MEDIO AMBIENTE

Empezó la poda invernal

Serán intervenidos 70.000 árboles para cuidar su estado; buscan bajar el riesgo de caída y destapar luminarias.


El Gobierno porteño dio por comenzada la temporada de poda de este año, que pretende alcanzar 70.000 árboles, el 20% de todos los que hoy existen en la Ciudad. El objetivo es mejorar la salud de los ejemplares, impedir que obstaculicen la iluminación por las noches y reducir el riesgo de caída de ramas por tormentas y vientos fuertes. También, evitar que tapen la señalética urbana, informa La Nación.
 
Cada Comuna planifica la poda en su jurisdicción junto con la Secretaría de Atención y Gestión Ciudadana porteña; trabajan con ingenieros agrónomos y técnicos en jardinería y paisajismo. Por un convenio firmado con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires se sumó a 90 ingenieros agrónomos especializados en mantenimiento de especies arbóreas a los equipos de las Comunas, encargadas de la fiscalización de la poda.
 
La ley de arbolado urbano, la Nº 3263, establece toda una serie de requisitos y de cuidado de las especies que son patrimonio de la ciudad. "Mucha gente pide que se le saque el árbol de enfrente de la casa. El árbol es patrimonio de la ciudad, no se puede sacar salvo que esté muerto, próximo a morir o tenga una inclinación que implique riesgo de caída", explicaron desde la Subsecretaría de Gestión Comunal. Y detallaron que la vida del árbol y la seguridad de las personas son dos caras de la misma moneda.
 
"Es una mentira que la poda provoque la mejora de salud del árbol, en realidad le provoca una baja en las defensas y pérdida de expectativa de vida", reveló a La Nación María Angélica Di Giacomo, que administra el grupo de Facebook "Basta de mutilar nuestros árboles", dedicado a monitorear y denunciar los maltratos que sufre el arbolado en la Capital. "Se hace una poda de resfaldado excesiva. Los árboles pierden su follaje y quedan más expuestos al viento, por lo que es más probable que se caigan", dijo.
 
Según denunció, en las Comunas actualmente sobra presupuesto de poda, pero no existe el de mantenimiento, que podría incluir agregar nutrientes, poner tierra fértil, sacar clavos y alambres.
 
El año pasado, un fallo judicial exigió al Gobierno de la Ciudad que la ejecución de la poda se ajuste a las obligaciones consignadas en la ley de arbolado urbano. La norma establece que antes de ejecutar cualquier intervención debe realizarse una evaluación técnica de cada uno de los ejemplares afectados y consignarse el tratamiento que se les dispensará. Además, se exige que el personal que ejecute las tareas de evaluación técnica, plantación, poda, trasplante o tala sea idóneo, esté capacitado y se certifiquen sus competencias.
 
La denunciante, Claudia Heras, una vecina de Villa Urquiza, había criticado que en el objeto social de las empresas que prestaban el servicio de poda "no figuraba la realización de trabajos vinculados con poda, tala, plantación o cuidado de árboles". Al contrario, se trataba de empresas constructoras, de electricidad, de limpieza o de transporte.
 
Desde la Subsecretaría de Gestión Comunal sostuvieron que efectivamente antes de cada poda existe hoy un informe por escrito de un ingeniero que releva cada árbol de cada columna y establece qué tarea específica se le debe realizar. Luego, otro ingeniero del plantel oficial presencia los trabajos. Y una semana después un fiscalizador de la Comuna concurre a verificar que la intervención esté bien hecha.
 
 


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