OPINION

Siempre estamos a una pérdida de derechos del Paraíso

Una nueva semana en la prosa de Sebastián Fernández. Economía, crecimiento, Gendarmería, Maldonado, Bullrich, Cuota Hilton, Naftas y reformas laborales. Pasen y lean.

Sebastián Fernández
Termina otra semana trepidante en la que no tuvimos noticias de la lluvia de inversiones pero tampoco de la Pobreza Cero; es decir, una de cal y otra de arena. Además, según el ministro de Producción Francisco Cabrera: “Los números de julio y agosto confirman que la Argentina entró en uno de los ciclos de crecimiento más saludables de las últimas décadas”. Una noticia alentadora.
 
Algunos expertos sostienen que los datos mencionados por Cabrera provendrían de una pericia de Gendarmería, una apreciación que nos parece injusta. Ocurre que así como 12 años de crecimiento anual promedio del 4,6% (según el INDEC de Todesca) no alcanzan para probar que el modelo kirchnerista fuera sustentable, 2 meses elegidos entre los últimos 20 demuestran que estamos viviendo uno de los ciclos de crecimiento más notables de nuestra Historia reciente. Cualquier economista serio lo entendería.
 
Pasados 60 días desde la desaparición de Santiago Maldonado, el ministro Germán Garavano afirmó con perspicacia: "En el caso Maldonado tenemos la sospecha de que mucha gente mintió". No sabemos si se refiere a la inminente república autónoma mapuche -apoyada por la guerrilla kurda y financiada por las FARC, el Reino Unido y la Universidad de las Madres- que denunció su colega Patricia Bullrich o al Santiago ninja que cruzó la Cordillera malherido pero, en todo caso, saludamos ese cambio encomiable en la retórica oficial.
 
El ministro debería estar tranquilo, la búsqueda de la verdad es lo que ha caracterizado a la Gendarmería y a su ministerio de tutela desde el inicio. De hecho, la última hipótesis de los gendarmes despeja cualquier duda: "no está probado que Maldonado estuvo en la Pu Lof" . Es más, una nueva pericia de Gendarmería probaría que tampoco estuvo allí la Gendarmería e incluso pondría en duda que la Pu Lof haya estado en la Pu Lof.
 
Además de agregar nuevas capas al milhojas de hipótesis de la Gendarmería, Patricia Bullrich tiene otras tareas igual de agotadoras. Cada semana, con precisión de metrónomo, nos informa de sus notables logros en la lucha contra el narcotráfico. Lo asombroso es que esos éxitos nunca involucran a financieras, empresas offshore, bancos de inversión o cuentas millonarias, sólo pobres diablos apresados con algunos kilos de droga. Tampoco hay redadas en lujosas mansiones, sólo en taperas ubicadas en barrios carenciados. Se ve que el negocio del narcotráfico- que según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) genera unos 320 mil millones de dólares anuales- no es tan redituable en nuestro país. O tal vez nuestros narcos sean muy austeros. 
 
El gobierno volvió a favorecer en el reparto de la Cuota Hilton a la empresa familiar del Secretario de Comercio y otorgó 2 centrales eléctricas sobre las 3 licitadas a Nicolás Caputo, socio y amigo del Presidente. Es que la meritocracia consiste en buscar a los mejores por todo el mundo y encontrarlos entre nuestros amigos y familiares.
 
Luego de dejar la mayoría de las centrales eléctricas en manos amigas, el ministro Aranguren explicó que "desde el 1 de octubre, el precio de los combustibles lo va a decidir el mercado". Teniendo en cuenta que el mencionado mercado es la empresa petrolera de la cual el ministro es accionista, además de otro ejemplo virtuoso de meritocracia, estaríamos frente a un fructífero diálogo público-privado. Aunque, pensándolo bien, en este caso sería técnicamente un monólogo.
 
Paolo Rocca, titular de Techint y Marcos Galperín, dueño de Mercado Libre, denunciaron “los imposibles costos laborales que soportan las empresas en la Argentina” y pidieron imitar la drástica reforma laboral que Temer lleva a cabo en Brasil. Es una queja un poco asombrosa teniendo en cuenta que esos “imposibles costos laborales” no impidieron, justamente, los éxitos empresariales de Techint y Mercado Libre. Aunque no debemos olvidar que en la Argentina siempre estamos a una pérdida de derechos del Paraíso.
 
Todo lo que quieran pero ya no le tenemos miedo al censista.

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