SOSPECHAS DE CORRUPCIÓN

La Ciudad gastó más de U$D 2000 millones en contratos a dedo

La Ciudad gastó más del 12% del presupuesto disponible en contrataciones directas durante el gobierno de Mauricio Macri. Uno de los más favorecidos fue Nicolás Caputo, amigo del Presidente.


La Ciudad gastó más del 12% del presupuesto disponible en contrataciones a dedo entre 2012 y 2015. La cifra equivale a más de 2000 millones de dólares pagados durante el segundo mandato de Mauricio Macri al frente del distrito capitalino que no figuran en el Boletín Oficial porteño y cuyo destino se desconoce.
 
La transparencia es una de las grandes deudas de la gestión de Mauricio Macri al frente de la Ciudad. Según un informe que publicó el diario Tiempo Argentino, el gobierno porteño utilizó más de una décima parte del dinero que tenía a disposición en contrataciones directas. Para Fernando Bracaccini, coordinador del Área de Fortalecimiento de las Instituciones Democráticas en ACIJ (Asociacion Civil por la Igualdad y la Justicia) la modalidad de contratación directa "es una mala práctica que aumenta la discrecionalidad y los riesgos de corrupción".
 
Se llama "gasto computable" al presupuesto disponible luego de restar los gastos en personal, los activos financieros y los intereses de la deuda pública. Ese dinero totalizó más de $ 123 millones en el segundo mandato de Macri y fue utilizado para gastos en bienes de consumo, bienes de capital y servicios.
 
La UTE Parquizar SES SA-Mantelectric ICISA fue una de las grandes favorecidas por la utilización del decreto 556. El amigo presidencial Nicolás Caputo tiene una importante participación en la empresa que en 2012 recibió más de $ 7 millones, en 2014 más de $ 35 millones y en 2015 más de $ 44 millones. En todas las oportunidades la unión transitoria de empresas evitó las licitaciones y consiguió los contratos en forma discrecional.
 
Para Bracaccini, "los mecanismos de contratación directa significan que no se publican las convocatorias para presentar oferta y eso implica que se presenten menos empresas y que el control público sea menor. Debería utilizarse solamente en casos urgentes".
 
Según se desprende del informe 2.15.09, que analizó el sistema de Inscripción Online del Ministerio de Educación –en ese entonces a cargo de Esteban Bullrich– "la totalidad de las contrataciones efectuadas durante el año 2014" fueron mediante el decreto 556. "Esto evidencia la falta de previsión en las contrataciones correspondientes (…) ya que todas son derivaciones lógicas de la implementación de un servicio de inscripción ya utilizado durante el año anterior".
 
"El abuso en el uso de formas de contratación directa muestra un modus operandi de la gestión macrista: utilizar la excusa de la emergencia para hacer pagos regulares de gestión con menores mecanismos de control", criticó la titular de la Auditoría porteña, Cecilia Segura.
 
La abogada consideró que además, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta "ha agravado la situación" con el decreto 433 del 2016 que profundiza "los déficit del decreto 556 al ampliar los montos de manejo discrecional de los funcionarios en un promedio superior al 400% que, en el caso de los cargos de menor jerarquía, alcanza el 700%". Después de la modificación, un ministro puede gastar hasta $ 15 millones por mes con controles mínimos del Estado.
 
En 2012 el macrismo gastó casi 2000 millones de pesos en contratos sin licitación, lo que equivalió al 11,6% del presupuesto disponible. En 2013 ese porcentaje bajó al 10,8%, pero 2014 representó el mayor porcentaje utilizado hasta ahora. El gobierno PRO gastó el 13,5% del dinero disponible en contratos directos, más de 4,7 mil millones de pesos. En 2015, año electoral, la cifra llegó a los 5,3 mil millones de pesos.

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