PATRIMONIO

Una megausina escondida en el puerto data de 1928

La imponente obra conocida como “la catedral de la electricidad” se puede ver desde la Facultad de Derecho y la avenida Lugones.


A “La catedral de la electricidad" se la puede ver desde pisos muy altos, desde el puente frente a la Facultad de Derecho y desde la avenida Lugones. Está ubicada en la punta norte de Puerto de Buenos Aires, donde termina el Aeroparque, informa La Nación.
 
Dentro del edificio, de arquitectura imponente, hay dos gigantescas calderas de 50 metros que generan vapor con agua que se extrae del Río de la Plata. Mediante las calderas se genera energía termoeléctrica prácticamente con la misma tecnología de hace 100 años. Con fuego, el agua se transforma en vapor, una turbina convierte la energía del vapor en energía mecánica y luego un generador transforma la energía mecánica en eléctrica. La distribución a los domicilios depende de Edesur y Edenor.
 
Parece una iglesia, con sus arcos de medio punto y enormes torres de 70 metros que terminan en cúpulas. En los años 60, en la Facultad de Arquitectura de la UBA, la llamaban "nuestra señora de la electricidad", según detalla Patricia Méndez en el libro “Miradas sobre el patrimonio industrial”, del Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana. Y es monumental: solo la fachada tiene 200 metros de largo, y la nave, 140 de profundidad.
 
La obra fue creada en 1928 para dar electricidad. Hoy, junto con otra usina que está en el espigón siguiente, son parte del sistema argentino de interconexión, una red de transporte que lleva la energía de las centrales eléctricas a las redes de distribución. La capacidad de producción de ambas trabajando al mismo tiempo es suficiente para abastecer a toda la Capital.
 
El enorme predio ocupa más de 20 hectáreas en los espigones del Puerto de Buenos Aires. En el Espigón Nº 6 se encuentra "la catedral", formalmente llamada Usina Nuevo Puerto. En el Nº 5 está la Usina Puerto Nuevo, otro gigantesco edificio de estilo art déco unos años más viejo; este último tiene enormes ventanales y fachada geométrica.
 
Ahí también sobreviven convertidas en oficinas las casas de los antiguos directivos de la empresa que las construyó. La "catedral" fue construida a principios del siglo pasado por la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad (CIAE), la famosa empresa responsable de la provisión eléctrica de la ciudad de ese entonces. Junto con el actual edificio de la Usina del Arte y decenas de pequeñas estaciones de apoyo distribuidas en distintos barrios.
 
La usina es obra del arquitecto José Molinari, que en simultáneo construyó la usina Gral. San Martín de Bahía Blanca, un virtual castillo que incluye una estatua de San Jorge y el dragón.
 
Los trabajos en el Puerto de Buenos Aires duraron cinco años y pudieron comenzar luego de que se rellenaron 18 hectáreas ganadas al río. Desde 1992, "la catedral de la electricidad" es operada por Central Puerto. Desde entonces se la llama también Doctor Carlos Givogri.
 
En la usina trabajan 140 empleados que rotan en turnos de seis horas sin fines de semana ni feriados para garantizar la provisión constante de electricidad. Tienen un conocimiento muy específico: entrenar a un jefe de turno lleva siete años.
 
A diferencia del consumo de agua, que en la Ciudad tiene su pico alrededor de las 7, la más alta demanda eléctrica se registra siempre entre las 18 y las 19 horas, cuando la mayoría de los porteños regresan a su hogar.
 
 
 
 


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