BASURA CERO

La importancia del reciclado: el Gobierno asegura que no está en riesgo el trabajo de los recuperadores urbanos

En la Ciudad se generan entre seis mil y seis mil quinientas toneladas diarias de deshechos, la mitad de la cual es recuperada.



La generación de basura es un problema clave a la hora de pensar la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente, se generan entre seis mil y seis mil quinientas toneladas diarias de deshechos, la mitad de la cual es recuperada por recicladores, cartoneros y centros verdes. Lo que no se recicla, se entierra en el relleno sanitario del CEAMSE, que colapsará. Por ello, el Gobierno avanzó con una modificación muy rechazada de la ley de Basura Cero: permitir la incineración de residuos.

El relleno del Complejo Ambiental Norte III, en José León Suárez, recibe la basura porteña y de otros 36 municipios que, en conjunto, producen 15.000 toneladas diarias de residuos. El 96% se entierra, lo que pone en evidencia la falta del hábito del reciclado, con políticas que tiendan a concientizar y capacitar a la población para separar residuos. En la Ciudad se avanzó en esa dirección, con centros verdes y cooperativas de cartoneros que apuntan a la recuperación de materiales reciclables, pero falta.

La nueva ley de Basura Cero que permite la "termovalorización" o incineración de residuos, es rechazada por grandes ONG del medioambiente y también por los recicladores urbanos, cerca de seis mil, que temen perder sus fuentes de trabajo. Pese a ello, el Gobierno asegura que es más barata la recuperación que la incineración, por lo que las políticas de reciclado continuarán.

El legislador oficialista Gastón Blanchetiere resaltó, en comunicación con Clarín, que un artículo de la nueva ley garantiza que los reciclables no serán incinerados. Es el número 9, que dice que “los residuos sólidos urbanos podrán ser pasibles de valorización energética cuando no hayan podido previamente ser recuperados y/o reutilizados en los centros de selección, acondicionamiento o tratamiento”.

Pero el temor también pasa por los vecinos, sobre todo de la zona sur y barrios más postergados, que ya temen la instalación de plantas incineradoras al lado de sus casas.



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