MYRIAM BREGMAN, CANDIDATA A LEGISLADORA DEL PTS-FIT

“A Macri le falta todo el rock”

La dirigente de izquierda cuestiona al kirchnerismo por “haber creado a Macri” y por las votaciones en la Legislatura. La respuesta a Cerruti. El contraejemplo de Luis Zamora.

Werner Pertot
Fotos: Eliana Waiser.
Aunque siempre es inquieta, estas semanas le depararon a Myriam Bregman un destino de marcha en marcha y de represión en represión. La precandidata a legisladora porteña del FIT se toma un momento para responder las preguntas de Nueva Ciudad. “Pido que me digan dónde está Scioli. El dijo que había que votarlo para frenar el ajuste. Diganme donde está Scioli”, reitera Bregman sobre la discusión sobre la posición de la izquierda en el ballotage de 2015. “Tanto convivió el kirchnerismo con el macrismo, preservándolo e inventándolo como enemigo ideal que terminó creando la figura que terminó ganando la presidencia de la Nación y que hoy padecemos todos. Ahora sí: discutamos el voto en blanco”, propone, con una sonrisa.

-¿Qué diferencia puede hacer la izquierda en la Legislatura?

-Lo primero que hay que definir es cómo ha gobernado el macrismo en la Ciudad de Buenos Aires. Gobernó sin mayores sobresaltos en más de una década. Hay un pacto allí que la izquierda puede romper y tener un fuerte bloque del FIT en la Legislatura va a ayudar para eso. Eso es lo más importante: romper el sistema de funcionamiento que logró instaurar el macrismo.

-Lo más parecido fue el bloque que logró formar Luis Zamora, en 2001 y 2003. Después se dividieron y se disgregaron. ¿Cómo garantizan que no vuelva a ocurrir?

-Nosotros venimos funcionando como Frente de Izquierda desde 2011 y no ha ocurrido. En legislaturas donde hemos ingresado con varios diputados y en el Congreso nacional, donde hoy tenemos un bloque de cuatro, no pasó. Creo que eso tuvo que ver con el armado más ligado a su propia figura personal que tiene Luis Zamora y no a bloques políticos militantes, donde no solo nos conocemos del Congreso sino que también participamos en sindicatos. La diputada Nathalia González Seligra es una de las dirigentes de SUTEBA La Matanza. Tenemos un funcionamiento que no tiene que ver con tal o cual figura. Somos verdaderas organizaciones políticas que militamos todos los días y nos encontramos en las calles y en las universidades.

-En los últimos días el Gobierno los acusó de ser los causantes del cierre de fábricas…

-Sí, Ritondo dijo tres veces que era yo: soy la culpable de todos los despidos del país (se ríe).

-…hasta Elisa Carrió, que sostuvo que ustedes encubren a corruptos.

-Es evidente que hay una tensión. Evidentemente, al FIT nos están cobrando haber participado en la pelea de Pepsico. A un Gobierno que quería avanzar en despidos, en la flexibilización laboral y en discutir la reforma laboral este conflicto se le coló en la agenda nacional y todas las encuestas demuestran que tiene un apoyo social enorme. El macrismo tiene un importante grado de nerviosismo con esto. Si no, no se entiende cómo salen Patricia Bullrich, Ritondo, Vidal con un discurso absolutamente maccarthista contra la izquierda. Tiene que ver con que la voz de la izquierda se escucha. Cuando denunciamos que lo que armaron en el Congreso (con De Vido) era un circo, la sociedad presta atención. Nadie puede pensar que la izquierda apoya a De Vido: fuimos los primeros en denunciar la corrupción en el Sarmiento y el estado de los trenes. Es imposible decir que la izquierda tiene que ver con José López, el convento y las monjas. Por eso tiene tanta potencia nuestra voz cuando decimos que hay un circo. Si lo dice el kirchnerismo, suena a defensa propia.

Tenemos un funcionamiento que no tiene que ver con tal o cual figura. Somos verdaderas organizaciones políticas que militamos todos los días y nos encontramos en las calles y en las universidades.



-Ahora que no son más gobierno, ¿se encuentran coincidiendo con el kirchnerismo en iniciativas parlamentarias y hasta en la calle?

