CUMBRE ENTRE MACRI Y LARRETA

Rosca en el sur

El cónclave en el sur estuvo centrado en temas de gestión aunque sobrevolaron las discusiones pendientes en la Ciudad: Cambiemos porteño, la interna postergada con Martín Lousteau y el rechazo de Elisa Carrió a la alianza Nosiglia-Angelici fueron algunos de ellos.

Werner Pertot
Mauricio Macri tuvo un encuentro con Horacio Rodríguez Larreta. Al igual que hizo con María Eugenia Vidal y con otros gobernadores, el presidente no se molestó en moverse de su lugar de vacaciones, sino que los hizo ir hasta allá. Con Larreta, debatieron sobre los temas que vienen complicando hace tiempo la relación: desde la represión de la protesta social hasta la formación del Cambiemos porteño. El presidente le viene pidiendo al jefe de Gobierno que se tire a la pileta, sin fijarse si es real o está pintada. Esto es: que reprima manifestaciones sin mirar el costo político y que se embarque en una interna con Martín Lousteau (con la UCR, en rigor) hacia 2019 sin medir la posibilidad de que pueda perder. A Larreta no le convence ninguna de esas alternativas.

La reunión con Macri tuvo dos etapas: en la primera estuvieron los dos solos y se concentró en los temas más políticos, luego hubo una reunión ampliada con el vicejefe de Gobierno Diego Santilli, el jefe de Gabinete porteño Felipe Miguel y el ministro de Espacio Público, Eduardo Macchiavelli. Allí, almuerzo mediante, viraron más hacia los temas de gestión. Esta fue la parte más difundida de la reunión. Larreta tuiteó: “Conversando con @mauriciomacri en Villa La Angostura sobre los proyectos en marcha en la Ciudad y el trabajo en conjunto con Nación”.

Entre otras cuestiones, en el exclusivo Cumelén Country Club hablaron de la urbanización de las villas, del sistema de salud porteño, y de las distintas obras que deberían estar listas para la campaña de 2019: el Paseo del Bajo, la Villa Olímpica (que utilizarán los atletas juveniles este año y luego deberían ser entregadas como viviendas sociales), las obras sobre el arroyo Vega (para prevenir inundaciones), los viaductos Mitre, San Martín y Belgrano Sur y la extensión de la línea H. También trascendió que Macri invitó a Larreta a participar del viaje a Davos.

la relación entre Macri y larreat se vio resentida cuando uno pasó a ser presidente y otro a sucederlo en el Gobierno porteño, pero con un juego propio: blindarse de los escándalos nacionales, poner la proa en la gestión y esperar su turno para intentar sucederlo en la presidencia.



Esta es la parte de la reunión que más dejaron trascender. Pero hay una serie de problemas políticos en la Ciudad que Macri y Larreta vienen discutiendo desde hace tiempo sin que haya una resolución. Pese a que lo nieguen, la relación entre el ex jefe de Gobierno y su ex jefe de Gabinete se vio resentida cuando uno pasó a ser presidente y otro a sucederlo en el Gobierno porteño, pero con un juego propio: blindarse de los escándalos nacionales, poner la proa en la gestión y esperar su turno para intentar suceder a Macri en la presidencia. Esta actitud no fue del todo digerida por el presidente, que obligó a Larreta a ponerle el cuerpo a algunos de los conflictos del año pasado, como el de los docentes. En esa disputa, el jefe de Gobierno terminó cerrando una paritaria por decreto, forzando una extensa serie de paros y reprimiendo a los docentes frente al Congreso.

El rol de la Policía de la Ciudad frente a las manifestaciones es otro de los puntos que sigue en debate. Macri, a través de su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, empuja más y más para que la policía desaloje los cortes. Esa disputa comenzó en 2016 y pareció quedar saldada en 2017 cuando la Policía de la Ciudad pegó y pegó a los manifestantes de las más variadas marchas. No obstante, con la aprobación de la antipopular ley que recorta los aumentos a las jubilaciones, Larreta volvió a dejar la represión en manos de Gendarmería y otras fuerzas federales.

Esto volvió a generar tensiones con Macri. En la reunión con Larreta de la semana pasada, el presidente tenía un anotador en el que, con letra bastante incomprensible, había punteado algunos temas para conversar con el jefe de Gobierno. Hubo varias interpretaciones de esa letra, aquí les va mi apuesta sobre lo que decía:



“EC

ML

Def. Civil.

Batalla Congreso”


Esto último, no es otra cosa que la represión en el Congreso, sobre la que Macri quería referirse en el encuentro. Hay sectores del Gobierno que consideran que la Policía de la Ciudad estuvo tibia a la hora de pegar. No tienen en cuenta algunos episodios de esa jornada, como el cartonero al que le pasaron por encima con una moto o la decisión de tirar gases lacrimógenos dentro del subte. Se trata de uno de los temas que seguirá generando tensiones, porque Larreta no quiere cargar con el costo de un muerto que pueda truncar su carrera presidencial.

Los otros dos temas “EC” y “ML” podrían ser “Elisa Carrió” y “Martín Lousteau”, dos de los grandes tópicos que resumen los problemas para conformar Cambiemos porteño. En los últimos meses, y luego de las elecciones en las que la Ciudad fue el único distrito en el que no existió Cambiemos, pareció abrirse la posibilidad de que exista la alianza a nivel porteño con el pacto entre Enrique “Coti” Nosiglia y Daniel “El Tano” Angelici, uno de los hombres de la mesa chica del presidente. Ahora, la introducción del radicalismo a la alianza viene con dos problemas. El primero es que Elisa Carrió rechaza ese pacto Angelici-Nosiglia y hasta amenazó con romper la alianza gobernante (amenaza que, hasta ahora, se cuidó de cumplir pese a que el acuerdo sigue adelante). El segundo problema tiene nombre y apellido: Martín Lousteau. El ex embajador en Washingon se afilió a la UCR para poder competir en internas por la jefatura de Gobierno.

Es sabido que Larreta no quería ir a internas con Lousteau en 2019 e hizo todo lo posible por bloquear su inclusión en el espacio en 2017. Ahora tiene sectores influyentes, como el de Angelici, intentando convencer al presidente de que una interna con Lousteau no haría más que sumarle votos a la fórmula presidencial para la reelección. Larreta sigue buscando, no obstante, impedir el ingreso de Lousteau a Cambiemos.

Por eso, echó sistemáticamente a aquellas personas vinculadas a Lousteau de los organismos descentralizados de la Ciudad. El primero en caer fue el presidente del Consejo Económico y Social (CESBA), Federico Saravia, que tenía mandato hasta 2020. En su lugar entró el massista Matías Tombolini. En la campaña de 2017, Lousteau estaba convencido que fue financiado por Larreta para restarle votos (Tombolini lo negó públicamente). Larreta echó, además, de la Corporación del Sur al radical Luis Cabillón y al hermano de la jefa de bloque de Lousteau, Inés Gorbea, que era síndico en AUSA. No pudo expulsar, en cambio, a la auditora que responde al ex ministro de Economía, Maria Coletta, ni tampoco a Gastón Rossi, que es director del Banco Ciudad, dado que son cargos que cuentan con aprobación de la Legislatura.

Está claro que el rechazo de Larreta a Lousteau y de Carrió al acuerdo Nosiglia-Angelici los vuelve aliados en esta coyuntura. Dicen que la relación entre ambos, por el momento, es inmejorable. Habrá que ver si esta suma de fuerzas alcanza para frenar la orden de Macri de que hay que tirarse a la pileta.

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