ESPACIO PÚBLICO

Pese al fracaso en Parque Chacabuco, la Ciudad va a poner bares en plazas

Afirman que la idea sigue en pie para áreas verdes de más de 50.000 m2, como el Centenario, el Tres de Febrero, el Indoamericano y otros.

El plan para instalar bares en los parques porteños sigue sin avanzar, luego de que fracasara el intento para instalar uno en el Parque Chacabuco por la resistencia vecinal. Y aunque en la Ciudad aseguran que seguirán adelante, todavía no se sabe ni cuándo ni en qué otro espacio verde se desarrollará la iniciativa.

“La instalación del área de servicios en el Parque Chacabuco quedó suspendida. Vamos a seguir adelante con la ley, pero todavía estamos analizando qué otro parque elegimos”, informaron voceros del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad al diario Clarín. La historia de esta polémico propuesta comenzó en 2008, cuando el macrismo presentó en la Legislatura un proyecto de ley para habilitar la instalación de bares en las plazas porteñas.

El argumento fue que los concesionarios de esos lugares iba a aportar dinero para mantener a los espacios verdes, además de darles a los vecinos un servicio. Pero la iniciativa fue siempre rechazada por la oposición y organizaciones vecinales, que denunciaban que detrás de la idea había un intento de privatización del espacio público.

Ante la negativa, en 2011 el PRO ofreció armar una lista de 102 plazas donde pudieran instalarse estos espacios gastronómicos, pero ni aún así logró sumar los 40 votos necesarios. Recién tres años después pudo destrabarlo, y sólo haciendo muchos cambios a su idea original.

En primer lugar, que las áreas de servicio sólo pudieran estar en los espacios verdes de más de 50.000 m2 de superficie (el equivalente a cinco manzanas), lo que acorta la lista a unos 20, entre ellos Parque Centenario, los bosques de Palermo, el Indoamericano, el Saavedra, el Avellaneda y otros. Algunos de ellos, como el ex KDT; ya cuentan con áreas de gastronomía. Otras concesiones que hizo el macrismo fue aceptar que estos lugares estuvieran alejados de los bordes de los parques, para no competir con los bares que haya en los barrios.

Pero lo principal fue que se cambió el concepto del lugar a instalar: ya no se trataba de un bar sino de un área de servicios de no más de 30 m2 más baños públicos, Wi-Fi, estaciones para la red pública de bicicletas, bebederos, bancos y hasta biblioteca y un lugar para que puedan actuar artistas callejeros. Se autorizaba la venta únicamente de bebidas sin alcohol, panchos, golosinas y sandwiches, y se prohibía la venta de cigarrillos e instalación de parrillas.

Sólo así el macrismo logró los votos necesarios, con el apoyo de la Coalición Cïvica, la UCR y otros bloques. La aprobación se dio en la sesión del 8 de mayo de 2014, e incluyó protestas de vecinos. Al haber hecho tanto esfuerzo para conseguir la ley se esperaba que el macrismo avanzara velozmente para concretar la iniciativa en los parques. Sin embargo el primer anuncio llegó recién un año después, en mayo pasado.

El Gobierno porteño eligió al Parque Chacabuco, licitó la obra y anunció que antes de fin de año el lugar iba a estar funcionando. Pero los vecinos y legisladores opositores manifestaron inmediatamente su desacuerdo y juntaron más de 3.600 firmas contra la iniciativa. Su principal argumento fue que el parque ya perdió 12 de las 20 hectáreas de espacio verde que tenía originalmente, con la construcción del polideportivo, la autopista 25 de Mayo y otras intervenciones. Esa resistencia terminó por conseguir que el 3 de febrero último la Ciudad dejara sin efecto la licitación.


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