PATRIMONIO HISTÓRICO

Declararán monumento a la Biblioteca Nacional

Las torres de Somisa y ENTel, junto a la Biblioteca Nacional serán declarados monumento, la disposición impedirá que sean demolidos.


Ocho joyas de la arquitectura moderna serán declaradas Monumento Histórico Nacional, entre ellas se destaca la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. También las torres Somisa y ENTel, en la Ciudad, una vivienda particular en la provincia y otras cuatro construcciones del interior del país, todas de vanguardia. Pertenecen al movimiento brutalista, así llamado por usar, principalmente, el hormigón crudo, en bruto, como material de terminación.
 
El Poder Ejecutivo aprobará el proyecto elaborado por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, que propone incluir esas obras dentro de un listado conformado por 600 edificios de diversas épocas y estilos, desde la Colonia hasta principios del siglo XX, que deben ser preservados. De acuerdo con la Ley Nº 12.665, las construcciones declaradas Monumento Histórico no pueden ser demolidas, ni modificadas, sin previamente consultar a la Comisión. 
 
El brutalismo es una de las tantas corrientes que tuvo la llamada arquitectura moderna, término con el que se designa el conjunto de estilos que se han desarrollado a lo largo del siglo XX en todo el mundo. Uno de sus mejores exponentes es la Biblioteca Nacional. Al observarla, desde la avenida Del Libertador, se aprecia la elevación de las salas de lectura, apoyadas en cuatro grandes pilares, como si estuvieran flotando y sobre una planta baja libre.
 
El proyecto de Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga es de la década del 60, pero su construcción demoró 30 años. Fue inaugurada recién en 1992. "Se realizó de acuerdo con un estilo en auge entre los 50 y los 70, que se focaliza en el uso expresivo del hormigón armado, no sólo como material, sino como textura, una piel rústica que envuelve la obra", explicó a La Nación el arquitecto Alejandro Cohen, profesor de la Universidad Nacional de Córdoba sobre el monumental edificio de Agüero 2502, en Recoleta.
 
Otra construcción emblemática de similar estilo, ubicada en el Microcentro porteño, es la de ex Banco de Londres y América del Sur, actual Hipotecario, declarado Monumento Histórico Nacional en 1999. Fue obra de Santiago Sánchez Elía, Federico Peralta Ramos y Alfredo Agostini, que por ese entonces conformaban el reconocido estudio Sepra.
 
A pocas cuadras del Hipotecario, el Edificio República, conocido como ENTel, es considerada la primer gran construcción brutalista de la Ciudad. Ubicada en la esquina de Corrientes y Maipú, se diseñó en 1951 para alojar las oficinas de la empresa telefónica estatal. Fue también proyectado por el estudio Sepra. Tiene una planta baja de grandes columnas de hormigón a la vista en forma de "v".
 
No muy lejos, una mole de acero, el llamado edificio Somisa, se levanta en la esquina de Belgrano y Julio A. Roca. Actualmente, aloja la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación. Fue construido para esa empresa siderúrgica, de ahí que toda su estructura está hecha en acero. El edificio, cuyo nombre es Teniente General Castiñeiras, se inscribe también dentro del movimiento brutalista a pesar de no ser de hormigón.
 
"Otra de las características de este movimiento fue poner en evidencia a todos los elementos constructivos, mientras que la arquitectura tradicional los escondía tras la mampostería", explicó Cohen. El ladrillo, el cristal, el acero y la piedra quedan a la vista para otorgarle a la obra un aspecto áspero y bruto. Somisa se terminó de construir en 1977, varios años después de que la propuesta del arquitecto Mario Roberto Álvarez resultara ganadora de un concurso.

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