CIUDAD

Del Corro: "La situación nacional transforma a la Capital Federal en el epicentro de los despidos"

Nueva Ciudad habló con el legislador del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) quien comenzó su mandato en diciembre 2015.

Patricio Del Corro es legislador por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, obtuvo su banca en 2013 pero asumió el año pasado por el sistema de rotación que aplica su espacio político. A pocos meses de asumir, Del Corro ya presentó denuncias por la falta de vacantes, los despidos masivos y contra el tarifazo. El legislador viene del arco estudiantil y se enfoca principalmente en las causas populares.

En diálogo con Nueva Ciudad, Del Corro habló sobre sus objetivos en la Legislatura porteña, la autonomía de la Ciudad y el panorama político nacional.

¿Cuáles son los ejes de su primer mandato como legislador porteño?

La Legislatura en general funciona completamente mal, de manera aislada a lo que es la ciudad real. Y a la vez, la ciudad tampoco tiene conocimiento de lo que pasa en la Legislatura. Entonces nuestro objetivo es intentar que a la Legislatura entre la realidad cotidiana de los trabajadores de los sectores populares de la Ciudad. Y a la vez reflejar lo que pasa en el recinto hacia afuera para que tome mayor conocimiento y se puedan saber mejor cuales son las discusiones y en qué se está trabajando.

Por eso nosotros agarramos tres puntos centrales que son: trabajadores, política de la mujer y de la juventud. Son sectores que en general en la Ciudad quedan muy invisibilizados se habla de los vecinos pero no de los trabajadores de la Ciudad. Salvo cuando explotan algunos temas como pueden ser que se incendia un taller clandestino y entonces ahí la ciudad se entera que está llena de talleres clandestinos; o hay paro de los trabajadores del subte y entonces se enteran de cuáles son las condiciones laborales y las distintas situaciones.

La juventud, también, es un sector invisibilizado, especialmente en los barrios del sur de la ciudad. La represión a la murga por Gendarmería fue un escándalo pero eso se sufre todos los días. Y por último el tema de la mujer y sus derechos democráticos. En ese sentido, estamos trabajando un proyecto para solucionar lo que causó un fallo de la Justicia que vuelve al veto de Macri al aborto no punible. Esto significa que en la ciudad de Buenos Aires si una mujer es violada, para hacer un aborto tiene que hacer una denuncia a la Policía, pasar por un consejo interdisciplinario, y toda una serie de trámites que son ataques a conquistas que había.

Vemos, además, que ahora la situación nacional transforma a la Capital Federal en el epicentro de los despidos en el sector público, especialmente, pero también en el sector privado. Para nosotros es importante porque si bien son despidos a nivel nacional es gente que vive o trabaja en la Ciudad por lo tanto hay que discutirlo.

¿Cuál es su opinión sobre la autonomía de la Ciudad en el marco del traspaso de la Policía?

El proyecto de terminar de desarrollar la autonomía de la Ciudad no es una cuestión de lograr la independencia del distrito sino porque se habla de cajas. Por ejemplo, el PRO lo que está haciendo es blindar la Ciudad. Se ve claramente con el intento de aumentarle la cuota de coparticipación por el traspaso de la Policía Federal pero lo que quieren hacer es blindar la Ciudad de manera económica, una ciudad que ya tiene un presupuesto muy elevado.

El traspaso de la Justicia sería con los fondos también y eso ayudaría al proyecto nacional del PRO de tejer alianza con sectores de la Justicia para poder gobernar. En el mismo sentido, se habla del traspaso del Puerto que es una caja millonaria y también habla del traspaso del juego que también es una caja millonaria en la Ciudad.

Desde nuestro punto de vista todo apunta a blindar una ciudad y destinarla sólo a los ricos. Para ello, expulsan a los sectores de menor poder adquisitivo.

