Obras pendientes y falta de mantenimiento en la explosión del barrio Castex

“A las tres de la mañana pareció que explotaba una bomba. Estalló un vidrio en la pieza de mi hija y salió a los gritos, llorando. Abro la ventana y veo gente que gritaba ‘¡estalló la torre!’, gente que se quería tirar por el balcón. Algunos se deslizaban desde los cables, los de los pisos más altos escapaban por la terraza”, describió Vanesa Aranda, vecina de la torre ubicada frente a la que sufrió la explosión que el sábado causó la muerte de una anciana y dejó heridas a 16 personas, en el Barrio Mariano Castex del Bajo Flores. Según las primeras pericias se debió a un accidente doméstico en un departamento, donde el horno o la estufa habrían quedado abiertos. Pero la postal de la torre 13 ennegrecida y en ruinas se sumó a un escenario de obras pendientes e incumplimientos por parte del Gobierno de la Ciudad, en un complejo que depende del Instituto de la Vivienda (IVC).

“Los bomberos y las ambulancias no tienen acceso adentro del barrio, se tienen que quedar en la vereda. Traían las camillas a través del parque. En la desesperación, viendo que se tardaba tanto, los vecinos ayudábamos a los bomberos a tirar las mangueras”, relató Aranda. Alejandro Caracciolo, representante de ECO –el partido de Martín Lousteau- en la Comuna 7, coincidió con ella. “Lo que pasó es una tragedia civil, pero hay cosas que son previas. No hay accesibilidad para bomberos ni ambulancias. Está pedida hace un tiempo una boca de incendio”, señaló el comunero. Su par del Frente para la Victoria (FpV) y de la agrupación La Simón Bolívar, Felisa Marinaro, dijo que la boca de incendio más cercana estaba en la torre 5, “con bastante metraje de distancia” de la 13, donde ocurrió la explosión. “Tuvieron que empalmar mangueras los bomberos para poder llegar con el agua. Tendría que haber acceso para vehículos pero no hay, sólo hicieron rampas para sillas de ruedas”, se quejó.

En junio del año pasado, la Ciudad de Buenos Aires fue condenada por la Justicia a ejecutar las obras de “puesta en valor” del Barrio Castex, tal como lo estableció en 2009 la Ley 3199. Así lo resolvió el titular del Juzgado nº 15 en lo Contencioso Administrativo y Tributario porteño, Víctor Trionfetti, haciendo lugar al amparo colectivo interpuesto por un grupo de vecinos contra el gobierno metropolitano y el IVC. Las obras pendientes incluían recuperación de espacios públicos y fachadas, juegos infantiles, veredas externas e internas y construcción de rampas. Sin embargo, el GCBA apeló y la decisión de la Cámara todavía está pendiente.

“Las causas de la explosión se están investigando y habría sido un accidente. Pero hay un complejo que depende inicialmente del IVC y el Gobierno viene desentendiéndose sistemáticamente de estos edificios. Ahora se suma la preocupación por las 60 personas que tuvieron que ser evacuadas y abandonar el edificio. La mayoría se fue a casas de familiares o buscó su solución individualmente, pero el Gobierno tiene que ocuparse de ellos”, dijo la legisladora Paula Penacca. “Los del primer piso perdieron todo. Muebles, documentos, algunos si tenían escrituras, plata, todo. Y les están diciendo que pueden tardar hasta un año en reparar el lugar”, advirtió Marinaro. “Son los mismos vecinos que están castigados con más de 20-25 días sin luz”, recordó el comunero de ECO.

“En el barrio estamos con una gran tristeza pensando en la gente que se fue. Muchos piden que les donen puertas, para poder cerrar sus departamentos. Porque las que no estallaron fueron destrozadas por los bomberos para entrar. La gente tiene miedo que les ocupen las viviendas cuando se vaya la custodia de Gendarmería”, contó Aranda, vecina del edificio de enfrente. Y destacó que los accidentes relacionados con la falta de mantenimiento son cotidianos: “El jueves antes de la explosión en la torre estalló una cámara de luz en el monoblock 2, frente a mi casa. Se prendió fuego la vereda, mi departamento se llenó de humo. Todas las instalaciones están viejas. Recién hoy vinieron a romper”.

El barrio Mariano Castex está entre las avenidas Balbastro, Varela y Lafuente y la calle Crisóstomo Álvarez, lindero al hospital Piñero. Tiene nueve monoblocks de cuatro pisos y ocho torres de 13 a 15 pisos. Fue erigido a fines de los sesenta por la entonces Comisión Municipal de la Vivienda, para relocalizar a las personas que habían sido expropiadas para alargar la avenida 9 de Julio.