TENSIÓN

Los bingos porteños en alerta: podrían cerrar a fin de mes

Los trabajadores del Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar se manifestaron ayer ante el inminente cierre de los bingos porteños. En la actualidad hay cinco salas de juego.


Los trabajadores nucleados en el Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar (ALEARA) realizaron ayer un marcha hasta el Bingo Congreso, ubicado en Rivadavia al 2200, ante el inminente cierre de los bingos porteños. En la actualidad, hay cinco salas de juego donde trabajan alrededor de 500 personas. Pero ahora esos puestos están en riesgo porque los contratos vencidos de las salas no serán prorrogados y Lotería Nacional tampoco avanzará para volver a licitar los bingos, con lo que podrían cerrar.

Los bingos de Congreso, Flores, Belgrano y peatonal Lavalle están en manos de Nazareno Lacquaniti. Y el empresario que explota el de Caballito es Norberto Vicente. Siguen abiertos pese a tener las habilitaciones vencidas gracias a una cautelar de la jueza en lo laboral Stella Maris Vulcano, que podría caerse el 29 de este mes, cuando habrá una audiencia.

“Lotería Nacional ya comunicó oficialmente que no hay posibilidad de una nueva prórroga a las habilitaciones ya vencidas o un eventual nuevo llamado a licitación, y que las salas cerrarán sus puertas en cuanto se resuelva la medida cautelar judicial que las mantiene en funcionamiento”, explicó el secretario gremial de Aleara, Ariel Fassione en diálogo con diario Clarín.

El año pasado la licitación de los cinco bingos porteños convocada por Lotería Nacional fue frenada por el Instituto de Juegos de la Ciudad de Buenos Aires, que alegó que la primera desconoció sus observaciones sobre algunos puntos. En aquel momento había trascendido que detrás de dos de las sociedades oferentes estaba Cristóbal López.

“Entendemos que ahora, tras el cambio de gobierno, esas posturas diferentes ya no existen y los dos organismos oficiales tienen la misma decisión de cerrar las salas, pero queremos dejar en claro que no se cumplieron ninguna de las medidas requeridas por la jueza en cuanto a resolver la situación laboral de los trabajadores”, explicó Fassione.

El conflicto se remonta a fines de 2014, cuando vencieron los contratos de los actuales explotadores. Lotería Nacional resolvió darles permisos precarios y paralelamente avanzar con una nueva licitación. Los dos interesados en ese contrato fueron el grupo Liberman, que opera el casino de Mendoza, y principalmente Cristóbal López, el empresario kirchnerista que ya tiene acciones en los barcos-casino de Puerto Madero y el Hipódromo de Palermo.

El Gobierno porteño anunció que no prorrogaría el convenio con Lotería Nacional y, ante el peligro de cierre, los trabajadores siguieron operando los bingos. Una cautelar los habilitó a seguir trabajando hasta que se resolviera el conflicto entre Lotería y el Gobierno porteño, ahora en manos del PRO


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