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Los mejores tragos porteños para disfrutar del verano en la Ciudad

En el fragor de un verano porteño, con un atardecer que permite estirar la cena, las barras son una gran opción para generar el propio oasis incluso en el entramado del asfalto urbano. Aquí, una guía de tragos y bocadillos para vacacionar en la urbe.


La caminata para aplacar la sed puede empezar en una de las esquinas más porteñas de Almagro: con clásicos contundentes y el mismo equipo de camareros fieles de antaño, Don Carlos (Billinghurst 450) revive las épocas gloriosas del jamón crudo recién cortado, las rabas, los mariscos y las pastas al gusto criollo. Además, suma una gran cava Premium y una barra renovada con los más buscados whiskys extranjeros, cognac y oporto, brandy y jerez, licores y destilados de todas las latitudes. Las estrellas de la tarde son sus aperitivos: Martini Rosso, Jagermeister importado, y el clásico Martini Dry.

En la misma línea de los clásicos que hacen historia en la gastronomía local, brilla la barra histórica del Club del Progreso (Sarmiento 1334), el hermoso palacete construido por los arquitectos Pablo Lanús y Eduardo Hary para la familia Duhau, que devela el paso a una época dorada. Para tomar hay grandiosos Cócteles de Autor: El Progreso Martini (emulsión de Romero en Ginebra, Vermouth Dry); Scotish Night (Scotch Whisky, Cerveza Negra, Canela); She (Gim, Jugo de Naranja, Maracayá-Menta);Pearls Jager Martini (Vodka-Melón-Perlas de JagerMeister), entre otros.Para comer: Aros de cebolla, Petit brochet de frutas de estación caramelizadas, Olivas Ascolanas rellenas de morrón y parmesano, Papas rústicas con cheddar, Bastoncitos de apio y roquefort.

Dentro del folklore local, la barra de la Pulpería Quilapán (Defensa 1344) nuevo espacio para saborear comidas y bebidas bien criollas, nacido de la mano del francés Gregoire Fabre, cautivado por el terruño argentino, que hace foco en satisfacer a sus parroquianos con una rica gama de Vermú: Malbec – Piaccere; Vermú Riesling – Piaccere; Caña Legui; 8 Hermanos; Pineral; Hesperidina; Fernet Branca; Fernet Beney artesanal; Gancia con limón; Cinzano con soda; Amargo Obrero con soda; Cynar Campari. Para acompañar, grandiosas picadas con productos especialmente traídos de cada provincia de origen.

En la excelsa barra del Circolo Massimo (Libertad 1264), ícono de la cultura y la gastronomía italiana en Buenos Aires, la grapa es la novedad que se impone, acorde con los deseos de los nuevos catadores ciudadanos. Con su impronta italiana, siempre ostenta grapa con recetas que intervienen los tragos clásicos: toquecitos de grapa como en el Gin Tonic, trago rápido, sabroso y fresco al que este agregado le da cuerpo y acidez en el punto justo. Y sino, acodándose en sus terrazas o en el jardín, es válido probar el Pisco Sour. Y también se sirve grapa con bebida sabor Citrus: una caricia en el verano porteño. En el plato, Bruschetta de cebolla caramelizada y Brie, o Focaccia crocante.

Para los más urbanos que gustan de una rica street food, la mejor opción es Diggs (Serrano 1580), el primer bar de hot dogs y ribs que ubicado como un faro en Plaza Serrano domina todo lo que se mueve en el asfalto. Se puede disfrutar de sus tragos frozen y jóvenes cócteles de autor, que maridan con sus hot dogs más asombrosos. Rossa Siciliana (vino blanco y especias); Filipina (salsa de soja, con toque dulzón y anisado); Chicken curry (pollo con mezcla de especias hindúes, leche de coco, cilantro y albahaca); Bratwurst (carne de cerdo, crema, nuez moscada, coriandro y mostaza); Kielbasa (tipo polaca, con carne vacuna y de cerdo, cebolla y especias); Smoked black beer (carne de cerdo, cerveza negra, miel de caña, ligeramente ahumada); Chinga tu madre (cerdo, cilantro y jalapeños).

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