- Política
- 19.09.2016
MARCHAS Y MOVILIZACIONES EN TODO EL PAÍS
10 años sin Jorge Julio López
En la Plata y en la Ciudad de Buenos Aires se realizaron movilizaciones para exigir la aparición de López, que abran los archivos secretos y repudiar la prisión domiciliaria de los represores de la última dictadura cívico-militar.


La marcha de La Plata de este año tuvo mayor convocatoria que otros años, no sólo porque se cumplieron 10 años sino además por la repercusión que tuvo la medida dictada semanas atrás por el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que le concedió al represor Miguel Etchecolatz el beneficio de la prisión domiciliaria en una de las causas por las que se encuentra condenado.

Justamente, la desaparición de López en 2006 se dio en el marco del juicio en el que se presentaba como querellante y testigo clave, y en el que había relatado el horror de la aplicación de tormentos y asesinatos contra detenidos en el "Pozo de Arana", el sitio platense donde se montó un centro de detención clandestina.
Testimonio de Jorge Julio López antes de desaparecer
Etchecolatz, quien al cabo de ese juicio recibió la pena de reclusión perpetua y fue alojado en el Hospital Penitenciario de Ezeiza, se convirtió en el primer sospechoso de la desaparición de López. Por la mañana de este domingo, familiares colocaron una ofrenda floral en el "Pozo de Arana", en tanto que al mediodía encabezaron una jornada de reflexión en la puerta del domicilio de López en el barrio Los Hornos.

Desde allí marcharon hacia el parque de la calle 66, donde Rubén López, hijo del albañil desaparecido leyó un escrito sobre "estos 10 años de ausencia y silencio". En una década, la investigación por el paradero de López no logró encaminarse y fue marcada por una pista falsa tras otra, dejando en evidencia el fracaso de la Justicia y el poder político de saber qué pasó con el "primer desaparecido en democracia".

Del desconcierto inicial, cuando hasta se llegó a especular con que podía estar perdido, se sucedieron interminables rastrillajes que no arrojaron resultados y se barajaron hipótesis de lo más variadas, que tampoco lograron echar luz sobre lo que realmente sucedió con el testigo. El último en ver a López fue su hijo, Rubén, quien lo despidió el domingo 17 de septiembre de 2006 por la noche después de cenar y ambos acordaron encontrarse al día siguiente, antes de la audiencia de los alegatos del juicio contra Etchecolatz.
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