COMUNIDAD

Vuelven las reuniones de vecinos en la vereda

Con los días de calor volvieron las reuniones de vecinos en la vereda. Forman grupos por las redes sociales para acordar horarios de encuentro y cuidarse entre ellos.


En los barrios de la Ciudad y en el Gran Buenos Aires los vecinos volvieron a juntarse en las veredas para tomar aire y refrescarse del calor del verano. Están en las puertas de sus casas, como antes. En los últimos años, desde las redes sociales, hubo distintas invitaciones de vecinos para volver a la calle. “Que la inseguridad no nos impida disfrutar de la vereda”, fue una de las consignas.
 
Blanca Juárez vive Manuel A. Rodríguez al 2300, en el barrio de La Paternal. Se la puede ver en la puerta de su casa por la mañana, al mediodía, después de la siesta y a la noche; a veces hasta a la madrugada. “Si estoy adentro de mi casa me asfixio, me siento presa”, le cuenta a Clarín.
 
“En esta vereda hasta sacamos los colchones y dormimos las noches que nos cortan la luz”, dice Blanca. Todos la conocen, la saludan los pibes, los cartoneros, los empleados de los locales de autopartes de la calle Warnes.
 
Las noches de Navidad y Año Nuevo también la pasa en la vereda pero en familia. Entre todos hacen la mesa larga y comen, brindan y después bailan. “Mi marido salía hasta cuando estuvo en silla de ruedas”, agrega Blanca. “En invierno nos abrigábamos y también salíamos. Después él ya no pudo moverse de la cama. Amamos el barrio. Nunca nos pasó nada”.
 
Blanca le cuida la casa a los vecinos que se van de vacaciones, los autos a los que estacionan. Está autorizada en la escuela de enfrente para retirar a varios hijos de vecinos, cuando a sus padres se les hace tarde y no llegan. Hace décadas que su mundo trascurre ahí mismo y dice que mientras la salud se lo permita, ahí la pueden encontrar. Donde se siente feliz.
 
En Ciudadela el ritual de volver a la calle nació vía WhatsApp: acordaron un día, una hora y salieron de varias casas de la cuadra y de la vuelta. Solas no se animaban, por la inseguridad. Fue el verano pasado. Casi siempre se reúnen en la puerta de la casa de Laura que asegura que tomar mate en la puerta es más común que lo que parece.
 
Deborah es mamá de un varón y dice a Clarín que “Más allá de que si lo dejo adentro solo se la pasa en la computadora o con el celular, salir también es bueno para mí. Para despejarme un poco, para charlar de cualquier cosa, tomar aire. La casa te enferma. ¿A quién no le gusta estar en la puerta? El tema es que los demás se animen a salir también y no seamos los únicos grupos”. 

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