PROTESTA SOCIAL

El legislador Fuks rechazó el Protocolo de Seguridad

El legislador porteño, Gabriel Fuks, se sumó a las críticas del nuevo protocolo de seguridad presentado por el Gobierno Nacional. Anunció que estas medidas conducen a la represión del conflicto social.

El legislador porteño, Gabriel Fuks, se sumó a las críticas del nuevo protocolo de seguridad presentado por el Gobierno Nacional. Fuks expresó su preocupación porque el nuevo digesto no incluye una expresa prohibición del uso de armas letales y mostró su preocupación por el abandono de las doctrinas democráticas que en los últimos 12 años incorporó la Policía Federal, que aseguró “dejaban atrás la doctrina de la seguridad nacional”.

“Expresamos nuestra preocupación porque el traspaso de la Policía Federal al gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se produce junto con la creación de un nuevo “Protocolo de Seguridad”,
agregó el legislador. Y explicó que "son medidas que sólo pueden conducir hacia un único camino: reprimir, contener y esconder el conflicto social que generan las medidas económicas impulsadas por el Gobierno Nacional, este nuevo digesto no contempla el principio de legalidad, oportunidad, y gradualidad del accionar represivo".

La centralidad antidemocrática de este protocolo radica, para el legislador en que "no incluye de manera expresa, la prohibición del uso de armas letales para la contención de la protesta social, como contemplan los países más avanzados”. “‘Otra cualidad’ coloca la decisión de reprimir el conflicto en manos del oficial a cargo de las fuerza de seguridad actuante, transformando a estos en amos y señores de las calles, dejando de lado al Poder Judicial”, explicó.

“En el caso del traspaso de la Policía Federal, los nuevos agentes se incorporan a la ciudad con este protocolo irracional e inconstitucional, dejando de lado una experiencia de 12 años de trabajo que trató de dejar atrás la doctrina de seguridad nacional”, indicó Fuks. “Este protocolo ya generó fuertes rechazos, algunos gobiernos provinciales aseguraron que no lo tendrán en cuenta, y desde amplios sectores de la política, la cultura, los gremios y hasta las propias organizaciones profesionales de periodistas, crece el rechazo”, describió.

Y concluyó: “Pareciera que los tiempos les corrieran en contra y se muestran apresurados por su aplicación. Inexorablemente este camino nos conduce por los peores momentos vividos en los últimos 50 años. El gobierno debe replantear esta medida”.


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