ANÁLISIS

¿Cambiamos?

¿La llegada de Cambiemos al poder ha generado un verdadero cambio en la Argentina? Uber, el espacio público, el relato, los amigos del poder, los errores y otros ejemplos que sirven al análisis.

Mariano Heller
Volveré a la normalidad, que es mucho menos divertida que la anormalidad. Me tomé la licencia de escribir un par de semanas sobre Twitter y sus vicisitudes, pero me toca volver a la realidad. Es una especie de deber patriótico (?). Por ende, querido lector, le ruego me disculpe, pero regreso a los temas serios y los problemas de siempre de nuestro subdesarrollado país.

Quiero hoy dedicarme a analizar un poco, en base a algunas comparaciones concretas, si la llegada de Cambiemos al poder ha generado un verdadero cambio en la Argentina. Los temas a comparar son, por cierto, sólo ejemplos. Está claro que hay muchos más, pero creo que los elegidos me ayudan a graficar un poco la situación.

Aunque no lo creo estrictamente necesario conviene aclarar, aunque algunos ya lo sepan, que este análisis viene de parte de un votante de Cambiemos, convencido de la necesidad de trazar enormes distancias entre el oficialismo actual y el gobierno anterior.

Uber

La llegada de Uber a la Argentina ha servido para discutir muchas cosas y ha servido también para ver de qué lado quedaban parados los distintos dirigentes del arco político. En este sentido, el sindicalismo ultra Kirchnerista que representa a los taxistas y el Jefe de gobierno, uno de los líderes máximos del PRO, quedaron en veredas idénticas ¿Cambiamos? Decididamente no.

"Designaciones de amigos y parientes, ganadores de licitaciones cercanos al poder. Acá también estamos flojos de papeles ¿Cambiamos? Casi nada".



Los amigos del Poder

Designaciones de amigos y parientes, ganadores de licitaciones cercanos al poder. No sé si me sobraba fe para que esto no suceda pero esperaba otra cosa. Si a esto le sumamos funcionarios con actividades que, si no son ilegales al menos están reñidas con cualquier medida ética aceptable, creo que acá también estamos flojos de papeles ¿Cambiamos? Casi nada.

Los errores

Todos los gobiernos cometen errores. Imposible evitarlos. Pero lo que quisiera medir aquí es la reacción frente a los mismos. En este sentido no recuerdo, aunque supongo que ha habido algunas, aceptaciones de errores por parte del gobierno anterior. Todo siempre era culpa de otros. El gobierno actual ha mejorado en este sentido. La única forma de enmendar errores es aceptar que se cometen y este gobierno lo hace, aunque ojalá cometiera algunos menos ¿Cambiamos? Sí, por suerte sí.

El debate parlamentario

En el Congreso se discute, se debate, se intercambia, se buscan consensos. Aparentemente el memo que explicaba cómo funciona un Parlamento no le llegó al gobierno anterior que llegaba con proyectos de ley a los que advertía que no les tocaría ni una coma. Sin dudas el of icialismo actual ha demostrado otra actitud al respecto buscando acuerdos, concediendo cambios.

Algunos dirán que sólo tiene que ver con la ausencia de una mayoría clara. Puede ser, pero es así ¿Cambiamos? Sí, bastante.

Orden público

Me quejo desde hace muchos años acerca del caos en que se ha transformado la calle. La palabra orden ha quedado como de “derecha” pero lo cierto es que cualquier sociedad medianamente normal funciona con reglas que indican que, aunque el derecho a protestar debe ser garantizado, también debe serlo el derecho a la libre circulación de todo el mundo. Llegaron con promesas al respecto. Hablaron del protocolo antipiquete. Lo cierto es que la calle sigue siendo tierra de nadie y no parece que haya grandes preocupaciones por solucionarlo ¿Cambiamos? Nada.

Las discusión interna

Vivimos durante años niveles de verticalismo preocupantes. Asistimos a cómo funciona un partido de neto corte fascista como el peronismo. Los militantes se auto denominaban soldados, la Presidenta era la jefa. Hoy en ese sentido se vive otro clima. Cambiemos tiene componentes de diversos partidos y se discute y se expresan esos desacuerdos sin mayores problemas. Esto es sin dudas sano para la democracia ¿Cambiamos? Mucho.

"La única forma de enmendar errores es aceptar que se cometen y este gobierno lo hace, aunque ojalá cometiera algunos menos".



El relato

Una de las cosas que más me molestaron siempre del Kirchnerismo, más allá del saqueo indiscriminado del Estado, ha sido el famoso relato. Esa necesidad de inventar una realidad paralela que endulce todo lo que estaba sucediendo cambiando denominaciones, generando confrontaciones justificatorias de todo, montando una farsa tras otra. El actual oficialismo, luego de haber criticado con ahínco esas prácticas, ha inventado su propio relato. Más light, sin dudas, menos apartado de la realidad, pero relato al fin. Creo que una muestra de esto que digo se ve claramente en el excesivo uso de la palabra sinceramiento. Cómo si no llamarlo aumento lo hiciera más leve ¿Cambiamos? Menos de lo que quisiera.

La militancia

Hablábamos recién de soldados, de la jefa. El Kirchnerismo logró entre sus seguidores niveles de “alcahuetismo” impresionantes. Era criticar algo y que una serie de robots te salieran a decir, procesista, amigo de Magnetto, asesino, facho y otras tantas cosas lindas. Como intento no perder el espíritu crítico nunca, cuando el gobierno actual ha hecho cosas que le criticaba al Kirchnerismo lo he repudiado. La reacción de los fanáticos del oficialismo viene siendo similar. Se han generado believers en demasiado poco tiempo y sus niveles de tolerancia a las disidencias son escasos ¿Cambiamos? Casi nada.

"El actual oficialismo, luego de haber criticado con ahínco esas prácticas, ha inventado su propio relato. Más light, sin dudas, menos apartado de la realidad, pero relato al fin".

 

Conclusión

Cambiamos, sin dudas pero cambiamos mucho menos de lo que yo quisiera.Y me alegra encontrar cada vez más gente que se ha reencontrado con el espíritu crítico dentro del oficialismo. Faltó mucho de eso durante la década ganada. La crítica era siempre para el otro y nunca para mirarse en el espejo. Creo que eso es positivo.

Pienso también que al gobierno se lo ayuda acompañando iniciativas pero también criticando y marcando errores. Para fanatismos ya tuvimos 12 años oscuros. En este sentido, hago un especial llamado a aquellos que en una época tenían espíritu crítico y lo perdieron. Búsquenlo, tiene que estar en alguna parte. No se puede haber esfumado para siempre.

Ojalá se profundicen los cambios que hasta ahora han sido positivos y se empiecen a modificar algunos rumbos que se parecen mucho a lo anterior. Lamentablemente, como siempre, mi grado de esperanzas es escaso.

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