- No, el kirchnerismo hoy tiene un rol de oposición y denuncia cosas que ocurrían durante su Gobierno. Hay sectores que se van acomodando en sus denuncias según quién gobierne. Creo que lo que le da la independencia política al FIT y le ha dado personalidad en todo el país es que demostramos que denunciamos la represión más allá de quién gobierne. Siempre acompañamos las mismas peleas.

-¿Cómo tomó el tweet de Gabriela Cerruti durante la represión de Pepsico en el que les reclamaba por haber votado en blanco en el ballotage de 2015?

-Me dolió. Nunca pensé que alguien podía hacer una especulación electoral en el marco de lo que estaba pasando. La planta rodeada por la policía, los policías que rompieron un caño de gas y no voló todo de casualidad, a Nicolás del Caño le quemaron la cara con gas pimienta... En ese contexto, me dicen: “No sabes lo que dijo Gabriela Cerruti”. Y me leen que ella quería discutir el voto en blanco. Ojo, yo no tengo problema en discutir el voto en blanco. Y, de paso, pido que me digan dónde está Scioli. El dijo que había que votarlo para frenar el ajuste. Pasó un año y medio: además de los escándalos personales, ¿dónde está Scioli? Un 49 por ciento de la población lo votó y le creyó. ¿Dónde está? Discutamos el voto en blanco, pero en ese momento me pareció una chicana de mal gusto: era denigrar a Nicolás mientras lo estaban golpeando.

Fotos: Eliana Waiser.

Como contó la periodista Tali Golman en un perfil de Anfibia, Bregman nació en Timote, un pequeño pueblo lindante con La Pampa en la provincia de Buenos Aires que se hizo famoso cuando Montoneros ejecutó allí a Aramburu. De niña jugaba con su hermano a ingresar a esa casa abandonada, bajar al sótano y luego salir corriendo. De familia judía, su abuelo se instaló en ese pueblo y puso una tienda de ropa, que luego continuaría el padre de Bregman, quien solía llevarla a los actos de Raúl Alfonsín a comienzos de los ochenta. Luego de una inundación en 1987, tanto ella como su hermano fueron a vivir solos a Carlos Tejedor. Ella tenía 15 años. Rubia y judía, ya en esa época le decían “La Rusa”, el sobrenombre que luego la acompañaría en su militancia.

-Elisa Carrió tiene una intención de voto alta…

-Sí. Muy.

-¿Cómo se explica?

-Ella creo que es lo que dice Horacio Verbitsky: el opoficialismo. Ponerla a Carrió en Capital y a Ocaña en provincia es para darle el blindaje moral que necesitaba el Gobierno. Al kirchnerismo raramente alguien lo podía votar por la transparencia y por el manejo de las instituciones. Los que lo votaban, lo hacían por otros motivos. En cambio, el macrismo llegó prometiendo transparencia, llegó prometiendo la lucha contra la corrupción y haciendo alarde de republicanismo. En muy poco tiempo, se vio que nombraba jueces de la Corte por decreto, quería sacar a la procuradora por decreto; se vieron los Panamá Papers, el Correo Argentino y Avianca. Carrió es la figura que mejor logra representar el voto antikirchnerista y sacarle, a su vez, los aspectos contradictorios que tiene el PRO. También demuestra que eliminaron a la oposición en la Ciudad de Buenos Aires: no hay uno que pueda decir que no les votó los presupuestos, la rebaja de la participación de la educación, la unidad de la Metropolitana y la Federal, que sabíamos que no era más seguridad, sino organizar la corrupción de otra manera. Que Cambiemos mida muy alto tiene que ver con qué hizo el resto. Esperemos que se termine esa convivencia pacífica. Tanto convivió el kirchnerismo con el macrismo, preservándolo e inventándolo como enemigo ideal que terminó creando la figura que terminó ganando la presidencia de la Nación y que hoy padecemos todos. Ahora sí: discutamos el voto en blanco. Pensemos que Macri no tiene los principales resortes sindicales (docentes y del subte): ¿ustedes vieron que tuviera grandes sobresaltos? Ahí está, en esa convivencia sindical y política, está la explicación de cómo surgió el macrismo.

-En esa convivencia, ¿entran al mismo nivel Daniel Filmus y Martín Lousteau?

