OPINIÓN

La vivienda te la debo

A pesar que durante la campaña de 2015 el PRO haya tratado de suavizar su discurso con el objetivo de ganar, es un partido que entiende al mundo y hace política con una impronta netamente liberal. Una de las áreas que mejor revela esta faceta es la problemática habitacional.

Matias Barroetaveña

A pesar que durante la campaña electoral de 2015 el PRO haya tratado de suavizar -o enmascarar- su discurso con el objetivo de ganar la contienda, es un partido que entiende al mundo y hace política con una impronta netamente liberal.

Es posible que una de las áreas que mejor revele esta faceta sea la problemática habitacional. Desde que asumió a fines de 2007 le quitó casi 2 puntos porcentuales al gasto en Vivienda sobre el total ejecutado. A la vez, esos ajustados fondos eran gestionados por diversos organismos que no contaban con un plan integral y respondían a demandas coyunturales.

En sus 8 años de gestión, el gobierno de Macri solo pudo dar 6121 soluciones habitacionales y en la Legislatura frenó todo tipo de iniciativa para proteger los derechos de los inquilinos y reducir el poder de las inmobiliarias y los desarrolladores inmobiliarios.

La consecuencia más visible de esta inacción estatal, para cualquiera que viva o visite la Ciudad de Buenos Aires, es el aumento del porcentaje de personas viviendo en villas y asentamientos. Este índice creció de 4,1% en 2007 a 6,5% en 2015. Al mismo tiempo, la desatención sobre la situación provocó que el porcentaje de inquilinos se disparara. Entre el Censo de 2001 y de 2010, este número subió de 22% a 30%. Incluso el relevamiento anual que realiza el Gobierno de la Ciudad estima que en 2015 escaló al 35%.

Esta situación se da en el contexto en el que -de acuerdo a datos del último Censo- se registran 341 mil inmuebles desocupados. Es decir, ese relevamiento indicó que 1 de cada 4 están vacíos y que la Ciudad era el distrito con mayor proporción de unidades ociosas.

A pesar que reniega de definiciones ideológicas, la respuesta del PRO fue coherente con su Evangelio liberal. Desde su óptica, el problema radicaba en el acceso a ese libre mercado. Por eso a solo 7 meses de las elecciones presidenciales el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el Ingeniero Mauricio Macri, lanzó de manera oficial el Plan “Alquilar se Puede” con el objetivo de facilitarle el acceso a un alquiler formal a aquellas personas que no contaran con una garantía.

Lamentablemente, solo están disponibles los datos de los primeros 6 meses de este programa aunque los datos no son alentadores. A pesar que fue una política con amplia difusión y que intentaba mostrar sensibilidad hacia la problemática según el IVC, 14.829 personas se postularon para participar del programa. De ese universo, a septiembre del 2015 sólo 257 beneficiarios de la garantía se encontraban buscando una propiedad. Y sólo 10 familias habían podido mudarse. El número parece irrisorio en una Ciudad donde más de 340 mil hogares viven en viviendas alquiladas.

La otra gran apuesta de la gestión de Macri fue el desarrollo de la zona sur mediante asociaciones -y  cuantiosas exenciones de impuestos- con el sector privado. De acuerdo al discurso oficialista esta política brindaría mayor cantidad de oportunidades y viviendas más accesibles a las familias jóvenes de habitar la Ciudad de Buenos Aires.

Cabe destacar que, como muestra el Censo de 2010, la disponibilidad de viviendas no pareciera ser la raíz del problema habitacional porteño. Aún así, el aclamado desarrollo de la zona sur tampoco cumplió el objetivo pretendido: aumentar la oferta de viviendas en la zona sur. En este sentido, parece apropiado analizar la información que el propio Gobierno local difunde trimestralmente desde la Dirección General de Estadísticas y Censos.

El relevamiento que esa oficina muestra que al comparar la cantidad de metros cuadrados en alquiler en diciembre de 2013 respecto a diciembre de 2016 cayó casi casi 49%. De 11.537 metros cuadrados en alquiler en 2013 a menos de 5.900 en 2016. A su vez, al comparar el último mes de 2016 respecto al mismo mes del año anterior, con la liberación de la compra y venta de moneda extranjera el incremento es de apenas 261 metros cuadrados, apenas 7 departamentos de 2 ambientes más ofrecidos.

El fracaso de la política PRO de aumento de oportunidades habitacionales en la zona sur se comprueba con otro indicador: el porcentaje de metros cuadrados ofrecidos en la zona Sur sobre el total de metros cuadrados ofrecidos en la Ciudad. En diciembre de 2013, 11 de cada 100 metros que se alquilaban estaban ubicados en esa zona. Dos años más tarde, en 2015, ese número cayó a 10 de cada 100 y en diciembre de 2016 se derrumbó a 8 de 100 metros.

Los números oficiales son incontrastables. De acuerdo a la concepción PRO, el acceso a la vivienda tiene lugar mediante el libre mercado inmobiliario sin la tutela del Estado.

En tiempos donde el Presidente de la Nación exige el cumplimiento de la Ley conviene recordar la existencia del artículo 14 bis que declara el derecho a acceder a una vivienda digna. También resulta apropiado resaltar el artículo 31 de la Constitución de la Ciudad que resuelve disminuir el déficit habitacional dándole prioridad a las personas en situación de pobreza y auspicia la incorporación de los inmuebles ociosos.

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