OPINIÓN

Hood Robin en el gobierno de la CABA

Pese a que ninguna estadística de consumo masivo lo avala, el Gobierno afirma que estamos saliendo de una crisis que antes no reconocían y que se está recuperando el poder adquisitivo. Sin embargo, lo que parece quedar claro es que los únicos ingresos que mejoran son los del Gobierno.

Matias Barroetaveña

La contabilidad creativa de los funcionarios oficialistas los llevó durante la primera parte del 2016 a negar la severa crisis económica. Impactados por el impacto del ajuste en la opinión pública, el libreto corría el arco de las expectativas para el segundo semestre. Como todos sabemos, esto tampoco sucedió.

En la actualidad, pese a que ninguna estadística de consumo masivo lo avala, el Gobierno afirma que estamos saliendo de esa crisis que ante no reconocían y que se está recuperando el poder adquisitivo. Sin embargo, lo que parece quedar claro es que los únicos ingresos que mejoran son los del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Si analizamos la recaudación impositiva del primer cuatrimestre de 2017 respecto al mismo período del 2016 vemos un aumento del 34,71%. El PRO puede ponerse contento y celebrar uno de los primeros logros de gestión: cobrando impuestos le gana al aumento de precios. Más allá del indicador que elijamos para medir la inflación los tributos que los porteños pagamos son mayores en términos reales.

En concreto, entre el 1º de enero y el 30 de abril de 2017, el Gobierno local cobró $40.405 millones cuando en 2016 había recaudado $29.994 millones. Ese 34,71% de aumento supera al 27,1% de inflación que midió el Instituto Estadístico de los Trabajadores, organismo compuesto por gremios de la CGT y de la CTA. Y al 27% que calculan la mayoría de las consultores privadas. Los funcionarios porteños ganaron casi 8 puntos de recaudación en términos reales en el mismo período que los trabajadores perdieron poder adquisitivo y ajustaron su consumo.

Esta recesión económica está asociada con el tipo de impuesto que alimentó en mayor medida el crecimiento de los recursos del Gobierno de la Ciudad. Debido a la retracción del consumo, el Impuesto a los Ingresos Brutos, fuertemente asociado a la actividad económica creció por debajo de la inflación, 26,74%. Mientras tanto, el Impuesto a las Patentes subió 31,6% y Alumbrado, Barrido y Limpieza se incrementó casi 37%, 10 puntos por encima de la inflación.

En términos teóricos, el aumento de los recursos estatales puede tener efectos positivos si se orienta a los sectores más vulnerables, en especial en momentos de aumento del desempleo y pérdida de poder adquisitivo. Sin embargo, si miramos los números de ejecución presupuestaria del primer trimestre de 2017 vemos que el Gobierno de la Ciudad hizo todo lo contrario. Lejos de cumplir las órdenes que el Presidente le exige a gobiernos de partidos opositores, Rodríguez Larreta aumentó el nivel de gasto total de la jurisdicción un 45% interanualmente. Sin embargo, el aumento del gasto no priorizó áreas que en esta delicada situación social hubieran necesitado de un Estado presente. Por ejemplo, la ejecución del Ministerio de Salud solo aumentó 28,63%. En la misma dirección, dentro del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano, la Dirección General de Niñez y Adolescencia que tiene programas centrales como "Atención de niñez y adolescentes vulnerables" y "Desarrollo integral infantil" solo  incrementó sus gastos 27% en relación al primer trimestre de 2016.

En este contexto, hubo un área que pudo ganarle con creces a la inflación, la Dirección General de Limpieza del Ministerio de Ambiente y Espacio Público. Esta oficina es la encargada de transferir fondos a las contratistas privadas del servicio de recolección de residuos húmedos. Su ejecución en el primer trimestre de 2017 -$2.864  millones- fue 60% mayor a la del mismo período del año pasado.

En conclusión, en momentos donde el Presidente de la Nación reconoce en la reducción de impuestos a los sectores concentrados una vía para dinamizar la economía, el Gobierno de la Ciudad aumenta su recaudación en términos reales. En momentos donde se le exige la reducción del gasto a los dirigentes opositores que tratan de hacer frente al ajuste en sus distritos, la Ciudad aumenta las transferencias para los empresarios amigos y le ajusta a los más necesitados.

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