COMUNA 15

Parque Chas tiene una nueva biblioteca al paso

Esta nueva biblioteca al paso queda en la plaza Hamburgo. Esta iniciativa que se aplica en varios países, tiene como fin compartir libros con sentido comunitario y fomentar la lectura.


Parque Chas ya podría denominarse como el barrio de las bibliotecas al paso, esta semana se inauguró la tercera que queda en la plaza Hamburgo sobre la calle Bucarest, en la puerta de la casa de la docente María Marta Rodríguez Denis que, junto a su familia, impulsaron esta nueva biblioteca.
 
Se llama “La casa de los libros” y el lema es “Llevate un libro y trae otro”. Inés Kreplak, también docente y vecina de Parque Chas, dice que “la idea es leer y compartir”.
 
“Había trabajado en la promoción de la lectura en distintos proyectos desde el Ministerio de Cultura, además conocía algunas experiencias en plazas y estaciones de trenes de México, Colombia y Chile, pero fue cuando viajé a Chicago a visitar a una amiga que vi las Free Libraries y volví con ganas de armar una en mi barrio”, cuenta Kreplak. 
 
“Me motivó la abstinencia de proyectos socioculturales, luego de dejar mi trabajo en el Ministerio tras el cambio de gobierno. Mi idea es generar y colaborar en la construcción de una comunidad en mi barrio y la posibilidad de pensar que, contra toda lógica que se impone desde afuera, el libro sigue trascendiendo la idea de objeto de valor económico, va mucho más allá”, agrega Inés.
 
El barrio de Parque Chas tiene sus particularidades y eso hace que los vecinos se conecten más entre sí. Esta biblioteca es la tercera que se inaugura con las mismas características. Las otras están instaladas en Gándara entre Bucarelli y Bauness y en Pagra entre Moscú y Belgrado, donde los vecinos la instalaron adentro de una heladera.
 
Esta modalidad se desarrolla en muchos países hace tiempo. En Alemania, por ejemplo, se inició en 2010 a través de la colocación de una biblioteca en la vía pública. En el mundo se han colocado estantes con libros en veredas, calles peatonales, plazas, en la playa o, incluso, en una cabina telefónica, como el caso de New York.
 
En todos los casos el acceso a los libros es absolutamente gratis, el único requisito es dejar un libro a cambio para que siempre haya artículos de lectura disponibles.
 
La idea se expandió rápidamente en países europeos, Estados Unidos y en Argentina tiene sus réplicas en ciudades como Corrientes y Chaco. Se calcula que hay cerca de 40 mil pequeños libres intercambios en todo el mundo.


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