INSEGURIDAD

Varias Iglesias instalan sistemas de seguridad por los robos

Por la inseguridad, cada vez más iglesias cuentan con alarmas y personal de vigilancia en los barrios de Flores, Caballito y Villa Mitre.


En el último tiempo, varias iglesias católicas instalaron sistemas de seguridad para hacerles frente a los constantes robos. Las alarmas, cámaras y hasta personal de vigilancia privada ahora se entremezclan con las figuras sagradas. Hay varios casos en los barrios porteños de Caballito y Villa General Mitre.
 
En la fachada color cemento de la Parroquia del Buen Pastor, ubicada en Dr. Juan Felipe Aranguren 691, en el barrio de Caballito se destaca un cartel rectangular y naranja. Allí se lee “Protegido 24 hs”, junto al nombre de la empresa de seguridad que instaló el sistema de alarmas.
 
“Sufrimos cuatro robos, y en el último los ladrones entraron a la casa sacerdotal, sedaron a la perra y se llevaron todo lo que teníamos, que no era mucho: algunos objetos y lo que habíamos recaudado en un locro por el 9 de Julio que habíamos organizado”, cuenta al diario Perfil el padre Rodolfo Arroyo.
 
“Ya teníamos rejas pero no fueron suficientes y luego que se dio a conocer ese último robo se acercaron de una empresa de seguridad y nos ofrecieron el sistema. Y no nos quedó otra alternativa que sumarlo como medida de seguridad”, se lamenta el sacerdote, que hace más de ocho años vive en esa parroquia.
 
Igual resolución tomaron en la Parroquia Santísima Cruz, ubicada en Artigas 2064, en el barrio de Villa General Mitre, y además sumaron un sistema de cámaras.
 
“No nos quedó opción. Las iglesias no deberían tener alarmas, porque uno piensa que deberían ser lugares sagrados, respetados y que no sufrieran robos. Pero la inseguridad nos llevó a esto”, se lamentan con Perfil desde la secretaría parroquial de la iglesia Santísima Cruz.
 
En el frente de la parroquia se divisan los sensores de movimiento que conforman el sistema de alarmas y las cámaras de seguridad que registran los movimientos las 24 horas, “Por suerte, hasta ahora, la alarma no se activó”, cuenta una de las colaboradoras de la Parroquia.
 
Los sistemas de alarmas oscilan entre los $ 2 mil y los $ 10 mil, valores que varían según la sofisticación de la tecnología instalada, los servicios adicionales y la empresa que se contrate. A eso hay que sumarle una cuota mensual que supera los $ 300 para estar conectado a la estación de monitoreo de la empresa de seguridad, en donde se recepcionan los alertas cuando se acciona el dispositivo.
 
Además, por los robos de reliquias, donaciones, dinero y hasta manteles, muchas iglesias optaron por limitar el horario de apertura de las puertas del templo, que en algunos casos se abren pocas horas antes de la misa. La Catedral de Flores contrató vigilancia privada.
 
 “La Iglesia no es ajena a la inseguridad reinante en la sociedad. En la actualidad, la situación no mejoró. Por ejemplo, en este momento estamos modificando las alcancías de la parroquia porque las rompen para robar el dinero que hay adentro, y las estamos adaptando para dificultarles un poco más el asunto”, ejemplifica el padre Arroyo.
 
“Los sacerdotes y la Iglesia subsistimos con los aportes de los fieles. Sus donaciones y sus limosnas son nuestro sustento, y cada vez esas donaciones son menores. Dios no nos hace faltar nada, pero los recursos cada vez son más escasos. Y el sistema de seguridad también es pagado con lo que donan los fieles”, concluye el padre Arroyo.

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