-Lo de Filmus es difícil porque aparece solo para las elecciones. Tiene todos los beneficios del que solo habla en campaña electoral y ninguno de los perjuicios del que tiene que demostrar qué hace cuando le toca levantar la mano. Sergio Massa venía haciendo eso hasta que, el año pasado, vimos que como el gatito de la suerte china no paró de votarle al Gobierno todo. Filmus se preserva año tras año sin decir mucho. ¿Cuál es la idea fuerza de Filmus en esta campaña? ¿”Así no vamos bien”? Ya sabemos. Nadie opina que vamos bien. Ahora, en la Legislatura, Gabriela Cerruti que es su segunda votó la Agencia de Bienes, la gran entrega de los bienes públicos. La segunda en la lista de legisladores es María Rosa Muiños. Sería como la Bossio de la Legislatura: así como él le votó todo a Macri, ella le votó todo a Larreta. Y ella, el otro día, en un reportaje, dijo que después de las elecciones veía la posibilidad de armar un bloque aparte, así se preserva la diversidad. Pero la diversidad no está puesta en función de cómo enfrentamos mejor al macrismo, sino de cómo le votamos al macrismo. Ya te anuncian que ese bloque, esa lista que se llama unidad, se va a romper al segundo día. Y le van a votar todo a Macri. Salvo que además de con el bloque rompa con su historia.

Tanto convivió el kirchnerismo con el macrismo, preservándolo e inventándolo como enemigo ideal que terminó creando la figura que terminó ganando la presidencia de la Nación y que hoy padecemos todos.



-¿Y Lousteau?

-Él dilapidó un enorme capital político. Lo que estamos viendo hoy es la mitad de lo que era Lousteau. Él también fue a un ballotage y le faltaron tres puntos. Hizo una buena elección. Mariano Recalde y nosotros llamamos al voto en blanco (los que hacen una cuestión del voto en blanco allí también llamaron a votar en blanco). Carla Carrizo, que es su vocera, le votó todo al Gobierno y es una de las principales defensoras de Cambiemos. Lo de Lousteau es una ilusión óptica, como los que votaron a Ocaña como opositora. Luego pasan a ser parte del oficialismo. A Lousteau, ¿cómo confiás en que lo votas y mañana no le ofrecen un puesto de embajador en la India y se va? Ya lo hizo. Y lo hizo hace un año.

Fotos: Eliana Waiser.

Trabajó de moza para reunir plata para el viaje de egresados. Cuando se vino a vivir a Buenos Aires para estudiar Derecho en la UBA, comía arroz y fideos y caminaba para no gastar en colectivo. Primero trabajó en un estudio contable y luego como administrativa en un banco. En 1995, cuando le tocaba votar por primera vez, vio un eslogan del PTS que le llamó la atención: “Trabajador vote trabajador”. Con 24 años, empezó a militar en el troskismo. Se sumó a los abogados que formaron el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH). Tiempo después, con la crisis del 2001, fue abogada de las empresas recuperadas Brukman y Zanon. Y, más tarde, con la reapertura de los juicios, fue una de las abogadas de Jorge Julio López, el testigo desaparecido en democracia. Siguió adelante con los juicios a Von Wernich y con la megacausa de la ESMA. En 2009, fue candidata a diputada y en 2011 a jefa de Gobierno, al igual que en 2015, cuando también acompañó a Nicolás Del Caño en la fórmula presidencial.

-Asume Larreta como jefe de Gobierno y asegura que va a urbanizar las villas. ¿Qué evaluación hacen desde la izquierda?

-Obviamente todos estamos de acuerdo con que hay que terminar con las villas. Tal cual lo plantea el macrismo, es consolidar ese estado. La Ciudad tiene la posibilidad, con el presupuesto más grande de América Latina y el segundo a nivel nacional, en pensar en planes de vivienda para erradicar los asentamientos y para que los sectores medios también tengan acceso a la vivienda. Hay que encarar la discusión desde ahí. No podemos seguir jugando el juego de Larreta que te saca todo y después te dice ´en tu villa te voy a poner una cloaca´. Hay que terminar con esa lógica del PRO y empezar a discutir con el enorme presupuesto de la Ciudad. Los que viven en la 31 muchos trabajan en Aeroparque, tercerizados de Aerolíneas (otra herencia del kirchnerismo, los tercerizados), y que no les alcanza para vivir donde vive el trabajador formal. Y esa no es una división que tengamos que naturalizar. El PRO logró en la Ciudad discutir parcialidades para que aceptes la miseria que te ofrecen. Ven la Ciudad como un gran negocio y, con lo que sobra, hacen asistencia social. El problema de la vivienda en la Ciudad es enorme.

