ARTE

Comando Maradona realiza murales de mosaicos con la figura de Diego

Un grupo de tres artistas de la localidad de Avellaneda tiene como misión “maradonizar” el mundo. ¿Cómo nació este homenaje de arte callejero a Diego Maradona?


Comando Maradona es un grupo de tres artistas militantes del maradonismo, nacido tras la muerte del astro y cuya misión es, básicamente, mantener el fuego encendido en la memoria popular. Para ello realizan pequeños murales con venecitas en paredes de los barrios de la Ciudad y en el conurbano bonaerense.  
 
La figura heroica de Diego Armando Maradona aparece en una pared de Villa Fiorito, en La Paternal el héroe surge en una ochava. Más al sur, en Lanús, el Pelusa santificado da la bienvenida a los convalecientes en la puerta del Hospital Eva Perón, ahí mismo donde nació en el final de octubre de 1960. Otro Diego es el hallado en La Boca y otro en Parque Chas.
 

Comando Maradona nace por militancia nuestra, me gusta la idea de los mosaicos históricos de los romanos y los griegos honrando a sus héroes. En el caso de Diego es su periplo, el viaje de Ulises, su vida como pobre, villero y peronista”, cuenta a Infobae Gonzalo López Lluch, una de las dos cabezas originarias de Comando Maradona, junto a Paula Soto, que además es su pareja.
 
Comando Maradona opera desde un taller en el barrio de Crucesita, Avellaneda, no tan lejos de la casa de Chitoro y la Tota, donde nació y creció el ídolo. Es una derivación de la agrupación Mosaicos Argentinos, donde también participan López Lluch y Soto, que produce estos pequeños murales con una mirada más amplia pero con el mismo concepto: evocar las figuras de la historia popular argentina, desde Evita hasta Rosas, las Madres de Plaza de Mayo o el Papa Francisco.
 
En ese grupo de íconos argentinos estaba incluido Maradona pero la conmoción de su partida, demasiado temprana, demasiado dolorosa motivó a Gonzalo y Paula a conformar una “guerrilla” para los homenajes especialmente al Diez.
 
“Nosotros somos el Comando de Intervención Diego Armando Maradona”, explica Gonzalo. “Lo hacemos a Maradona en todo momento, el destino del héroe es la permanencia en el tiempo, y eso lo demuestran los miles de murales de Diego en todo el mundo. El mosaico es algo tangible y a la vez un patrimonio”, continúa Gonzalo.
 
Mosaico Nacional arrancó una década antes de la muerte de Diego, hace 12 años. “Nació como una idea de generar elementos visuales de la historia y la cultura. Y que las obras funcionen de manera didáctica y disparen a una realidad histórica, a un personaje decisivo. En Europa conocí mosaicos romanos y griegos, obras que reflejaban fechas, costumbres sociales. Comando Maradona y Mosaicos Argentinos tienen ese objetivo, la venecita es un material persistente en el tiempo, es como un azulejo, duradero”, dice López Luch.
 

A Gonzalo y Paula se les ocurrió el emprendimiento artístico después de que ella cursara un taller de mosaico que la llevó a Soto a hacer trabajos a gran escala. Gonzalo le puso el concepto. “Mi visión fue de ‘peronizar’ el material fue el ingrediente que dio como resultado las primeras obras que hicimos como Mosaicos Argentinos, fueron una Eva Perón en el barrio de San Cristóbal y Rodolfo Walsh en la esquina de Entre Ríos y San Juan”, cuenta.
 
“Formamos parte de un grupo de compañeros que se dedican a diferentes cosas en permanente búsqueda de seguir peronizando este mundo. Cada cual con lo suyo, con sus ideas, propuestas, desde una banca de Diputados o haciendo mosaicos trabajamos en la parte histórica para reivindicar esto que es ser argentino. Homenajear a personajes, personas que dieron su vida por entender el cambio social, una Argentina soberana, una idea de independencia económica y soberanía política”, expresa López Lluch.
 

Unos meses antes de la partida de Diego, Mosaicos Argentinos se propuso hacerle llegar su obra a Maradona, que era Director Técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata, y en esa búsqueda les apareció una propuesta para instalar un mural de Don Diego, o “Chitoro”, en Esquina, Corrientes, su pueblo natal.
 
“Iba a ser un hito. Es la Tierra Prometida”, enuncia Gonzalo. Pero en el transcurso del proyecto murió Diego. Hubo que detener todo, el impacto paralizó todas las obras un tiempo. “Fue un momento de incertidumbre total. Los dinosaurios deben haber sentido lo mismo cuando cayó el meteorito, solo que ellos se extinguieron y nosotros seguimos acá”, recuerda López Lluch sobre su sensación de desamparo.
 
Pero como el ave fénix, de las cenizas del dolor en Mosaicos Argentinos nació Comando Maradona, con la inclusión a la dupla de Gabriela Pereyra. “Y ahí llevamos a Chitoro a Corrientes y pusimos un Diego en Parque Chas, la navidad de ese año y no paramos más”, cuenta el artista.
 
Además de sus instalaciones sorpresivas, Comando Maradona trabaja a pedido. Clubes de barrio, municipios, fanáticos del Diez, todos quieren su Maradona. Con la camiseta de Boca, con la de Nápoli, con las Islas Malvinas, con la ropa de Racing, con la de Gimnasia, con sus padres, con sus hijas. También piden otros íconos. La Municipalidad de Avellaneda les encargó retratos en venecita de mujeres célebres de esa ciudad, que ellos habitan, como la poetisa Alejandra Pizarnik o la Madre de Plaza de Mayo Azucena Villaflor.
 
“Nuestro objetivo siempre que vos veas la imagen a la pasada y veas una pintura. Es una explosión dentro de otra explosión. Hay un contacto visual de lejos con el mosaico, que parece una pintura y cuando la gente se acerca automáticamente lo toca y siente el corte de la venecita, el color, el material”, detalla el autor.
 
Desde hace más de una década, Gonzalo trabaja en una fábrica de venecitas en la localidad de Wilde. Gracias a eso, durante todo este tiempo se armó su propio stock de colores y tonalidades. “El rojo que fabrican ahora no es el mismo que van a fabricar en mayo. Cada color que sale es único y yo voy guardando”, dice López Lluch. Eso le permite aproximarse a las formas y colores reales.
 
“Seleccionamos la imagen que queremos trabajar y la traducimos de manera tal que sea posible realizarla en mosaico. Los parámetros que trabajamos son del tipo realista. No pintamos las venecitas. Tenemos más de 30 colores. Cada partida de producción tiene una tonalidad. Hace 12 años que acumulamos tonalidad. Tenemos mucha cantidad de material que nos permite armar gamas de colores. Y desde la fábrica me permiten indagar en el archivo existente de línea de stock. Con todo eso tratamos de trabajar para que tenga ese efecto pixelado y es elegante”, describe Gonzalo, de 38 años, hincha de Independiente.
 
Gonzalo sueña con “maradonizar” el mundo. Quisiera ir a Nápoles a dejar su ofrenda. Y a cada lugar donde se ama a Maradona. “Nos une una pasión, una idea de ofrenda popular, de murales que sean para la historia, para todos los tiempos, que vayan más allá de nosotros”, imagina López Lluch.
 
 
 


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