CIUDAD

Instalan más controles de alcoholemia

Es para aumentar la cantidad de tests, que el año pasado había caído en más de un tercio. Cada equipo va cambiando de lugar para sorprender a los infractores.

La situación era preocupante: mientras los casos positivos de alcoholemia en la Ciudad crecían casi un 40 por ciento, los controles bajaban en más de un tercio. Ocurrió de enero a diciembre del año pasado, cuando se registraron un 34 por ciento menos de tests respecto al mismo período del año anterior, al tiempo que los casos de conductores con más alcohol en sangre del permitido pasaron de 1998 a 2765.

Ante este panorama, desde principios de este año la Secretaría de Transporte porteña se dispuso a elevar el número promedio de equipos de trabajo para los controles de alcoholemia en puntos clave. Y, según indicó al diario La Nación, lo hizo con éxito (pasó de nueve a 14) gracias a que la Agencia Nacional de Seguridad Vial les entregó alcoholímetros. Un refuerzo que se traduce en un 50 por ciento más de potencia de trabajo y que será mantenido.

Desde esa secretaría admitieron además que “existe menos eficiencia en materia de volumen” fiscalizado, pero que “se logró mayor efectividad en la detección de los choferes positivos”. Eso se debe a que, antes, se instalaba un equipo fijo en un mismo punto de la Ciudad toda la noche, mientras que ahora la estrategia es otra: cada equipo se mueve por cuatro o cinco lugares variados a lo largo de las horas, con lo que se logra un efecto sorpresa.

“Antes los controles eran más vulnerables, porque la gente sabía dónde estaban y los esquivaban”, explicaron a La Nación. Si un test de alcoholemia arroja más de 0,5 gramo de alcohol en sangre en un automovilista (o más de 0,2 en quien maneja una moto), se procede automáticamente al secuestro del vehículo y del permiso de conducir. La infracción puede ser penada con hasta diez días de prisión de cumplimiento efectivo. Así ocurrió en junio pasado, cuando la nueva cárcel porteña recibió a sus dos primeros internos: un taxista y un conductor que fueron detenidos por manejar alcoholizados.

La multa por esquivar el test es de  2.310 pesos de multa. Cruzar en rojo sale hasta $11.550 Desde principios de mes, las multas de tránsito en la Ciudad son casi un 20 por ciento más caras. Por eso, negarse a pasar por un control de alcoholemia es sancionado con 2.310 pesos. Pasar un semáforo en rojo, entre 2.310 y 11.550 pesos. Y tapar la patente para evitar las fotomultas también tiene un castigo alto: 7.700 pesos.


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