riesgos ambientales para su salud. Hasta el año pasado, el gobierno porteño traslado a tan sólo 3.000.

La relocalización de más de 17.000 familias y las inspecciones a más de 13.000 establecimientos industriales son dos de los ejes principales del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA), que incluye 70 acciones con las que se aspira a dejar de verter contaminantes en la cuenca Matanza-Riachuelo hacia el 2023.

El director Ejecutivo de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) Julio Torti en diálogo con Télam explicó que “la relocalización de las 17.771 familias censadas es uno de los objetivos impuestos en la manda de la Corte; hasta el año pasado de habían trasladado poco más de 3.000 y hace unos días el presidente Macri firmó el financiamiento para completar el traslado de otras 3.500 en un plazo de 18 meses”.

 

“Muchas familias aún no quieren mudarse y este es un trabajo que nuestro equipo social deberá ir trabajando caso por caso”, agregó. “La contaminación no afecta a todos los habitantes de la cuenca por igual, está claro que los chicos que viven próximos a la cuenca baja encasas con pisos de tierra en villas densamente pobladas que además están próximas a complejos industriales que no están debidamente controlados tienen muchas más posibilidades de sufrir enfermedades por factores ambientales que los chicos que viven en barrios urbanizados con agua y cloacas”, señaló.

“Para poder tener una dimensión real de cómo afecta la contaminación de la cuenca a sus habitantes se hace necesario elaborar un mapa de riesgo ambiental, que contemple los tipos de contaminación presentes, los tipos de desarrollo urbano y las mediciones de impacto de los vertidos en el agua, en el aire y en el suelo”, indicó Torti.

"El objetivo más importante es el de dejar de contaminar el Riachuelo; no hay tecnología en el mundo que pueda sanear un curso de agua al que se le vierte tanta contaminación cómo este", aseguró Torti.



Las aguas de la cuenca reciben 12 metros cúbicos de desechos orgánicos por segundo, “una cantidad que ningún río podría absorber; y eso sin pensar en los vertidos con metales pesados o de hidrocarburos", apuntó el director de Acumar. Es decir, que la cuenca recibe 90.000 toneladas de residuos orgánicos por año. "Los vertidos con los que debemos terminar tienen principalmente dos orígenes, por un lado los industriales y por el otro lado los cloacales domésticos; nosotros creemos que si sostenemos y cumplimos con las 70 acciones plasmadas en la actualización del Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA) que presentamos el 7 de julio pasado es muy factible que lleguemos al 2023 con un nivel de vertidos asimilable por la cuenca", estimó.



Torti indicó que "respecto de los vertidos industriales vamos a reforzar los controles sobre el tratamiento y los volcados; la cuenca tiene un padrón de cerca de 13.000 establecimientos, pero apenas cerca de 220 de ellos concentran más del 80 por ciento de los vertidos contaminantes".



"Sobre ello vamos a trabajar como autoridad de cuenca, reconociendo que muchas veces son empresas que generan puestos laborales en la zona o insumos necesarios, pero utilizando las multas y las clausuras como herramientas", advirtió

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