Lo de Lousteau es una ilusión óptica, como los que votaron a Ocaña como opositora. Luego pasan a ser parte del oficialismo.



-Otro aspecto son las personas en situación de calle. La cifra oficial es entre cuatro y seis veces menor que la que censaron las ONG.

-Es ofensivo. Son ofensivos mil y son ofensivos seis mil. Ni uno tiene que haber. Acá el presupuesto está y hay formas de ampliarlo. En esta Ciudad, están ubicados los grandes bancos, las grandes empresas, y todos los que se la llevaron en pala (como dijo la ex presidenta). Bueno, esa gente que la llevó en pala con el kirchnerismo y se la recontralleva en pala ahora, están en esta Ciudad. No tenemos que permitir que nos hagan discutir la miseria de lo posible. No tenemos por qué permitir que el subte siga como está. Los que se benefician con el subte son, por ejemplo, los grandes bancos: ¿por qué no se le cobra un impuesto especial a los grandes beneficiarios del transporte para que, con eso, se amplíe la red en toda la Ciudad?

-¿Cómo ve la prioridad que le dan al Metrobus sobre el subte?

-Al subterráneo se le termina la concesión a fin de año, y por eso presentamos un proyecto proponiendo que se estatice y sea controlado por trabajadores de usuario. El subte tiene un enorme negocio que es toda la publicidad. El esquema hoy es: los gastos son del Estado y las ganancias son privadas.

-El Grupo Roggio tiene separadas las empresas que manejan el subte y la publicidad en el subte…

-Exacto. Se socializan las pérdidas y se privatizan las ganancias. Ese es el esquema que el FIT quiere romper.

Fotos: Eliana Waiser.

Le gusta cocinar y cuidar a sus plantas (tiene especial cuidado con las flores, entre las que hay orquídeas y araucarias). Está furiosa porque Netflix no sube las últimas temporadas de Homeland. Cuando tiene tiempo libre –y siempre lo tiene: “No me gusta decir que no tengo tiempo. Tengo tiempo para todo”, afirma- se junta con sus amigos a tocar la guitarra. Principalmente temas de rock nacional puro y duro, de Los Redondos a Divididos, pasando por Pappo. Hace poco, por la represión en Pepsico, se cruzó en Twitter con el economista Martín Tetaz, al que describió con el nombre del tema de Todos Tus Muertos “Gente que no”. “¿Gente que no qué, Myriam?”, le preguntó Tetaz, sin entender la referencia. Bregman le respondió: “Te falta rock”.

-Si fuera jefa de Gobierno, ¿qué haría con la Policía de la Ciudad?

-Nosotros votamos en contra de esa unión. La Policía de la Ciudad tiene sus jefes investigados por corrupción y presos. Mientras tanto, se hizo una gran discusión sobre el color del uniforme, y no sobre el sistema represivo que venían a instaurar. Lo que habría que hacer es investigar todo el negociado que tienen en torno a las canchas de fútbol, del juego y al gran delito organizado, que lo maneja la policía. El pequeño delito callejero va ligado a esto. Nadie roba un celular si no tiene a dónde venderlo. Hay una ley que está dando vueltas hace tiempo para bloquear inmediatamente los celulares robados y, como me dijo un legislador del PRO, no sale porque las telefónicas no quieren. Claro, no quieren porque el celular robado es un negocio.

-¿Le llamó la atención la presión que ejerció Macri sobre Larreta para que desaloje piquetes?

-Y lo hizo. Nos reprimieron la semana pasada en una marcha pacífica que iba al Congreso y nos reprimieron y luego nos dejaron pasar. En la represión de Pepsico, se dice que fue el propio Macri el que la ordenó. Esto te muestra que las grandes decisiones de la Ciudad las sigue tomando Macri.

-¿A Macri también le falta rock?

-Todo el rock. En su clase social no hay rock.

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