CIUDAD

"¿Separar a las personas sin techo de sus hijos?", por Werner Pertot

El funcionario porteño menos esperado se sumó a la campaña de la crueldad y propuso separar a las personas que viven en la calle de sus hijos. ¿Darle techo a las familias no es una opción?

“Lo vamos a decir una y otra vez: los chicos no pueden estar en la calle, y mucho menos pidiendo plata. Los chicos tienen que tener un techo, las cuatro comidas e ir a la escuela. Exponerlos al frío, al calor y pasar hambre no puede ser una opción”, sostuvo el ministro de Desarrollo Humano y Hábitat, Gabriel Mraida, que venía siendo uno de los funcionarios más razonables que tiene la gestión de Jorge Macri y que continuó después de la salida de Maria Migliore. Hasta acá, todos de acuerdo: no debería haber niños o niñas (ni seres humanos, ya que estamos) viviendo en la calle, desamparados. Pero lo complicado vino después: “Si es necesario, la Justicia puede separarlos de sus padres para preservar su salud e integridad, hasta que esos padres estén en condiciones de cuidarlos”. Es decir, se toma a unos padres que no tienen hogar, se les quita a sus niños y se los envía a su suerte hasta que las fuerzas del mercado los devuelvan con trabajo, casa, dos autos y una prepaga. ¿No sería razonable desarrollar una política de contención para todo el grupo familiar? ¿Cómo se condice esta declaración con el festejo de la semana pasada del desalojo número 400 de la actual gestión? ¿Con qué política piensa encarar las 11 mil personas que duermen en la calle en la Ciudad, cifra que viene creciendo aún en los magros datos oficiales?

Lo de Mraida parece ser un paso más en lo que ya podemos llamar “la campaña de la crueldad”, que sigue con el intento de meterle multa millonarias a las personas que revuelven la basura buscando comida o intentan estimatizar a quienes están sin hogar. Hace una semana, hubo cartoneros encadenados en el Parque Lezama porque les están quitando su medio de subsistencia. Hicieron una huelga de hambre y se encadenó frente al Ministerio de Espacio Público porque hace días que pedían que los reciban sin éxito. Entre otras cosas, el Gobierno de Jorge Macri les había cortado el transporte desde provincia de Buenos Aires. Un fallo judicial restituyó ese servicio esta semana que pasó:

Entre los fundamentos del fallo, indicaron que se lo cortó sin más cn “un correo electrónico simple y carente de firma”, sin un acto administrativo válido que lo respalde. Advirtió también que no hubo argumentación válida del Gobierno porteño (hicieron silencio) y que están afectando “el derecho a trabajar de los recuperadores urbanos; esto es, dos derechos sociales cuya protección constitucional es evidente”.

Lo de Mraida sobre quitarle los hijos a las personas sin techo no fue la única de sus declaraciones que lo alejan definitivamente de la escuela Migliore. También atacó a las personas sin techo que duermen en el subte: “ El subte tiene principio y fin: no es un lugar para acostarse a dormir. Solo en agosto, la Red de Atención hizo 400 intervenciones en las estaciones del subte para atender a personas en calle. Los pasajeros lo reclaman: se encuentran con personas durmiendo en los vagones e incomodando a los demás, a veces borrachos o agresivos”, aseguró.

“En una Ciudad ordenada no hay reglas distintas para unos y otros: el transporte es transporte”, escribió. De nuevo, le explicamos a la persona que no tiene ni donde caerse muerto que el problema es que no entendió las reglas y que por favor se retire a su loft en Puerto Madero, al que seguramente tiene acceso.

La problemática de las personas en situación de calle no es sencilla y no hay soluciones en blanco y negro. Pero este tipo de declaraciones rozan lo caricaturezco (tuve que chequear que fuera la cuenta del ministro y no de Micky Vainilla) y muestran una absoluta insensibilidad social que, por otra parte, está de moda en esta época. Pero se sabe lo que pasa con las modas: se terminan. En cambio, los tuits quedan.

La realidad es que, a la par de los desalojos constantes del Gobierno porteño, viene creciendo las personas en situación de calle. Según el censo popular, son 11.892 personas que duerme en la calle, pero aún el número del censo oficial –que llega a 4.049. implica un incremento del 23 por ciento respecto del año pasado. Además de la amenaza de quitarle a sus hijos, no hay una política del Gobierno porteño tendiente a hacer algo con el problema.

Incluso, la Auditoría General de la Ciudad advirtió que en 2023, de los distintos programas sociales que podía permitir acceso a un alquiler, el gobierno rechazó el 93 por ciento de las solicitudes (solo aceptó 264 de los 3996 pedidos). Un rotundo compromiso con que las personas sin techo sigan en la calle, con o sin niños.

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