PATRIMONIO

El pasaje Rivarola es único, sus edificios están en espejo

El pasaje Rivarola, situado en el centro porteño, fue proyectado en 1924 por la compañía de seguros La Rural. Su particularidad es que los edificios fueron construidos en espejo a un lado y otro de la calle.


El pasaje Dr. Rodolfo Rivarola tiene una cuadra, entre Mitre y Juan Domingo Perón, en el barrio de San Nicolás. Edificios en espejo y una simetría perfecta entre ambas veredas, características que lo hacen único en toda la Ciudad y lo distinguen del resto de los pasajes. La calle tiene un estilo Beaux Arts en sus edificios, conocido también como academicismo francés. Las cuatro cúpulas de las cuatro esquinas son el toque distintivo, pero también los balcones, las puertas y las fachadas que se remontan a otra época.
 
Los edificios fueron proyectados en 1924 por la compañía de seguros La Rural como propiedades para arrendar departamentos ya que, por ese entonces y hasta 1948, cuando se sancionó la ley de Propiedad Horizontal, solo se autorizaba la construcción de edificios como inversión para alquilar. El lote no tenía calle que lo dividía, pero se abrió ese pasaje como una propuesta urbana novedosa en la Ciudad. Inicialmente esa traza tomó el nombre La Rural.
 
Cada edificio cuenta con planta baja y cinco pisos. En cada extremo del pasaje hay comercios emblemáticos como la Vidriería del Centro, sobre Mitre, y Ferretería GA-TA, sobre Perón, con letras doradas que ofrecen tornillos y remaches de todo tipo. “Es el imperio del bulón. Si no lo conseguís ahí, no está en ningún lado”, cuenta un vecino.
 
También hay otros locales ocupados por una sede del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), la Librería de la Mujer, una imprenta, una casa de música y una carpintería que custodia el local de una vieja relojería conocida como “La Chacarita de los relojes” de los cuáles solo queda uno, colgando en la fachada en forma decorativa y con números romanos en ambas caras, aunque en una de ellas algunos ya no están.
 
Desde que murió el dueño, antes de la pandemia, el local está cerrado”, cuenta a La Nación Cristian García, de la carpintería El Gramil que está al lado, abierta desde 1963. “Nunca hubo mucho movimiento, pero las restricciones por la zona de Tribunales y luego por la pandemia terminaron de liquidar a varios comerciantes que tuvieron que cerrar”, agrega. En el pasaje no se admiten locales gastronómicos.
 
El proyecto fue realizado por los arquitectos Petersen, Thiele y Cruz quienes idearon abrir el pasaje a través de una manzana. La construcción estuvo a cargo de la empresa de origen y capitales alemanes Geopé (Compañía General de Obras Públicas SA) que edificaron los primeros edificios racionalistas de la Ciudad y otros sitios emblemáticos como el estadio de Boca Juniors, el Obelisco, el Correo Central y el Colegio Nacional Buenos Aires. La empresa actualmente forma parte del Grupo Petersen y también construyó los edificios de Argentina Televisora Color (ATC), la torre Pirelli en Retiro y la infraestructura para la Reconversión del Antiguo Puerto Madero que integró 170 hectáreas a la trama de la Ciudad.
 
“Ellos desarrollaron la tecnología del hormigón. En la Argentina había una disputa entre las compañías británicas, que trabajaban el hierro como base, y las alemanas que trajeron el hormigón. Como no tenemos tanto hierro, el hormigón fue un gran material que se comenzó a utilizar en forma masiva”, explica a La Nación el arquitecto Juan Vacas, subsecretario de Paisaje Urbano del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana de la ciudad.
 
“El pasaje ha ido mutando, aunque su particularidad siempre fue el espejo, la simetría. Hay otros edificios, las tiendas Gath & Chaves en Florida y Perón, que están enfrentados y son iguales, con el mismo diseño de fachada, aunque hubo 10 años de diferencia entre la construcción de ambos y fueron construidos por diferentes estudios”, agrega Vacas.
 
Los pisos de los edificios cuentan con tres departamentos y cada uno de ellos tiene asignado en la terraza un lugar para el lavado y tendido de la ropa, además de un cuarto en el sótano para ser usado como depósito. El mármol es el material predominante en las entradas y los palieres; otros elementos predominantes y de calidad son el roble de Eslavonia, la herrería artística, pizarra importada y los marcos de bronce.
 
“Algo paradigmático en el pasaje es que funciona como una especie de portal con las cuatro cúpulas en las esquinas. El fondo de los lotes va variando, la medianera hacia las calles Talcahuano y Uruguay no es regular, algunos tienen patio y otros, no, por la forma que se realizó el proyecto”, aporta Vacas.
 
En 1957, según el decreto-ordenanza N° 13.929, el pasaje cambió, dejó el nombre La Rural, que había sido otorgado en diciembre de 1924, y adoptó el de Dr. Rodolfo Rivarola en conmemoración al centenario del nacimiento del abogado, filósofo, docente y juez.


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