El traspaso de La Policía tiene un doble sentido más particular. Por un lado, el PRO sabe que va a una situación de ajuste entonces tiene que utilizar a la fuerzas de seguridad para tener un control de las calles frente a la protesta social. En el mismo sentido, salió el protocolo de Patricia Bullrich. La Capital Federal es un epicentro de las protestas porque están muchas de las dependencias nacionales, o porque conflictos como Cresta Roja o Lear se manifiestan en las calles de la Ciudad para visibilizar sus conflictos. Eso no lo quieren más, quieren despejar las calles de todo conflicto social o de los trabajadores.

Mientras que por otro lado, hablan de un control de las calles, un control social, que es la otra pata para lograr esa Ciudad de elite. Esto es ir barriendo a todos los sectores populares, por ejemplo, los manteros o los trapitos, quienes sufren una gran campaña de estigmatización.

Entonces hay dos partes, una es reprimir a la protesta social y la otra es “limpiar” la Ciudad de sectores que tiene una situación de precariedad, sin brindar soluciones, más que su expulsión.

En relación a la educación, cuando comenzaron las clases realizó una denuncia por las vacantes en los colegios públicos. ¿En qué situación está ahora?

El PRO busca que la educación cada vez sea más un negocio y menos un derecho. La falta de vacantes obliga a un gran sector a anotar a sus hijos en colegios privados. Es por eso que aumenta todos los años el porcentaje de chicos que van a la escuela privada. Por otro lado vemos que cada año el ítem de subsidios a la educación privada es el que más aumenta de todo lo que es el presupuesto para educación.

Entonces, en pos de favorecer el negocio de la educación se empuja a muchas familias a la educación privada. Otros sectores que no pueden tener esa opción reciben soluciones parches como enviar a sus hijos a en micro a otra zona de la Ciudad o se divide en distintos colegios a hijos de una misma familia lo que genera un montón de complicaciones.

Porque para el PRO los que no pueden pagar un colegio privado o los que no pueden estar horas haciendo trámites en los colegios para ver que vacante consiguen no importan. Son sectores marginales que no entran dentro de su proyecto de Ciudad.

¿Qué solución cree que existe dentro de la Legislatura?

En la segunda sesión de marzo presentamos el pedido de informe al respecto, el PRO y ECO se negaron a tratarlo sin dar ningún argumento. Nosotros lo vamos a presentar en la comisión de educación nuevamente, hace dos años el Frente de Izquierda con Marcelo Ramal y en conjunto con Ademys, sindicatos docentes y organizaciones también lo denunciaron.

Pero no sólo es denunciar, en conjunto con los padres se realizó un relevamiento de la zona sur de la Ciudad y habían dado como resultado que hacen falta 25 colegios. Luego, se presentó un proyecto para la construcción de los colegios pero fe cajoneado y nunca se impulsó. Incluso al colegio Carlos Fuentealba de Parque Patricios, que puntualmente se votó que se abriera, hoy está cerrado.

¿Qué lectura hace del gobierno de Mauricio Macri a más de 90 días de su asunción?

Evidentemente el PRO está avanzando todo lo que puede en el ajuste. Realizan una gran transferencia de recursos a los sectores concentrados de la economía como se puede ver con la quita de las retenciones o la nueva entrega que preparan para los fondos buitre. Y mientras tanto ajustan a los trabajadores del Estado, con paritarias a la baja, tarifazo de luz, aumento de gas, de transporte.

Hay una clara intencionalidad de Cambiemos de avanzar en ese sentido y vemos que se va haciendo un caldo de cultivo. Desde nuestro punto de vista falta que los sindicatos se pongan a la cabeza de la resistencia. Tanto sindicalismo que era opositor al gobierno kirchnerista como el que era parte, hoy no está discutiendo como frenar los despidos. Incluso si hay alguna declaración es por el salario de las ganancias, un reclamo que compartimos pero que es para el 15 % de la clase trabajadora.

Los sindicatos deben ponerse a la cabeza de esta lucha. Para frenar al gobierno de Cambiemos, que tiene todo el apoyo de la cúpula de las multinacionales, lo que hace falta es desplegar una fuerza equivalente y eso solo puede venir de la clase trabajadoras, de los sectores populares y en las calles pero. Pero los sindicatos no hay dado muestras de querer hacerlo.


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