ESA COSTUMBRE DE AUMENTAR LA TARIFA

SUB(T)E

Desde que recibió el subte el macrismo aumentó la tarifa un 700 por ciento. El incremento a 7,50 es solo un eslabón en la cadena que continuará el año que viene. El argumento para que paguen “los que lo usan” llevado al absurdo. Los jueces amigos y su historia.

Werner Pertot
Tarde o temprano iba a suceder: el aumento a 7,50 pesos del subte había sido frenado por una cautelar de la jueza Elena Liberatori, pero el macrismo ya se aseguró una línea defensiva en todas las Cámaras de apelaciones en lo contencioso administrativo que le garantiza que sus medidas controversiales tendrán fallos favorables, tal y como contamos aquí hace ya un largo tiempo. Quizás haga falta ahondar en la distancia que hubo del fallo extensamente argumentado de Liberatori a la pobreza de los argumentos de los camaristas. O sólo basta con conocer su historia. El caso es que, casi sin molestarse en refutar cifras y datos, el PRO tiene vía libre para seguir aumentando. Todo indica que el año que viene la tarifa llegará a los 10 pesos el viaje, mientras que la red de subtes no tendrá grandes avances. Los 10 kilómetros por año que prometió Mauricio Macri en su campaña, allá por 2007, los seguiremos esperando.

El planteo del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta es que tienen que pagar más los que usan el subte y no el resto de los vecinos.



Hasta esta semana, la tarifa del subte estaba frenada por un amparo que presentó el auditor Facundo Del Gaiso y al que luego se sumaron otros planteos judiciales de los legisladores del FIT Marcelo Ramal y Patricio Del Corro y del dirigente del MST Alejandro Bodart. Con el fallo adverso en segunda instancia, estos últimos advirtieron que apelarán. Es importante revisar los datos duros que nos permiten hacer una composición de lugar. El fallo que había firmado Liberatori señalaba una serie de problemas técnicos en el cálculo de la tarifa del subte, a saber:

* La tarifa técnica que calcula SBASE (la empresa estatal controlada por el macrismo) surge de dividir el costo total de la operación por la cantidad de pasajeros. Para SBASE es de 13,37 pesos. Liberatori les señaló que tienen dos problemas: por un lado, la Auditoría General de la Ciudad les viene señalando desde 2013 que los costos están inflados, dado que incluyen ítems que no deberían ser pagados por los usuarios como los gastos de mantenimiento e infraestructura o la depreciación de los rodados. Si eliminaran esos costos del cálculo, la tarifa baja un 20 por ciento, grosso modo.

* El segundo problema es la cantidad de pasajeros por la cual dividen ese costo. Para SBASE son 250 millones de pasajeros pagantes, mientras que Liberatori les señaló que de la página de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) surgía que la cantidad es 270 millones. Del Gaiso advirtió que superan los 300 mil. Obviamente, si se divide por una cantidad mayor de pasajeros, la tarifa técnica es menor.

* Además de todo esto, los legisladores de la oposición señalaron que se deberían auditar los balances de Metrovías y hacer una composición de qué gastos está incluyendo allí, lo que podría arrojar incluso una tarifa menor.

La estrategia del PRO fue no dar la discusión sobre ninguno de estos datos duros, sino apelar y buscar resolver el aumento con argucias legales. El dictamen del fiscal Juan Octavio Gauna ante la apelación fue en esta dirección: no discutió las cuestiones centrales, sino que argumentó que el amparo no era la vía para plantear esta controversia. El texto del fiscal tiene unas 24 páginas de citas legales en este sentido. Gauna fue quien más traspiró la camiseta amarilla. Los dos jueces que voltearon el fallo ni siquiera se esforzaron. Transcribo el dictamen entero de la jueza Gabriela Seijas para que se observe el desarrollo de su compleja argumentación:


"Que las cuestiones planteadas han sido adecuadamente consideradas en el dictamen del Dr. Juan Octavio Gauna, Fiscal ante la Cámara, a cuyos fundamentos que en lo sustancial son compartidos corresponde remitirse por razones de brevedad".


