JUDICIALES

Comienza el juicio a tres policías por el crimen de un joven en la Villa 15

Tres agentes de la Policía Federal mataron a un joven de 21 años en 2012. Quisieron instalar la versión de un enfrentamiento, pero las pruebas demostraron que no existió. El policía que no disparó, pero no hizo nada para evitar el crimen, también está imputado.

Marcelo Montenegro tenía 21 años.


Marcelo Montenegro fue asesinado por policías de la Comisaría 48 en julio de 2012 en la Villa 15. Casi seis años después, el próximo miércoles comenzará el juicio a los agentes de la Policía Federal Emmanuel Alejandro Díaz, Mario Nicolás Medina y Diego Marcelo Calderón, imputados como coautores de homicidio agravado por pertenecer a una fuerza de seguridad.

Marcelo "El Pela" Montenegro tenía 21 años. Vivía de changas, trabajaba en la panadería del barrio y era ayudante de albañil. La noche del 7 de julio de 2012, iba en el asiento de acompañante del auto junto de un amigo cuando los policías Díaz, Medina y Calderón comenzaron a perseguirlos. En el cruce de Avenida Piedrabuena y Saraza, el auto en el que viajaban los dos jóvenes chocó contra un paredón. Según los testigos, los policías comenzaron a disparar y una de esas balas atravesó el baúl, el asiento trasero del auto e impactó en el tórax de Marcelo.

La versión policial apuntó al enfrentamiento. Los tres policías argumentaron que persiguieron el auto por no acatar la voz de alto y que desde el auto les dispararon. Pero no hubo impactos sobre el patrullero ni sus tripulantes. “Ellos van a plantear la hiótesis del enfrentamiento previo. Nosotros apuntaremos a las contradicciones. Hay dos trinomios que dicen que ven pasar el auto, y es imposible que pase por los dos como ellos dicen. El arma que se encuentra tirada  no podía disparar porque tenía el cañón lleno de tierra. Los disparos fueorn después del choque según los vecinos. Hay un montón de cuestiones que desvirtúan lo que dice la Policía”, señaló el abogado Federico Paruolo, representante de la familia de la víctima, en diálogo con Nueva Ciudad. “Las pruebas dan cuenta de que no hubo ningún enfrentamiento”, concluyó.

Paruolo resaltó la “particularidad de que a la calificación se llega porque la jueza considera que hay dos policías vinculados con loso disparos y un tercero no hizo nada por evitarlo, pero lo pone en el mismo nivel de responsabilidad que al resto. Hay un solo antecedente de algo así”.

El juicio comenzará el 28 de marzo a las 9.30 en el Tribunal Oral y Criminal 30 (Paraguay 1536). Las audiencias continúan para los miércoles 4, 6, 11 y 18 de abril en la misma sede. Interviene la Fiscalía General N° 26 y colabora la Procuraduría de Violencia Institucional. La familia es patrocinada por la Asociación Civil Miguel Bru.

Según la reconstrucción realizada en su momento por el sitio Infojus Noticias, la investigación en un principio tramitó en el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción 19, a cargo de Diego Slupski. El 24 de junio de 2013 –más de un año después del hecho– se resolvió el procesamiento con prisión preventiva de Alejandro Maturano –amigo de Montenegro y conductor del vehículo- por el delito de “resistencia a la autoridad agravada por el empleo de arma de fuego y tenencia ilegal de arma de uso civil”. En esa resolución, Slupski sobreseyó a los tres efectivos policiales por considerar que la muerte de Montenegro fue producto de un enfrentamiento, tal la versión policial.

La Sala V de la Cámara anuló los sobreseimientos y pidió seguir investigando. El juez volvió a sobreseer y una vez más la cámara decretó la “falta de mérito para procesar o sobreseer a los imputados”. Sin embargo, Slupski volvió a sobreseer. La decisión de la Cámara, entonces, fue quitarle la causa y mandarla a sorteo. Así, quedó en manos del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción 38, a cargo de Wilma López. Para la jueza había elementos que permitían inferir que el enfrentamiento que los policías ponían como argumento del disparo mortal no había existido. Entonces decidió avanzar con la acusación por homicidio agravado para Díaz, Medina y Calderón.

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