EPIDEMIA

Ascienden a 5.221 los casos de dengue en la Ciudad de Buenos Aires

En el último informe epidemiológico del Ministerio de Salud porteño, en la semana que fue del 12 a 18 de abril se notificaron 660 nuevos contagios. Los científicos afirman que el mosquito se adaptó al frío.


Semana a semana, el Boletín Epidemiológico de la Ciudad de Buenos Aires registra una escalada sin freno de los casos de dengue. Según el último parte, fechado el 24 de abril, desde el primero de enero de 2020, 5.221 porteños dieron positivo y un paciente falleció. El mosquito Aedes aegypti, vector de la enfermedad, desarrolló la capacidad de sobrevivir al frío de Buenos Aires, informa Diario Z.
 
El 94 por ciento de los infectados no viajó a las zonas endémicas, como el noreste argentino y Paraguay, lo cual confirma que hay una extensa circulación local del dengue. Por eso los expertos que conforman la Gerencia Operativa de Epidemiología del Gobierno calificaron al escenario de la Ciudad con el número 3 y en color rojo de “riesgo alto” con la presencia de tres serotipos diferentes: el DEN 1 y DEN 4, que representan el 54 y 42% respectivamente y el DEN 2, con menor incidencia.
 
Además, investigadores de la UBA advierten que el mosquito vector de la enfermedad desarrolló la capacidad de adaptarse al frío y que la llegada del invierno no marcaría el fin de la epidemia. El 90 por ciento de los casos están concentrados en los barrios más vulnerables, especialmente en las villas y asentamientos.
 
La Defensora del Pueblo adjunta de la Ciudad Bárbara Bonelli aseguró que las Comunas 7 (Flores y Parque Chacabuco), la 8 (Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo) y la 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya)son las más afectadas y superan la media de la Ciudad en más del 100 por ciento”.
 
Bonelli denunció que “no hay registro de cantidad de intervenciones ni acciones que permitan corroborar que haya un aumento de estas acciones por parte del Gobierno porteño para mitigar a la propagación de la enfermedad en un año donde las cifras crecen exponencialmente”.
 
En comparación con 2019, el crecimiento de casos es exponencial. El año pasado se registraron apenas 38 casos confirmados de dengue en toda la Ciudad. Sin embargo, en relación con 2016, cuando hubo un brote continental de infecciones, el 2020 sigue estando abajo en número (apenas en un 12,5 por ciento), aunque los expertos advierten que la brecha se acorta cada vez más.
 
Investigadores del Grupo de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA señalaron que el mosquito desarrolló la capacidad de sobrevivir al frío de Buenos Aires, esa sería la causa por la que en otoño continúan multiplicándose los casos. De hecho, en ejemplares de Aedes autóctonos estudiados, los científicos detectaron que las hembras desarrollaron una adaptación al clima a través de un mecanismo llamado “diapausa” y que, hasta el momento, se creía que esta especie no poseía y que no ha desarrollado en ninguna otra parte del mundo.
 
“Si bien Aedes parece haber encontrado nuevas estrategias contra el frío del territorio argentino, el mayor reto lo enfrenta cuando los vecinos se organizan y eliminan los criaderos de sus casas. Frente a eso, no hay adaptación que valga”, indicaron en un artículo de la Agencia CTyS, de divulgación científica.
 
Un conjunto de investigadores del Conicet y de diversas universidades de todo el país, nucleados en el Grupo de Investigación sobre Mosquitos en Argentina (GIMA), lanzaron una campaña en la que vinculan la crisis por el coronavirus y el dengue, bajo el lema “Que el aislamiento social nos sirva para protegernos del dengue”.  De esta manera, los científicos buscan instar a los ciudadanos a aprovechar la cuarentena para limpiar sus hogares y así evitar la formación de criaderos del mosquito Aedes aegypti, transmisor no sólo del dengue, sino también del chikungunya, el zika y la fiebre amarilla.
 
“A toda la red de mosquitólogos del país nos interesa que se aproveche la cuarentena para observar el ambiente de nuestras casas y tratar de controlar todos los recipientes con agua”, señaló a Diario Z Nicolás Schweigmann, investigador independiente del CONICET en el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA, CONICET-UBA), miembro del GIMA.
 
El GIMA ha realizado estudios en la Ciudad de Buenos Aires y detectó que la dispersión del mosquito depende del ambiente en que se encuentra. Y señalan al Cementerio de la Chacarita como un epicentro donde la dispersión es mayor, ya que los mosquitos encuentran el ambiente propicio para reproducirse de manera muy cercana. También marcaron como un punto crítico las obras en construcción, hoy paralizadas, donde quedan tachos, maquinarias y recipientes en los que se acumula agua.  “Lo ideal sería que los gobiernos tuvieran inspectores formados para monitorear la presencia de Aedes aegypti en las obras de construcción, que son una de las principales fuentes de proliferación de mosquitos en las manzanas”, concluyeron.
 
Desde el Ministerio de Salud porteño indicaron a Télam que “la situación de la pandemia por coronavirus no permite tener una cabal idea de la vigilancia, sea por falta de consulta como por dificultades de los servicios a la hora de realizar la notificación de los casos”.
 
Hace diez días hubo un paciente fallecido, de 71 años con comorbilidades, residente en la Comuna 11. "El caso se registró́ a través de una consulta a las 48 horas de iniciada la fiebre, requiriendo internación en sala. Evolucionó desfavorablemente y fue derivado a unidad de cuidados intensivos, falleciendo al quinto día de la fecha de inicio de síntomas”, reportó el Boletín Epidemiológico. 


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