Con esas líneas se resolvió que toda la población que viaja en subte en la Ciudad de Buenos Aires debe sufrir un nuevo golpe en sus bolsillos. Pero esperen: aún hay más. El camarista Esteban Centanaro agregó sus propios argumentos. Veamos:


"Al igual que mi colega preopinante comparto en lo sustancial el dictamen emitido por el Sr. Fiscal al que considero pertinente remitir. Sin perjuicio de ello estimo necesario agregar que la complejidad técnica que conlleva la modificación tarifaria, sumado al estrecho marco cognitivo de estos actuados, no permiten afirmar que las tarifas aprobadas por la resoluciones impugnadas sean prima facie manifiestamente ilegítimas, irrazonables o bien, ostenten irregularidades tales como las deducidas por los actores".


El tema es complejo, por lo tanto no ha lugar. Asombroso. Del Corro habló de “jueces militantes” a raíz de esta llamativa decisión de no argumentar un fallo que tendrá consecuencias, insisto, sobre la economía cotidiana de muchos habitantes del Gran Buenos Aires. Quizás para ubicar mejor por qué ocurre esto habría que recordar quién es Centanaro. Se trata de un juez que proviene del delarruismo y que migró hacia el amarillo cuando Macri llegó al Gobierno porteño. Siempre trabajó en consonancia con la fiscal Daniela Bruna Ugolini, frustrada candidata de Macri para el Tribunal Superior porteño. Centanaro es recordado por haber fallado contra una madre que quería interrumpir su embarazo para evitar tener un hijo anencefálico. Estuvo denunciado, además, en el Consejo de la Magistratura por favorecer en forma irregular a un grupo de abogados católicos. Centanaro formó parte del SBASE durante los gobiernos radicales porteños, así como director del Registro Civil. Tiene varias condecoraciones que terminan de redondear su perfil: la Cruz de la Orden de Isabel la Católica, concedida por el rey Juan Carlos de España, la Distinción Guardacostas, de la Prefectura Naval Argentina, y la Stella della Solidaritá Italiana, en el grado de Caballero, otorgada por el Presidente de la República Italiana. Su hija Ivana Centanaro dio un salto del Frente para la Victoria al PRO y fue legisladora macrista, para luego recalar en el Ministerio Público Fiscal porteño. La otra camarista, Seijas, suele fallar a favor del macrismo excepto en las cuestiones referidas a las libertades individuales, como cuando fue la controversia por el matrimonio igualitario en la Ciudad. Así que no hubo muchas sorpresas con el fallo.

Todo indica que el año que viene la tarifa llegará a los 10 pesos el viaje, mientras que la red de subtes no tendrá grandes avances. Los 10 kilómetros por año que prometió Mauricio Macri en su campaña, allá por 2007, los seguiremos esperando.



¿Cómo sigue esta historia? El legislador de Nuevo Encuentro José Cruz Campagnoli viene alertando que el macrismo piensa subir la tarifa del subte a 10 pesos el año próximo. Se basa en las palabras que dejó el ministro de Desarrollo Urbano, Franco Moccia, en su paso por la Legislatura para defender el Presupuesto 2017, que no contempla ampliaciones de la red de subte. Sobre la tarifa, dijo Moccia: “Nuestro plan es seguir recuperando en términos reales lo que se perdió en este período. Por eso, va a pagar más el que lo usa y menos todos los vecinos de Buenos Aires, lo usen o no, que es lo que sucede hoy”.

El planteo del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta es que tienen que pagar más los que usan el subte y no el resto de los vecinos. Llevemos este argumento ad absurdum con su traslación a otros ámbitos: con esa lógica, los hospitales públicos deberían cobrar aranceles altísimos a quienes los usen y tener un presupuesto mínimo del Estado. La educación debería dejar de ser gratuita y pasar a ser pagada por quienes usan las escuelas públicas, de forma tal de que no las paguen “todos los vecinos”. Los parques, las plazas deberían tener una persona cobrando la entrada, así no los mantienen con impuestos… En fin. Si esto resulta absurdo, es porque la educación, la salud, la posibilidad de disfrutar de la Ciudad son derechos. El transporte, también.

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